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NUESTRO HOMENAJE
Nestor Kirchner
Néstor Carlos Kirchner(Río Gallegos, 25 de febrero de 1950 - El Calafate, 27 de octubre de 2010) fue un político y abogado argentino. Entre el 25 de mayo de 2003 y el 10 de diciembre de 2007 fue presidente de la Nación Argentina.


Realizó sus estudios de abogacía en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata, donde en 1974 conoció a Cristina Fernández. De ideología peronista, militó durante sus años de estudiante en la Federación Universitaria de la Revolución Nacional y en la Juventud Universitaria Peronista. A mediados de 1976 ―en el contexto de la dictadura militar― se trasladaron a vivir a Río Gallegos, donde fundaron el estudio jurídico Kirchner.
Actualmente sus ideas políticas y económicas son referentes dentro del kirchnerismo y del peronismo de izquierda.

REGRESO A LA MILITANCIA

A fines de 1981 los Kirchner comenzaron a militar en el ateneo Juan Domingo Perón, una de las varias corrientes peronistas de Río Gallegos. Los acompañaban José Salvini ―con quien Néstor había fundado el Centro de Estudiantes Santacruceños en La Plata―, Daniel Varizat, Alicia Kirchner, el Negro Chávez, Carlos Zannini y Cacho Vázquez. Se denominaban el Grupo Calafate. La capital santacruceña tenía en aquella época 70 000 habitantes, 30 unidades básicas y 3 listas dentro del peronismo, todas con militancia activa.

En abril de 1982 el matrimonio Kirchner fundó junto a Alicia Kirchner la unidad básica Los Muchachos Peronistas, en el barrio El Carmen. También crearon un centro comunitario donde su asistente Rudy Ulloa era presidente. Ulloa acercó a Néstor a los sectores humildes de la provincia.

El 7 de abril de 1982 ―en el contexto de la Guerra de las Malvinas― dirigentes de la Multipartidaria viajaron a Puerto Argentino para asistir a la asunción del gobernador designado Mario Benjamín Menéndez. Entre ellos estaban Antonio Cafiero, Deolindo Felipe Bittel, Carlos Contín, Oscar Alende, Jorge Abelardo Ramos, Jorge Triaca y Saúl Ubaldini.

Asimismo en las ciudades donde había puestos militares, entre ellas Río Gallegos, las multipartidarias locales visitaron a los jefes militares en apoyo a la recuperación de las islas. El 10 de abril dirigentes partidarios de Santa Cruz visitaron al General Oscar Guerrero que estaba a cargo de la XI Brigada de Infantería Mecanizada del Ejército. Entre los presentes estaba Kirchner como representante del PJ local. Dicha visita ―que fue registrada fotográficamente― fue falsamente utilizada décadas después por la oposición política y por algunos medios de comunicación para vincular a Kirchner con la dictadura militar.

En 1983 la democracia comenzaba a ser una realidad cercana. El 3 de julio de ese año, Kirchner participó de la interna del PJ de Santa Cruz apoyando la lista de Manuel López Lestón, familiar suyo y cercano a Emilio García Pacheco quien fue su profesor de Geografía y era una de sus personas de mayor confianza.

Kirchner se alió a su entonces amigo Rafael Flores quien conducía el Movimiento Renovador Peronista y peleó la intendencia de Río Gallegos en las elecciones de 1983. Finalmente quedó segundo detrás de Marcelo Cepernic, hijo de Jorge Cepernic.

El gobernador Arturo Puricelli buscó la unidad del PJ y nombró en cargos públicos a dirigentes políticos que no fueron electos. Néstor fue nombrado en la Caja de Previsión Social. Con la colaboración de su esposa, Julio De Vido y Carlos Zannini la reestructuró por completo al crear veinte delegaciones en el interior provincial.

Se mantuvo en el cargo seis meses hasta que renunció debido a las diferencias con el gobernador por el pago de los aportes patronales, que Kirchner le reclamaba. Mientras tanto desde el ateneo, se mantenía como opositor del gobierno municipal, a pesar de ser del mismo partido.

Intendente de Río Gallegos

En 1986 comenzó su campaña para lograr la intendencia de Río Gallegos. La financió vendiendo dos casas. Su equipo de trabajo cercano estaba conformado por su esposa, su hermana, Julio De Vido, Carlos Zannini, Rudy Ulloa, Daniel Varizat, entre otros. En las elecciones del 7 de septiembre de 1987 ganó por 111 votos. La lista la encabezaba Ricardo Del Val, quien fue electo gobernador.

Cuando asumió su gestión apuntó a lo inmediato, rotondas, luces de la calle y asfalto. Cristina Kirchner ―que había sido asesora en el Ministerio de Educación provincial― fue designada al frente de la Secretaría Legal y Técnica del municipio. Asimismo Alicia Kirchner fue secretaria del área social, donde creó centros de integración con atención primaria de la salud.

En lo político, el bloque de Néstor era minoría en el Concejo Deliberante, además la relación con el gobierno provincial era tirante. Según Pandolfo el gobernador nunca dejó de enviarle fondos en tiempo y forma al intendente ya que Kirchner «sabía hacerse valer».

Ya en esta temprana etapa, Kirchner tenía entre sus premisas económico/financieras, el cumplimiento de los compromisos y el desendeudamiento. Por ejemplo, un asesor suyo que además era diputado nacional, le había aconsejado no pagar el préstamo que la Caja de Ahorro provincial había otorgado a Río Gallegos —y otras ciudades— para obras de pavimentación. «No me interesa que vos lo hayas gestionado en la Cámara ni que sea de la administración anterior ni que no lo vaya a pagar nadie. Yo no puedo tener deudas.

Cristina Kirchner ―electa diputada provincial y luego presidente de dicha cámara en 1989― fue también opositora al gobierno provincial. La diputada logró que se le hiciera juicio político al gobernador cuando lo acusó de haber utilizado motoniveladoras para despejar un camino de acceso a su estancia, es decir, irregularidades en el manejo de fondos públicos. Asumió el vicegobernador José Ramón Granero y Cristina, como presidente de la cámara de diputados era la virtual vicegobernadora.

