Sábado, 18/5/2024   Paso de los libres -  Corrientes - República Argentina
 
FABIÁN LA PROPICIÓ EN LAS ÚLTIMAS HORAS E INSISTIÓ EN ELLA SIN QUE ESPÍNOLA RECOJA EL GUANTE
Camau-Ríos y una reunión de la que no se informa
Hace unos días se hablaba de una cumbre y hasta de la posibilidad de que se desactiven los mecanismos de la elección interna que va camino a su judicialización. En los hechos -a esta altura- ni políticamente, ni legalmente ambos pueden disponer sobre el justicialismo de Corrientes, más allá de que exploren las posibilidades de juntar fuerzas para unificar sus listas e ir a la elección. Algunas cuestiones hacen ruido en el campamento del Secretario de Deportes de la Nación a la hora de volver a sentarse con el Intendente de la Capital.


FUERON POR LANA Y SALIERON TRASQUILADOS.

En el marco del congreso de noviembre, Fabián Ríos se quejó del camausismo, que llegó sin su líder con la consigna de "venimos por todo", con un mensaje hacia lo que denominó el viejo peronismo, en un corte transversal entre el pasado y el futuro. Ríos maltrató a Rubín, como nunca antes, reprochándole tener la misma edad que él y un pasado en el ejercicio de cargos políticos que se inició diez años antes; acaso como si de dinosaurios, ninguno estuviera en condiciones de tirar la primera piedra. Ahora soplan otros vientos. Por aquello de que la única verdad es la realidad, el futuro se construye con todos, en un marco de respeto. Camau cayó en el dilema. Quisiera soltar amarras de lo que él considera la vieja dirigencia, porque no le gusta mimetizarse como en 2011 con la luego estigmatizada Cooperativa. Pero la política es el arte de lo posible.

Hasta ahora no se ha realizado o al menos no se ha informado respecto al demorado encuentro entre quienes aspiran al mismo posicionamiento para 2017, que es la candidatura mayor. Prima la desconfianza, recriminaciones cruzadas y hasta acuses de traición del ex candidato a Gobernador contra su sucesor en la Intendencia. Aun así Camau terminó yendo a una primera reunión en la Municipalidad días atrás, desandando el espíritu beligerante hacia lo que considera el viejo peronismo que personifica en Ríos, Pruyas y Galantini, los que controlan -en número- tanto el Consejo Provincial como la Junta Electoral.


CONTRADICCIONES EN EL CAMAUSISMO



Las cuestiones de fondo, que forman parte de las preocupaciones, pasan porque hay quienes -contrariamente al propio Camau- le atribuyen especial significación a cómo queden las estructuras partidarias. En este aspecto, son de opinión que las internas para el partido debieran realizarse meses después, limitando las de ahora a sólo los cargos electivos.

Y en el supuesto de que la decisión sea seguir adelante con las elecciones unificadas, ponen el acento en dos cuestiones que consideran definitorias de las propias posibilidades futuras de Camau, de mantener vivos sus sueños, conscientes de que la realidad política del país será otra desde diciembre; o antes, si se considera la licuación natural del poder cristinista como consecuencia de que la gente mirará más al presidente que pueda venir que al que se está yendo.

Por un lado, ponen el acento en la Presidencia y consideran que la posibilidad de acordar una lista no debiera suponer la resignación de ese posicionamiento o al menos no consentir la Presidencia de Ríos, que no sólo lo pondría en inferioridad de condiciones, sino también sería una muestra de debilidad con secuelas para el futuro.

Por otro lado, la conformación en números del futuro Consejo Provincial, más allá de quién sea el Presidente. Recuerdan que la última vez, en 2011, si bien a Camau se le atribuyó la Secretaría General del partido, su poder quedo más que limitado porque el resto de los 23 consejeros fueron de otros sectores, más allá que en la actualidad, por la propia dinámica política pueda contabilizar cuatro. El tema es que en la negociación primigenia, si bien se le dio un cargo expectable, quedó absolutamente en minoría.



LAS CUESTIONES DE FORMA



Los que dentro del espacio recuerdan aquellas negociaciones de 2011, en las que Camau llevó la representación del Foro de Intendentes para marcar la cancha a la entonces estigmatizada Cooperativa del PJ, recuerdan que no le fue bien. Es más, esa negociación significó la implosión del foro de jefes comunales que nunca después pudo recomponerse en términos del funcionamiento que hasta entonces venía mostrando.

Y, en este marco, consideran que Camau no debe ir solo a las rees. No porque hubiera desconfianza para con él, sino porque ponen en la balanza la mayor experiencia de Fabián, que contrasta con cierta ingenuidad de Espínola, pretendiendo que ahora no se repita lo de 2011.

