Por Juan Sebastian Fiori La interna de los Partidos Políticos  Hace rato que no escribo, un poco por decepción y otro también por egoísmo.
El primero, por lo que nos pasa como Ciudad de Paso de los Libres y Provincia. Hasta donde llegamos con semejante personajes votados y elegidos por “voluntad popular” a nivel Nacional, Provincial y Local, y otro poco de Nepotismo.
Algo se hizo mal y hay que tener autocriticas, la cual ningún partido político centenario lo hizo, y lo hace, sólo son caídas y desplomes. Todos carecen de fundamentos.
Lo segundo, capaz yo cuando escribía o publicaba notas que yo opinaba humanas o efectivas, siempre las creí verdaderas, también eternamente subjetivas, y asumo esa cuestión.
Pero mis compañeros nos desilusionaron, y con esta letra, lo voy a recordar siempre, sin rencor porque nada me hicieron, pero ellos fueron cómplices de su riqueza actual y desmedida que carece el pueblo y llevaron todo a su morada. Yo vivía, involuntariamente otro mundo, el de los políticos honestos y de hacer buena política, hasta que llego “Tincho”.
La crisis de legitimidad de los partidos políticos se extiende a diversos lugares, sobre todo en nuestra Ciudad de Paso de los Libres y Provincia de Corrientes.
El distanciamiento generado entre la sociedad civil y los partidos políticos se ha acentuado por la carencia de empatía y ante las demandas sociales, llegando al punto de mentira de los partidos como canales de representación social y vínculo funcional entre el Estado y la sociedad.
Este desapego no solo se ha producido con la sociedad, sino también entre las élites y los miembros de base del partido, donde los partidos son percibidos como organizaciones herméticas y jerarquizadas en las que es difícil penetrar, los señores dueños.
Vivimos en una Provincia donde la cúpula del partido es la que controla la organización, impidiendo que los militantes de “base” tengan la oportunidad de expresar sus ideas y proponer iniciativas.
No hay democracia en los partidos políticos Correntinos.
Los partidos están controlados por su propio aparato y que militantes y ciudadanos no tienen peso en las decisiones políticas.
No hay oportunidad para el debate de ideas al interior de un partido político.
Poseen apariencia democrática, pero en el fondo son estructuras oligarquizadas y cerradas donde deciden unos pocos.
Las cúpulas de los partidos no escuchan a los afiliados, toman decisiones arbitrarias y oscuras.
Por eso se equivocan y surgen los monstruos actuales.
La culpa no es del pueblo, es de sus dirigentes.
Para eso estamos, para que algún día nos escuchen.
Martes, 20 de febrero de 2024
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