Gobernador de Santa Cruz

Primer mandato
Su intendencia en Río Gallegos tuvo alta aprobación entre los vecinos de la ciudad. Además Kirchner ya contaba con una fuerza política homogénea. Tenía, además, apoyo de base de dirigentes que vieron con buenos su mandato, durante el cual el intendente les había hecho lugar en diferentes áreas. También hizo acuerdo con Rafael Flores, a pesar de que ya no tenían la amistad de tiempos anteriores. Su vicegobernador fue Eduardo Arnold, perteneciente al MRP de Flores. Otros dirigentes que lo acompañaron fueron Sergio Acevedo, Héctor Icazuriaga, Miguel Cristófaro, Teresa Soto.
Kirchner ganó las elecciones con veinte mil votos, por tres mil de diferencia, alrededor del 61 % del total. En Gallegos obtuvo la intendencia el radical Alfredo Martínez, venciendo a Manuel López Lestón, el candidato oficialista. Cuando Kirchner asumió dijo:

Recibo una tragedia. No hay plata para sueldos, no hay nada en la caja, solo pagarés.

Declaró la emergencia económica, bajó los sueldos y no pagó el medio aguinaldo de diciembre, suspendió las recategorizaciones, desdobló el horario de la administración pública, premió el presentismo a docentes, enfermeros y policías. También vendió el inmueble de la Casa de la Provincia de Santa Cruz en Buenos Aires.

Alicia Kirchner fue nombrada al frente al Ministerio de Asuntos Sociales, donde continuó el trabajo iniciado en Río Gallegos armando centros sociales, que luego desplegó en el resto de la provincia. Junto a Luis Buonomo desarrollaron el sistema de salud de Santa Cruz. José Francisco López, hombre de De Vido, fue nombrado presidente del Instituto de Desarrollo Urbano y Vivienda, representando a la provincia ante el Consejo Interprovincial de Ministros de Obras Públicas. Ricardo Jaime, funcionario durante la gobernación de Ricardo Del Val, fue nombrado secretario general de la gobernación, luego trasladado al Consejo de Educación.

Claudio Uberti, también hombre de De Vido, fue nombrado al frente del Ministerio de Economía. Carlos Meyer, al frente del Ministerio de Turismo, fue el impulsor de El Calafate como destino turístico de la provincia. Roberto Arizmendi ocupó la Secretaría de Información Pública. Alessandra Minnicelli ―actual esposa de De Vido― fue nombrada coordinadora de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Economía. Otros funcionarios que acompañaron a Kirchner en la gobernación fueron Lázaro Báez, Rudy Ulloa, Ricardo Echegaray.

Apenas inició su gestión, controló los fondos públicos. El 90 % de los fondos girados por el Estado Nacional se destinaban a pagar sueldos. Seis meses después de iniciada su gestión abonó el aguinaldo y la diferencia salarial con intereses.

En agosto de 1991 el entonces presidente Carlos Menem firmó junto al gobernador Granero el Acta preacuerdo de Puerto Deseado por el cual el Estado Nacional reconocía las deudas ―480 millones de dólares― por regalías petroleras mal liquidadas a la provincia de Santa Cruz. La contrapartida de dicho reconocimiento, era que el Estado santacruceño apoyara la privatización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales que estaba proyectada en la Ley de Reforma del Estado.

Cuando Néstor Kirchner asumió en diciembre de ese año ―en el contexto de un Estado santacruceño quebrado― mantuvo dicho preacuerdo y se manifestó junto a su esposa a favor de la privatización de la petrolera estatal.

[...] quedará sin valor y efecto alguno, y no podrá ser invocado como antecedente de ninguna especie.

El 22 de septiembre de 1992 ―cuando las regalías mal liquidadas ascendían a casi 591 millones de dólares― los gobernadores de la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (OFEPHI) se reunieron con el ministro del interior José Luis Manzano, donde acordaron apoyar la privatización. Al final de dicha reunión, en una conferencia de prensa Kirchner se manifestó a favor de la privatización.

Al respecto, en 2012 durante la presentación del proyecto de ley para expropiar el 51 % de las acciones de Repsol YPF, Cristina Kirchner dijo «Por la reforma de 1994, la propiedad de los yacimientos se transfirió precisamente a las provincias. He estado casada doce años con un gobernador, y sé lo que significa administrar todos los días las urgencias, las necesidades, y muchas veces se adoptan decisiones. Y no porque los gobernadores no quieran defender los intereses de sus provincias, sino que muchas veces se encuentran acuciados por necesidades muy importantes que tienen que cubrir como la educación, la salud, obras importantes que les quitan y les restan poder de negociación».

En abril de 1993 el Estado Nacional giró a Santa Cruz 654 millones de dólares. Con dichos fondos el gobernador compró acciones de YPF por 290 millones, otro tanto ―siguiendo un consejo de Domingo Cavallo― lo depositó en plazos fijos en el exterior y adquirió títulos de deuda y acciones de otras empresas.

En mayo de ese año Menem visitó Santa Cruz. En dicha visita Kirchner dijo «el presidente no me defraudó». En ese viaje el presidente había anunciado que transfería la explotación de tres puertos al Estado santacruceño, Río Gallegos, San Julián y Puerto Deseado. Además anunció un subsidio de 2,5 millones de dólares para la construcción del aeropuerto de El Calafate, obras de pavimentación de la ruta 3 y el compromiso de incluir a Santa Cruz entre las zonas francas en el proyecto a enviar al Congreso.

La buena relación no duraría mucho. A fines de ese año Kirchner se negó a firmar el Pacto Fiscal. Como respuesta el presidente le recortó a la provincia fondos de coparticipación. Kirchner contestó criticando las ventajas desmedidas que se otorgaban a La Rioja, provincia natal del entonces presidente. Serían a partir de ese momento enemigos políticos.

