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RADIOGRAFIA DE LA POSTERGACION EN LA CIUDAD
Corrientes ante la necesidad de superar el grave problema habitacional
Las cifras estadísticas oficiales y de ONG grafican la situación crítica de los habitantes de los predios irregulares, que se consolidaron ante la falta de políticas públicas habitacionales masivas en las últimas décadas. Sólo en Capital existen más de 60 asentamientos, donde viven más de 7 mil familias en situación de vulnerabilidad.


En 1957, el periodista Bernardo Verbitsky describió en su libro “Villa Miseria también es América” que las ocupaciones de terrenos de emergencia en la Capital Federal eran devoradas por la ciudad “como piezas de maquinarias (…) donde la condición de seres humanos de sus habitantes queda por debajo la costra de indiferencia con que la gran capital los humilla y donde el derecho a la vivienda les es negado”, dando una visión personal de la problemática habitacional que comenzaba a extenderse por el país y que aumentaría con el crecimiento poblacional y demográfico de los años siguientes. A la par que en Capital Federal se expandían las por entonces denominadas “villas”, en la década del 60 en la ciudad de Corrientes comenzaban a registrarse los primeros asentamientos informales por fuera del casco céntrico histórico y de los límites naturales, muchos de los cuales ahora se encuentran consolidados y absorbidos conformando esa cicatriz del tejido urbano correntino, y que en la actualidad cuenta con más de 60 predios capitalinos habitados de forma irregular y sin acceso a infraestructura y servicios formales.

La demanda de viviendas en el territorio provincial es de poco más de 43 mil mientras que en la Capital asciende a los 20 mil inscriptos en los padrones del Instituto de Viviendas de Corrientes (Invico), aunque el déficit estimativo, según explican desde el Gobierno de la Provincia, asciende a más de 65 mil unidades habitacionales en Corrientes.

El panorama habitacional, contextualizado y acentuado en una provincia, donde los estudios del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) señalan que el índice de pobreza llega al 40%, hace que uno de los principales desafíos para los próximos años sea combatir las desigualdades en cuanto al acceso a la tierra, la vivienda propia, infraestructura y servicios entendidos como derechos de los habitantes.


Breve historia

Los asentamientos en Corrientes surgieron aproximadamente en 1960 producto del crecimiento poblacional y demográfico, venciendo los límites naturales de la ciudad, pero no fue hasta las décadas del 70, 80 y 90 cuando comenzaron a expandirse hacia terrenos urbanos del Sur y Norte.

La Municipalidad de la ciudad de Corrientes en su documento “Diagnóstico Master Plan Santa Catalina Corrientes 2014-2034”, explica que “a partir de 1978 con la construcción de conjuntos de viviendas a través de operatorias públicas y de empresas, se inició un proceso de desarrollo discontinuo de la trama urbana” que posteriormente dio lugar a un “uso espontáneo del suelo por parte de sectores de bajos recursos en áreas deprimidas y con riesgo ambiental”, dando surgimiento a los asentamientos informales. En los años subsiguientes, con la expansión de la ciudad superando los límites naturales, continuó la proliferación de la toma de predios de forma irregular que, según la publicación “La planificación urbana general y su desarrollo. El caso Corrientes”, de Carlos Gallino Yanzi y Susana Odena, fue generado por factores como “el uso descontrolado del suelo, el desenfreno especulativo, la utilización inadecuada de la tierra, la localización anárquica, el loteo irracional, el derroche de espacios urbanos y el encarecimiento de servicios”.


Situación poblacional

Teniendo en cuenta el informe realizado por la ONG Techo a nivel país, en la Argentina existen unos 2.432 asentamientos informales donde unas 650.685 familias viven en situación de vulnerabilidad, sin acceso formal a redes de servicios como agua potable, cloacas, energía eléctrica, desagües, infraestructura vial, ambulancias y seguridad, entre otros.