Y de hecho remarcan que la negociación debe ser sobre bases concretas de espacios. Así lo aseguran los que ya no quieren nuevas sorpresas, fundamentalmente porque han ido demasiado lejos como para no tener reaseguros que hagan al equilibrio del poder futuro.

Camau -como se señaló- dispone en la actualidad de dos alfiles en la integración del Consejo; el caso de Carlos Rubín y Víctor Giraud, a los que suma un ex fabianista como Daniel Alterats, que- con un perfil más bajo- hace llegar a solo cuatro el número de consejeros sobre los 24 que componen el cuerpo y que al menos se contrapone con que al principio era solo Camau. El caso de Rubín es el que más reparos genera no solo en el campamento de Ríos sino en el propio camausismo. Fabián no admite que se presente como la expresión del cambio al tener la misma edad que el saliente presidente del partido, con la diferencia de que viene desde fines de la década del '80 con cargos políticos. Frente a él, los que desde el camausismo señalan como el viejo peronismo, en alusión a Pruyas, Ríos o Galantini; "no hay muchas diferencias", remarcan.



EL 3º ESPACIO QUE PUEDE TERMINAR SIENDO LA

OPCION FRENTE A UN ACUERDO



Desde Vamos Compañeros se espera que -en esta partida de ajedrez- las fichas ahora las muevan quienes tienen los controles institucionales. Las muevan quienes promueven acercamientos. En los hechos, hay un protocolo que cumplir y precedentes dados por el propio Juzgado y la Cámara Electoral que, como un calco, son aplicables a la controversia que se plantea en el peronismo.

A partir del sábado se comenzará a ver "la pata a la sota", tanto desde el punto de vista de la naturaleza de los acuerdos en lo político, si los hubiere, como a la forma cómo se pretende emprolijar el proceso electoral interno respecto del cual existen planteos realizados que se vienen desarrollando con paciente regularidad desde diciembre pasado y en los cuales la normalización de la acefalia no modifica el reclamo por las consecuencias que la propia acefalia ha originado en la compresión de los plazos del cronograma electoral, en desmedro de la libre participación de las listas, tanto provinciales como locales, las que requieren de tiempos y no tener que andar a las corridas, amén de que lo que se busca es la movilización del partido -durante la campaña proselitista- que históricamente tuvo sus tiempos, de modo que la interna llegue a la base peronista y que la cantidad de votantes en toda la Provincia sea reflejo del interés en la participación.

En este contexto, de subsistir las diferencias en torno a las reglas de juego, y al tener la garantía de la doble instancia, lo más probable es que -por la vía judicial- se llegue al mismo resultado que apunta a no hacer las cosas "a tambor batiente" en desmedro de la transparencia y las garantías.

Días atrás, el apoderado de la agrupación Vamos Compañeros dijo dos cosas importantes; la primera, cuando destacó que la Justicia Federal -contrariamente a dos publicaciones erróneas de un medio gráfico- habilitó la intervención como afiliado, habiéndose colectado la prueba que oportunamente será analizada en ambas instancias, Con buen criterio postergó la legitimación de la línea interna hasta su reconocimiento- en el desarrollo de los tiempos del cronograma electoral- pero ello no impidió en modo alguno que la causa se sustancie.

Y la segunda fue que la Justicia no es un fin, sino un medio para el logro de reglas de juego claras, en el marco de un proceso que apunta a la unificación del partido para fortalecerlo de cara a 2017. Lo que queda en claro es que si las tres listas no logran acuerdos respecto al desarrollo del proceso, la Justicia terminará siendo en principio el árbitro. Y si subsisten las diferencias, quizás conduzca la elección a través de la figura de un delegado del propio Juzgado tal ha sucedido en la también compleja interna de los liberales.



LA DIFICULTAD EN EL ARMADO DE LOS CONSENSOS



En el camausismo hay la tensión lógica de aspiraciones superpuestas. Nada nuevo en situaciones de cierre de listas. Será el propio Espínola quien deberá armonizar espacios pretendidos por La Cámpora (se dice de "Pitín" Aragón para diputado nacional y la señora de Estoup para legisladora provincial), por sus más allegados (el caso de Martín Barrionuevo y Mario Cocomarola), y el sector de los intendentes que en términos territoriales hacen pesar lo que significa Goya, Santo Tomé o Curuzú Cuatiá, que es quien corre- por este ultimo- con las mayores posibilidades en cuanto a que su participación en el espacio siempre está subordinada al acuerdo previo de la reelección de Alicia Locatelli y, más allá de que- entre los jefes comunales- pareciera hacer criterio formado respecto a que las tres primeras bancas, de hecho dos solo son las más seguras debieran corresponder a exponentes de las intendencias relegando a los lugares que puedan seguir a los representantes de La Cámpora o los propios operadores de Camau. Un pacto se sangre que apuntaría a revalorizar el eje de los jefes comunales.







Fuente: Ellibertador


Jueves, 29 de enero de 2015

   

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