Entre las primeras obras públicas de su gobierno, se destacan el reinicio de las obras que conectaron a Santa Cruz con el sistema de interconectado eléctrico nacional que estaba detenido desde la gobernación de Puricelli. También comenzó la construcción del Hospital de Santa Cruz, finalizado en 1994. Su gestión produjo que intendentes del interior provincial, anteriormente opositores, cambiaran favorablemente su opinión respecto del gobernador.

Así como su imagen mejoró entre los intendentes, su estructura política se vio sacudida en 1994 cuando varios peronistas renovadores, entre ellos Rafael Flores (hasta entonces amigo personal de gobernador), abandonaron las filas del kirchnerismo debido a que sentían que no eran consultados ni se tenía en cuenta sus opiniones, sobre todo durante la reforma de la Constitución de la provincia que introdujo la figura de la Consulta popular referida a temas constitucionales. En una de las consultas Kirchner obtiene la posibilidad de presentarse a reelección en forma indefinida. Los renovadores se unieron al Frente Grande que luego se alió al Frepaso.

También ese año el gobierno santacruceño crea el matutino El Periódico Austral, de distribución gratuita. Uno de los objetivos de Rudy Ulloa era crear una estructura mediática favorable a las políticas del gobierno. Según el diario La Nación, el gobierno santacruceño tenía injerencia en la prensa a través de la pauta oficial.

Finalizando su primer mandato la provincia evidenciaba una mejora en infraestructura, parte de la cual según el diario La Nación provino de inversiones británicas en El Calafate. El turismo alcanzó valores como nunca antes y fue así como desde Chubut llegó Cristóbal López, empresario del juego y amigo de Sergio Acevedo. López levantó en pocos años una red de casinos en las principales ciudades de la provincia.

Segundo mandato

En 1995 Kirchner fue reelecto gobernador por el 66,5 % de los votos. Su gabinete no tuvo cambios mayores.


[...] la fórmula sigue siendo trabajo, trabajo y más trabajo.

Ya en aquel año contaba con propuestas para, en el corto plazo, desembarcar en la escena de Buenos Aires. Rudy Ulloa trasladó la radio comunitaria del barrio El Carmen al centro de la ciudad. Uno de sus eslóganes era «la única radio no opositora». Ricardo Echegaray, por su parte, creó la Fundación Ayudemos a Mamá, que asistía a madres adolescentes y en la que también participó Alicia Kirchner.

En 1996 estableció por ley que el 24 de marzo se conmemoraría en relación al último golpe de Estado, el día de la memoria. Según Pandolfo esto implica que Kirchner tuvo en cuenta los derechos humanos antes de asumir la presidencia. También según el mismo autor, ese año nombró como Juan Carlos Rosell (desaparecido) al recinto de la Legislatura provincial. También llamó Daniel Toninetti a una unidad básica y a un aula del colegio donde asistió dicho estudiante desaparecido.

En relación a su situación con el gobierno de Menem, las diferencias se acrecentaron con el tiempo. Kirchner, junto a otros gobernadores, exigían que los fondos del Fonavi debían distribuirse directamente a las provincias y ser ellas quienes los administren. Mientras que el gobernador mostraba acercamiento a los ex-PJ José Bordón y Gustavo Béliz, criticaba a los funcionarios nacionales: «Tienen prácticas similares a las de López Rega», dijo en relación a Carlos Corach, Alberto Kohan y Eduardo Menem, a lo que el entonces presidente respondió: «Para gobernar bien hay que comenzar por gobernar la lengua». El diario La Nación publicó un artículo donde decía que era instrucción del entonces presidente «apuntar todos los cañones contra el gobernador santacruceño, Néstor Kirchner, y de paso contra su esposa, la senadora Cristina Fernández». Otro cruce fue la ausencia del gobernador a la cumbre del PJ que se realizó en Olivos ese año. Meses antes, Menem había derogado un decreto por el cual varias ciudades santacruceñas se convertían en zona franca.

El gobernador calificó a Menem de «entreguista» en relación al Litigio del campo de hielo patagónico sur en el cual el presidente estaba dispuesto a ceder cientos de kilómetros de glaciares de agua dulce. Los principales medios de comunicación trataron el tema como «el precio de la paz con Chile». Tanto el gobernador como su esposa recorrieron varias universidades nacionales expresando sus razones para oponerse. Las manifestaciones en Santa Cruz expresando rechazo a la aprobación, hicieron que el presidente Menem cancelara una visita programada a la provincia. La senadora Kirchner fue desafectada ese año de todas las comisiones en las que participaba. Para 1998 el presidente tuvo una actitud conciliadora: autorizó la instalación de una base naval en Caleta Olivia, inauguró dos destacamentos militares, uno en Puerto San Julián y otro en Puerto Caleta Paula. Asimismo atendió el reclamo que había hecho el gobernador en relación al retraso en el giro de fondos del Ministerio del Interior.

El presidente Menem veía en la fórmula Kirchner-Kirchner una amenaza a su idea de gobernar por un tercer mandato consecutivo. Al respecto, el gobernador había dicho: «[...] apoyaremos la chance de que Menem tenga su re-reelección, siempre que antes haya una consulta popular, en la que yo voy a votar que no». De un modo u otro el gobernador estaría en la vereda del frente: presentándose como candidato a presidente en 1999 o apoyando ―como había dicho que lo haría― a la fórmula Eduardo Duhalde-Ramón Palito Ortega. Su apoyo a la fórmula justicialista dio como resultado la conformación del Grupo Calafate, del que además de su esposa, participaban José Salvini, Dante Dovena, Francisco Larcher, Oscar Parrilli, entre otros.

