POR SEBASTIAN PARDO Fue mucho tiempo  Hoy después del triunfo de Tincho y un poco más calmos viene la reflexión. Entre la alegría del domingo a la noche de un pueblo exultante que desbordó la emblemática calle Colón, había mucha bronca contenida, bronca por tanto tiempo de miseria e impunidad.
Bronca por tanto tiempo de latrocinio, de malversación de caudales públicos, de empresas creadas para hacer negocios con el Estado, de amigos que cobraron bien para ser testaferros y tantas barbaridades más. Bronca por el enriquecimiento obsceno de funcionarios públicos frente a una inmensa masa de libreños en la miseria y exclusión.
Sí, a esos mismos a quienes se quiso comprar con el dinero público y los espejitos de colores de una bagatela electoral efímera. El pueblo libreño les demostró que pueden comprar bienes materiales con el dinero del asalto, pero no la dignidad de un pueblo decidido por la honestidad el verdadero cambio y la esperanza. Peteco Vischi ciego de soberbia no supo ver que al negarle Colombi la soñada candidatura a gobernador podría ser la señal de alerta de que se venían tiempos difíciles.
Tiempos de justicia, memoria y verdad. Siguió comportándose como el hombre con súper poderes, pretendió imponer a su cajero, a un hombre venido del Chaco y que pronto se sintió con todo el aval para recaudar para la corona. Hicieron lo que quisieron y cada vez con mayor ostentación. Estarán intentando borrar las huellas, hay que advertirles que no existe el crimen perfecto. Las mejores coartadas pensadas por delincuentes profesionales han caído. Y ellos se convirtieron en profesionales un poco tarde. La escena del crimen podrá ser lavada pero no borrada. Creen que tienen algo a favor; el gobierno provincial (No saben leer que Valdés tiene otras preocupaciones que las de ayudar a un corrupto en caída libre) y una justicia que le cuesta arrancar.
Tampoco esto es gran cosa, lo dice el más que desgastado refrán, la justicia es lenta, pero llega. Más allá de eso y que tiene que ver con un poder independiente, en su momento el Ministerio Público Fiscal actuará; volviendo al plano estrictamente político el intendente electo Tincho Ascúa logró que se vayan por la puerta de atrás: con el repudio del pueblo, con la cabeza gacha, les ganó contra todo el inmenso aparato puesto en marcha. Les ganó con el corazón y la garra. Sí, se fueron como corresponde que se vayan los infames traidores. Con la peor de las condenas, la que dicta el pueblo en uso de su irrevocable soberanía democrática volcada contundentemente en las urnas.
Un triunfo histórico que abre un camino de esperanza para todos, fue mucho tiempo de dolor, ahora es tiempo de Tincho Ascúa, ahora es tiempo del Pueblo. Que así sea.
Miércoles, 11 de octubre de 2017
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