El panorama en el NEA, la zona más postergada del país, y en Corrientes no es ajena al escenario nacional: el relevamiento de Techo realizado en la provincia arrojó la existencia de unos 109 asentamientos informales habitados por unos 12.848 grupos familiares; por su parte en el conglomerado urbano del Gran Corrientes (Capital, Riachuelo y Santa Ana) hay aproximadamente unos 70 predios irregulares y, con las tomas de terrenos que se registraron a lo largo del año, sólo en la Capital correntina actualmente hay unos 64 asentamientos aproximadamente donde habitan unas 7 mil familias en situación de vulnerabilidad.

A su vez, los datos del relevamiento nacional de Techo arrojaron que uno de cada 10 ciudadanos de la Capital habita en asentamientos informales, lo cual dimensiona un poco más la gravedad del panorama habitacional teniendo en cuenta que la cantidad de habitantes de la ciudad, según datos del Indec, es de 358.233 personas, y es donde está concentrada el 45% de la población provincial.


Desigualdades

Las desigualdades actuales en el acceso a servicios son un reflejo de la problemática habitacional imperante en Corrientes: según los datos de la publicación “Corrientes en cifras” de la Universidad Nacional del Nordeste (Unne), en 2010 el 30,8% de las viviendas de la Capital (sobre 10.833 censadas) no contaban con disponibilidad de red de agua corrientes y cloacas.

El panorama de postergación en los asentamientos correntinos es más profundo. Según detalla el documento presentado por el Colectivo Hábitat Corrientes, el 87,25% de los habitantes de predios informales no cuenta con acceso a la red pública formal de agua potable, el 92,7% cuenta con eliminación de excretas a través de pozos ciegos, pozos negros y excavaciones en tierra; el 86,2% de las familias de los asentamientos no cuentan con conexiones regulares a la red pública de energía y el 34,3% no tiene energía para calefacción de manera formal.

El padrón del Invico, hasta 2016, tenía 43.369 anotados en provincia y 20.457 en Capital. En tanto el déficit habitacional estimado es de poco más de 65 mil viviendas.

Otro dato negativo de la situación habitacional en los predios informales correntinos fue expresado en el Indice de Vulnerabilidad Territorial (Idvt), realizado a nivel nacional por Techo, el cual arrojó que los asentamientos de Corrientes cuentan con los niveles más elevados de vulnerabilidad del país, y que se evidencian en factores como la carencia en el acceso a servicios básicos, la cercanía a un factor de riesgo, el impacto de las inundaciones, el acceso de bomberos, ambulancia y policía, la titularidad de los terrenos, la cercanía a centros de salud y educativos, aprovisionamiento de alumbrado en las calles, recolección de residuos; calles asfaltadas y acceso al transporte público.

Por otra parte, los datos oficiales de la Municipalidad con base en investigaciones de la Unne publicados en el “Diagnóstico Master Plan Santa Catalina Corrientes 2014-2034”, la provincia de Corrientes es una de las jurisdicciones con uno de los índices más altos de hacinamiento crítico del país, ocupando el sexto lugar, con un promedio de 6,4 personas por cuarto.

Ante la radiografía del grave problema habitacional de los asentamientos irregulares, habrá que demandar una profundización de las acciones actuales en materia de soluciones que ejecuta el Estado así como también la puesta en funcionamiento de futuras políticas de desarrollo habitacional y urbano que, según la dirigencia actual, contarán con viento a favor de una coyuntura política nacional, provincial y municipal alineada de los próximos años. Un escenario, a priori, favorable según las estimaciones oficiales de alineación de gestiones Nación, Provincia y Municipio que traerían mayores inversiones, y también a raíz de las declaraciones del flamante gobernador Gustavo Valdés cuyo eje primordial de gobierno será el de “combatir la pobreza”, falencia estructural con la ciudadanía y en el problema habitacional imperante.

Será tarea del Estado trabajar para que las costras y heridas de los asentamientos puedan sanar y convertirse en el tejido urbano formal de la ciudad y donde sus habitantes puedan gozar de sus derechos como ciudadanos accediendo a servicios y a una mejor calidad de vida después de décadas de postergación e invisibilización.


El dato

Los relevamientos realizados hace poco por la organización Techo, arrojaron que uno de cada 10 correntinos capitalinos vive en un asentamiento informal.


La cifra

64 son los asentamientos informales que existen en la ciudad de Corrientes, donde viven unas 7 mil familias.


Martes, 2 de enero de 2018

   

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