Tercer mandato

En 1999 Kirchner asume su tercer mandato. No realizó grandes cambios en su gabinete. Dijo: «Serán mis últimos cuatro años». Su vicegobernador fue Sergio Acevedo, abogado, intendente de Pico Truncado en 1983. Acevedo en esos cuatro años se hizo cargo de la gobernación varias semanas, debido a los viajes de Kirchner a Buenos Aires, donde el gobernador preparaba su candidatura presidencial cuando mucho para las elecciones de 2007.

Entre las actividades del Grupo Calafate estaba el debate político que junto a Nuevo Espacio (creado por Fernando Chino Navarro) lograron una serie de debates de los que participaron Horacio González, Raúl Zaffaroni, Torcuato Di Tella (hijo), Víctor De Gennaro, entre otros. Coincidían en la «necesidad de recuperar la autoestima» y en que la política era la herramienta para el cambio, «transformar la cultura impuesta por la dictadura» y «desactivar las bombas de tiempo del menemismo». La mesa de trabajo se amplió con dirigentes bonaerenses como Juliana Di Tullio, Edgardo Binstock y Emilio Pérsico.


ELECCIONES PRESIDENCIALES 2003

Los años previos

La situación económica y social en Argentina tuvo un marcado deterioro desde mediados del segundo mandato de Menem. En ese contexto Fernando de la Rúa de la Alianza por el Trabajo, la Justicia y la Educación obtiene la presidencia en 1999. Desde el inicio de su mandato no modificó en lo fundamental la política económica liberal de los diez años anteriores. La depresión económica acompañada de inestabilidad política, falta de rumbo conceptual y debilidad ante las presiones del Fondo Monetario Internacional y las empresas privadas, fueron las claves de aquellos años.

Para fines de 2001 la pobreza había alcanzado un histórico 54 % y el desempleo afectaba al 25 % de la población activa. El ministro de Economía Domingo Cavallo, mediante la utilización de los denominados «superpoderes» delegados por el Congreso, decretó por propia decisión un corralito financiero para salvar los bancos. El recorte del gasto público alcanzó los seis mil millones de dólares, afectando todos los sectores, entre ellos la reducción del 13 % a los jubilados. Surgieron cuasimonedas, se hablaba de «provincias inviables» y de una posible disolución nacional. Este contexto, conocido como Crisis de 2001, provocó la renuncia del Presidente, a lo que le siguió una sucesión de nombramientos y dimisiones conocida como «la semana de los cinco presidentes». Finalmente Eduardo Duhalde asumió el cargo el 2 de enero de 2002.

Desde 2000 Kirchner se mantenía al tanto de la situación en el conurbano bonaerense, uno de los principales focos de conflictos y piquetes que afectaban todo el país. Entre sus primeros interlocutores se encontraban Edgardo Depetri de la CTA y Luis D'Elía de la FTV. A este último le aseguró que sería presidente y que le ofrecía todo su apoyo. Cuando Kirchner viajaba a Buenos Aires su agenda la manejaba el legislador porteño Alberto Fernández, uno de sus hombres de confianza.

Como gobernador de Santa Cruz apoyó la búsqueda de adhesiones que realizó el Frente Nacional contra la Pobreza ―Frenapo― (integrado por varias organizaciones sociales, entre ellas las citadas CTA y FTV) para obtener sustento en sus reclamos por seguro de desempleo, Asignación Universal por Hijo y asignación para jubilados. Según D'Elía obtuvieron 2,7 millones de firmas.

En contraposición, no todas las opiniones sobre el gobernador eran favorables. El periodista Horacio Verbitsky había visto su gobierno en forma crítica desde su columna de opinión en Radio del Plata. Al respecto dijo «[...] El gobernador Kirchner está tratando de organizar una corriente política que atraiga a los sectores progresistas hacia su candidatura presidencial. Pero hace varios años que las cosas que llegan desde la provincia muestran que entre esa imagen que quiere construir nacionalmente y los ecos que llegan desde allí, hay un abismo similar al que había entre la imagen nacional que comenzó a construirse Carlos Menem y lo que sabían los riojanos».

La situación, con vistas a las elecciones presidenciales, se presentaba confusa. Varios líderes del Partido Justicialista aspiraban a la presidencia. Eduardo Duhalde ofreció la candidatura en primer lugar al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Felipe Solá quién declinó dicha posibilidad. El preferido de Duhalde era el gobernador santafesino Carlos Reutemann quién tenía una imagen positiva de más del 40 % según Pandolfo. Este también declinó su candidatura lo mismo que José Manuel de la Sota, gobernador de Córdoba, con alrededor de un 5 % de imagen positiva.

El acuerdo por el que Duhalde apoyó la candidatura de Kirchner fue el resultado de negociaciones internas de cada lado, principalmente porque Kirchner nunca tuvo una buena relación con el dirigente bonaerense. Según Alberto Fernández en junio de 2002 le propuso a Kirchner «arreglar con Duhalde». Habían analizado otras posibles fórmulas presidenciales y en todos los casos concluían en que o restaban votos o resultaba inviable un acuerdo electoral.

Por su parte Duhalde no tenía mucho más tiempo por delante para decidir. Debido a la Masacre de Avellaneda, las elecciones se adelantaron al 27 de abril del año siguiente. Decía de Kirchner «[...] me putea cada vez que puede». En el último trimestre de 2002, luego de varias semanas de indecisión, se reunieron en Olivos y acordaron la candidatura. Pensaban que lo mejor era que no hubiera internas y que todos los candidatos justicialistas se presentaran. Opinaban que Menem «tenía un piso alto de votos, pero también un techo bajo» previendo una posible segunda vuelta electoral.

Alberto Fernández citado por Pandolfo decía «[...] inicialmente estábamos muy solos. Después se empezó a sumar más gente». Kirchner repetía a sus allegados frases como «no se puede gobernar sin superávit» o «[...] al próximo presidente nadie la va creer nada por años. Cuando anuncie algo, lo va tener que cumplir. Y cuando anuncie otra cosa a las veinticuatro horas, igual nadie le va creer y también lo va tener que cumplir. Va ser como ir a elecciones todos los días».


LA CAMPAÑA ELECTORAL

El congreso del partido justicialista decidió suspender la elección interna y permitir a todos los precandidatos el uso de los símbolos partidarios comunes para presentarse a la elección general. En la práctica, esto significaba que iban a enfrentarse como si perteneciesen a partidos distintos.

Su asesor de imagen fue Fernando Braga Menéndez, quien también había asesorado a Raúl Alfonsín. Según Menéndez «[...] fue una campaña muy barata. No hice más que transmitir lo positivo, pero tampoco fue demasiado, porque no había mucha plata». La jefa de campaña fue su esposa, al igual que lo había hecho cuando Kirchner accedió a la gobernación de Santa Cruz. Uno de los primeros temas que tuvieron que definir fue el compañero de fórmula. Finalmente ―y a pesar de su cercanía a Menem― decidieron proponerle la candidatura a Daniel Scioli. Este tenía pensado buscar la Jefatura de Buenos Aires, pero optó por quedarse con Kirchner.

Kirchner arrancó su campaña en una posición desfavorable. Las encuestas de intención de voto lo ubicaban por detrás de los otros candidatos justicialistas y de Ricardo López Murphy. La figura de Kirchner, he hecho, era poco conocida a nivel nacional. Sin embargo, su popularidad comenzó a crecer impulsando un programa de perfil socialdemócrata con el que buscaba diferenciarse de las políticas aplicadas durante los gobiernos de Menem y De la Rúa, poniendo acento en priorizar la producción, la justicia, la educación, el trabajo, la equidad y la salud, sintetizado de algún modo en sus eslóganes de campaña: «Un país en serio» y «Primero Argentina». No fue desdeñable tampoco el aporte que significaron tanto su compromiso de mantener al ministro de economía de Duhalde, Roberto Lavagna, con una imagen positiva en la sociedad por su gestión anticrisis, como la participación de su esposa, quien como legisladora nacional tuvo durante los noventa un discurso muy crítico al gobierno menemista.

Los meses siguientes fueron de negociaciones diarias, debía conformar un frente nacional que levantara su perfil. El comando de campaña estaba en la Casa de la Provincia de Santa Cruz en Buenos Aires. Desde allí se reunía con referentes del conurbano como Luis D'Elía quién en febrero de 2003 le comunicó que su agrupación de La Matanza lo votaría. Jorge Capitanich, gobernador del Chaco y uno de los dirigentes más cercanos, prometía «aplastar» a Menem en su provincia.

Dos semanas antes de las elecciones las encuestas daban un empate en el segundo lugar entre Kirchner y López Murphy. El lunes previo a las elecciones Artemio López aseguró que Murphy no entraba en la segunda vuelta.


LAS ELECCIONES

En las Elecciones Presidenciales del 27 de abril de 2003, la fórmula Kirchner-Scioli del Frente para la Victoria obtuvo 4 312 517 votos, el 22,24 % del total, resultando superado por la fórmula Menem/Romero de la Alianza Frente por la Lealtad-UCeDe, que obtuvo el 24,3 %. La elección debería definirse en segunda vuelta electoral entre ambas listas.

Fuera de esta segunda ronda quedaron Ricardo López Murphy (16,37 %), Adolfo Rodríguez Saá (14,11 %) y Elisa Carrió (14,05 %). El candidato de la Unión Cívica Radical, Leopoldo Moreau, ocupó el sexto puesto con un 2,3 % en la peor elección de la historia de su partido.

Después de la primera ronda, Kirchner visitó al presidente del Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y al de Chile, Ricardo Lagos Escobar, ante quienes ratificó sus intenciones de fortalecer el Mercosur, tal como lo había prometido en el Plan de Gobierno que había presentado poco tiempo antes de las elecciones, y declaró que mantenía con orgullo las convicciones políticas que había sostenido en el pasado.

La segunda vuelta debía llevarse a cabo el 18 de mayo de 2003. Los sondeos previos indicaban entre un 60 y 70 % de intención de voto para el gobernador de Santa Cruz. Sin embargo, el ballotage no tendría lugar ya que el 14 de mayo de 2003 el expresidente Menem, después de una larga cadena de rumores y desmentidos, anunció su decisión de renunciar a su candidatura, lo que automáticamente convirtió a Kirchner en presidente electo. Se señaló que la maniobra de Menem tuvo como propósito evitar una derrota estentórea, y al mismo tiempo condicionar a Kirchner, que accedió a la presidencia con el nivel más bajo en la Historia argentina. El 25 de mayo de 2003, Néstor Kirchner prestó ante el Congreso el juramento de ley para convertirse en el 51.º presidente de la Nación Argentina.


PRESIDENCIA DE ARGENTINA

Kirchner asumió «con más pobres que votos», como solía decir. Confirmó al ministro de Economía de Duhalde, Roberto Lavagna y al ministro de Salud, Ginés González García. En la Secretaría Legal y Técnica designó a Carlos Zannini. Para Kirchner dicho cargo era uno de los más importantes: Zannini ya había sido su asesor tanto en su intendencia de Río Gallegos y luego como gobernador de Santa Cruz. Julio De Vido, uno de sus hombres de mayor confianza, fue designado al frente del ministerio de Planificación Federal. De Vido había sido su Secretario de Obras Públicas en Río Gallegos, ministro de Economía de la provincia y ministro de Gobierno.

Al frente del ministerio de Desarrollo Social designó a su hermana Alicia Kirchner quien tuvo cargos similares tanto en Río Gallegos como en la gobernación de Santa Cruz. En el ministerio del Interior designó a Aníbal Fernández quién a su vez sugirió a Daniel Filmus para el ministerio de Educación, a Rafael Bielsa en Cancillería, José Pampuro en Defensa, Carlos Tomada en Trabajo y Gustavo Béliz en Justicia. Kirchner confirmó también a dos hombres cercanos, Ricardo Jaime en la Secretaría de Transporte y Alberto Fernández en la Jefatura de Gabinete. La lista se completaba con Oscar Parrilli en la Secretaría General de la Presidencia, Sergio Acevedo en la Secretaría de Inteligencia, Enrique Meyer en la Secretaría de Turismo y Torcuato Di Tella (hijo) en la Secretaría de Cultura, José Granero en el SEDRONAR y Claudio Morresi en la Secretaría de Deportes.


Política económica

La política económica del gobierno de Kirchner continuó los lineamientos establecidos por Lavagna bajo la presidencia de Duhalde, manteniendo la devaluación de la moneda mediante una fuerte participación del Banco Central en la compra de divisas, impulsando mediante las exportaciones un crecimiento económico con tasas del PBI cercanas al 10 %. Las políticas implementadas fueron exitosas, además, en sacar al país de la cesación de pagos más grande de su historia: se canjeó la deuda soberana, de valor nulo tras la crisis del 2001, por nuevos bonos indexados por la inflación y el índice de crecimiento económico. Los índices de pobreza y de desempleo disminuyeron notoriamente.

En esta etapa jugó un importante papel el pequeño bloque de diputados nacionales que respondían en forma directa al presidente Kirchner. Eran apenas 14 que debían lidiar con un bloque oficial del PJ con más de 70 legisladores alineados con Eduardo Duhalde y un mosaico de pequeños agrupamientos afines a Menem y Romero, entre otros.

En muy poco tiempo, este sector de 14 diputados ―entre quienes destacaban Juan Irrazábal (de Misiones), Daniel Varizat (de Santa Cruz), Osvaldo Nemirovsci (de Río Negro) y Jorge Arguello (de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires)― lograron imponerse en la conducción del bloque oficial y desde ahí brindaron un más que importante aporte a la consolidación de la conducción política de Néstor Kirchner.


Relación con las organizaciones sociales

Desde el comienzo de su mandato, el Presidente Kirchner tuvo mayor cercanía con Luis D'Elía de la Federación de Tierra, Vivienda y Hábitat; Emilio Pérsico del Movimiento Evita; Juan Carlos Alderete de la Corriente Clasista y Combativa y con Humberto Tumini de Libres del Sur. Estos movimientos piqueteros serían la “fuerza de base” con la que Kirchner concertaría y que actuarían, además, como contrapeso al sector del Partido Justicialista que Kirchner no controlaba. Los movimientos sociales adquirieron relevancia como nunca antes.

Estas organizaciones habían presentado una serie de pedidos en común: mantener los planes sociales vigentes, construir viviendas en barrios pobres, desprocesamiento de militantes enjuiciados, juicio a los responsables por la muerte de una decena de dirigentes sociales desde 2001 y la restitución de 25 mil planes de asistencia social recortados.60 Kirchner se había comprometido, de hecho, a mantener vigentes los más de 2,2 millones de planes sociales, pero con el compromiso de cambiarlos por otros instrumentos de política social.

También acordaron modificar las normas del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes) para que estas organizaciones pudieran ser contratadas por el Estado para la Obra pública y la construcción de viviendas sociales. Asimismo hubo unanimidad en lo referente a la renovación de la Corte Suprema pero no así en el pago de la deuda externa, que la CCC rechazaba.

También acordaron que la manifestación callejera no sería reprimida, pero asimismo esta debía cambiar sus métodos y sus objetivos: de ser abiertamente en protesta debía pasar a ser en apoyo a las políticas transformadoras que se estaban comenzando a llevar a cabo. Les dijo «... Es tiempo de que las organizaciones sociales se conviertan en actores políticos.» Con esa idea fue que prometió fondos para formar cuadros políticos; los alentó a crear cooperativas de trabajo y se comprometió a incorporar militantes al gobierno.

La mesa de negociación de amplió con nombres como Carlos López y Alberto Vulcano de la FTV; por el Frente Transversal se unieron Edgardo Depetri y Hugo Gómez; por el Movimiento Evita, Santiago Martorelli; por Barrios de Pie, Jorge Ceballos; por Libres del Sur, Néstor Moccia, entre otros.


Renovación de la Corte Suprema de Justicia

Durante los años noventa, la Corte fue duramente criticada por carecer de la suficiente independencia del Poder Ejecutivo. De hecho, muchos de sus miembros fueron acusados de conformar una «mayoría automática» que siempre fallaba a favor de los intereses del gobierno. Durante el 2003, año en que asumió la presidencia Néstor Kirchner, los magistrados Julio Nazareno, Adolfo Vásquez y Guillermo López, renunciaron ante la posibilidad de resultar destituidos por juicio político, mientras que Eduardo Moliné O’Connor fue removido de su cargo a fines del mismo año.

Desde el 19 de junio de 2003, por decreto presidencial, todos los candidatos a integrar la Corte Suprema deben pasar una etapa de exposición pública que tiene que presentar el Poder Ejecutivo en los principales medios de comunicación de todo el país. El currículum del nominado (o los nominados) debe ser publicado y promocionado en el sitio web del Ministerio de Justicia y puede ser discutido por ONGs, asociaciones de Derecho, universidades, organizaciones de Derechos Humanos, y cualquier ciudadano que así lo desee. Luego de un período de tres meses, el presidente, sopesando los apoyos y rechazos a la candidatura, queda habilitado para presentar la nominación al Senado, que debe decidir si aprueba o no que la persona propuesta por el presidente forme parte de la Corte, necesitándose una mayoría de dos tercios para dicha aprobación.

La renovación de la Corte Suprema de Justicia durante los primeros años del gobierno de Kirchner, con la designación del Dr. Eugenio Raúl Zaffaroni en 2003, y de las Dras. Elena Highton de Nolasco y Carmen María Argibay en 2004, fue vista y es usualmente reconocida por la oposición como un paso positivo,que brinda más independencia al Poder Judicial y equilibra la Corte tanto ideológicamente como por género.

Hasta hace unos años todos los jueces eran hombres, casi todos eran católicos y considerados, en general, conservadores. En cambio, dos de las más recientes elecciones del Senado para integrar la Corte son mujeres. Argibay es feminista, atea militante, y apoya la despenalización del aborto. Por su parte, Zaffaroni (el primero en ser designado a través del método público de nominación), es catalogado políticamente como de centro izquierda e inclinado hacia la tendencia jurídica vulgarmente conocida como garantismo.


Pago y quita de la deuda externa

Durante el gobierno de Kirchner, Argentina y el Fondo Monetario Internacional han mantenido una relación tirante. Al igual que Brasil, una de las principales medidas de su gestión fue cancelar por anticipado la totalidad de la deuda con este organismo internacional por un monto de 9810 millones de dólares. El objetivo declarado de ambos gobiernos fue terminar con la sujeción de las respectivas políticas económicas nacionales a las indicaciones del FMI.

Durante el año 2005 se realizó el canje de la deuda, que iniciaba las renegociaciones por los bonos que habían quedado en default desde 2001. Con la crisis de diciembre de 2001, la Argentina había entrado en suspensión de pagos (default) de su deuda externa. Este default ha sido el más largo de la historia financiera moderna, e implica fundamentalmente la cesación de pagos de capital e intereses de los títulos de deuda pública emitidos por el Estado (deuda soberana). A fines de 2004, la deuda externa total alcanzaba los 178 000 millones de dólares. Durante 2003, el gobierno de Néstor Kirchner logró negociar una reprogramación de las obligaciones con los organismos financieros multilaterales (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo y otros menores) en lo que se llamó el canje de la deuda argentina, obteniendo el 75 % de quita de deuda, el mayor porcentaje de quita en la historia económica internacional.

Los defensores de los logros de la política económica del gobierno, sostienen que Kirchner asumió en una situación muy delicada y que la mayoría de los demás países de la región, han tenido un desempeño económico-social más acotado que el argentino, y que ello se debe precisamente a la política económica adoptada.


Política de Derechos Humanos

Kirchner llevó adelante una activa política para promover los Derechos Humanos. Su gobierno incorporó reconocidos integrantes de organismos de Derechos Humanos. Además, impulsó el enjuiciamiento a los responsables por crímenes de lesa humanidad ocurridos durante los años setenta, realizados por la Triple A y por el gobierno del Proceso de Reorganización Nacional. Para conseguirlo, sus partidarios apoyaron en el Congreso Nacional las anulaciones de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final,66 las cuales mantenían frenados dichos juicios desde el gobierno de Raúl Alfonsín. Dicha medida fue posteriormente ratificada por el Poder Judicial.

Durante su gobierno se decidió no realizar publicidad oficial en las publicaciones de Editorial Perfil, lo que motivó una acción judicial de esta última que se inició en mayo de 2006, reclamando que se corrigiera la decisión, que fue resuelta en definitiva en 2011 por la Corte Suprema de Justicia. La sentencia recordó que sin libertad de expresión no hay democracia y que la libertad constitucional de prensa tiene un sentido más amplio que la mera exclusión de la censura previa y que es la base esencial de la garantía de la ciudadanía de mantenerse informada para poder ejercer sus derechos políticos. El tribunal agregó que se trata de un derecho de la persona humana reconocido por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas en su artículo 19. Consecuentemente ordenó que el Estado Nacional distribuyera avisos oficiales en las distintas publicaciones de la editorial en un plazo de quince días, respetando un «equilibrio razonable con aquellas de análogas características».


Crecimiento económico y reducción del desempleo

Según el Centro de Estudios para la Producción, el período 2003-2007 ha sido una etapa de gran avance de la economía argentina, registrando tasas de crecimiento promedio del orden del 9 % anual. El desempeño productivo estuvo motorizado por la persistente mejora que presentaron el gasto doméstico privado (consumo e inversión) y las exportaciones. Por otra parte, la generación de mano de obra fue otra característica saliente del período 2003-2007; ello se evidenció en una tasa de desocupación que fue descendiendo sin interrupciones con reducciones importantes, alcanzando niveles de un dígito. Cabe destacar que el mantenimiento de un tipo de cambio real competitivo y estable ha tenido un rol fundamental en la caída de la tasa de desempleo, debido a una mayor incorporación de mano de obra en la producción. Según un informe de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), entre 2003 y 2008 la Argentina contrajo la tasa de desempleo urbano abierto un 53,8 por ciento, y se ubicó tercera entre las naciones latinoamericanas con mayor eficacia en la reducción de la desocupación durante ese período


Desarrollo industrial

En el período 2003-2007, la industria argentina creció a un promedio anual del 10,3 % en términos del Índice de Volumen Físico (IVF), acompañando la dinámica de la economía en su conjunto. La persistencia del avance del sector manufacturero constituye una característica que sobresale en relación a otros períodos de crecimiento industrial.


ELECCIONES LEGISLATIVAS

Tras las elecciones legislativas en octubre de 2005, Kirchner obtuvo la primera minoría a nivel nacional. Esto se vio reflejado en importantes cambios en el gabinete (fundamentalmente la sustitución de Roberto Lavagna por Felisa Miceli en el ministerio de economía). Algunos analistas, sin embargo, hacen hincapié en el carácter precario que tendrían los acuerdos alcanzados con los intendentes y gobernadores que aportaron a sus listas.

La oposición cuestionó el hecho de que, pese a controlar la mayoría de ambas cámaras del Congreso, Kirchner ha preferido en reiteradas ocasiones hacer uso de las facultades legislativas del poder ejecutivo, legislando a través de decretos de necesidad y urgencia en vez de seguir los trámites ordinarios previstos para la sanción de leyes. Desde su asunción y hasta mayo de 2006, de 337 leyes originadas en el poder ejecutivo que podrían haberse sancionado por decreto, Kirchner envió solo 136 como proyectos de ley al Congreso, mientras que las restantes 201 fueron sancionadas apelando a decretos de necesidad y urgencia. La estadística arroja así unos 67 decretos por año, con frecuencia comparados con los 54,5 por año de Carlos Menem ―quien firmó un total de 545 durante sus diez años de gobierno―.


POLÍTICA INTERNACIONAL

A nivel internacional, Kirchner forma parte de un grupo de mandatarios de varios países, junto con Lula (Brasil), Tabaré Vázquez (Uruguay), Evo Morales (Bolivia), Michelle Bachelet (Chile), Rafael Correa (Ecuador) y Hugo Chávez (Venezuela) quienes, por primera vez en la historia de América Latina, han planteado la posibilidad de establecer una coalición de países de la región que desarrolle políticas independientes de las potencias mundiales hegemónicas. En el año 2005, en la Cumbre de las Américas de Mar del Plata, la región rechazó la pretensión norteamericana de imponer el proyecto del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas). Hugo Chávez ha recordado en una entrevista el momento en el que el expresidente Kirchner se dirigió a George Bush, que estaba sentado en un rincón del salón de aquella cumbre marplatense. «No nos vengan aquí a patotear», fue la frase del exmandatario argentino. Sus detractores de derecha, consideraron este episodio como una pérdida de oportunidades comerciales para Argentina con Estados Unidos, y sostuvieron que el rechazo del ALCA aislaría económicamente al país.Simultáneamente, sus detractores de izquierda sostienen que Kirchner ha mantenido las relaciones con el gobierno estadounidense sin cambios esenciales.
En 2006 surgió un conflicto diplomático con Uruguay a raíz de la instalación de unas plantas de celulosa sobre el Río Uruguay, situación que llevó al corte por parte de activistas de la provincia de Entre Ríos de los puentes internacionales con el país oriental. Kirchner se negó a reprimir a los manifestantes e incluso se manifestó públicamente a favor. Las declaraciones del presidente tensaron las relaciones con Uruguay.


Intervención del Indec

Una de las medidas más discutidas fue la intervención del INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos): en enero de 2007, su dirección del índice de precios fue intervenida, sin previo aviso, por Beatriz Paglieri, quien estaba vinculada políticamente con el secretario de Comercio Guillermo Moreno. Los empleados del Instituto denunciaron entonces que hubo un cambio de la metodología, pero que este cambio no fue publicado ni discutido con los técnicos.

En abril el fiscal federal Stornelli abrió una causa por violación y manipulación del secreto estadístico, involucrando a Guillermo Moreno, a Beatriz Paglieri y a la subdirectora del Indec, Ana María Edwin. En julio, esta última fue nombrada directora del Instituto, y la intervención se generalizó a las demás direcciones, trabajadores de ATE denunciaron pintadas en el edificio e intimidaciones. También comenzaron a utilizarse equipos de vigilancia para controlar todo intento de disenso interno. La política de manipulación de los índices de precios se realizaba de forma tal que ni siquiera se comunicaban públicamente los criterios para su elaboración. Hacia mediados de 2008, el descreimiento en el funcionamiento del ente motivó el reconocimiento del propio jefe de Gabinete, Sergio Massa.
La intervención del organismo ha sido criticada inclusive por personas partidarias del oficialismo, como el presidente del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales), que en 2010 afirmó:
Todos los que participamos de este espacio repudiamos el avasallamiento del organismo oficial de medición de indicadores económicos [...] Kirchner se justificó diciendo que en el INDEC había mucho personal de alto nivel que trabajaba en consultoras externas y que tenía un compromiso con aumentar los índices para que el Estado tuviera que aumentar los pagos en los bonos indexados [...] hubo muchas personas que no aceptaron esa explicación.

El 2 de junio de 2007 el jefe de Gabinete, Alberto Ángel Fernández, confirmó que Kirchner no buscaría la reelección en las elecciones presidenciales de octubre, agregando que quien lo haría sería su esposa, la senadora Cristina Fernández, como representante del Frente para la Victoria (FPV-provincia de Buenos Aires).La noticia había trascendido el día anterior y había sido publicada por el diario Clarín

A mediados de 2007, la ministra de Economía Felisa Miceli se vio envuelta en un escándalo de corrupción por una bolsa con dinero, que contenía 100 000 pesos argentinos y 31 670 dólares estadounidenses, encontrada en el baño de su despacho.86 Al ser llamada a declarar por el fiscal Guillermo Marijuán, presentó la renuncia a su cargo el 16 de julio de 2007.


FALLECIMIENTO

Durante 2010 su salud se debilitó seriamente. En febrero de 2010 fue operado de la carótida. El 11 de septiembre de 2010 tuvo que ser sometido a una angioplastia y se le colocó un stent. Se le había recomendado cambiar su estilo de vida debido al estrés. Fue dado de alta al día siguiente.

Falleció a los 60 años de edad en la ciudad de El Calafate, provincia de Santa Cruz. Según el parte médico oficial, el exmandatario murió como consecuencia de un paro cardiorespiratorio no traumático, el 27 de octubre de 2010 a las 9:15, en su residencia de Los Sauces, donde se encontraba junto a su esposa, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. El deceso se produjo al iniciarse el megaoperativo del censo poblacional del 2010, día declarado feriado nacional, lo cual causó mayor impacto en la población argentina. Néstor Kirchner pudo recibir el sacramento de la unción de los enfermos antes de morir.

Aparte de Argentina, siete países sudamericanos declararon duelo oficial por la muerte de Kirchner: Brasil, Chile, Colombia, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela, anunciando la presencia de varios presidentes de países miembros de UNASUR en los funerales de Estado. A su vez, se produjo una declaración conjunta de los 12 países de la UNASUR desde la presidencia pro témpore en Quito, en donde se le calificó como un «líder clave» en la integración regional y se decretó por primera vez duelo regional por tres días. Diversos gobernantes y líderes mundiales enviaron mensajes de condolencias a la presidenta Cristina Fernández y al pueblo argentino



Miércoles, 25 de febrero de 2015

   

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