POR LA ARIPUCA ¿LAS INSTITUCIONES?  La vida social se consolida y se organiza por medio de las Instituciones. Ellas son producto del reparto de tareas entre los diversos miembros de la Sociedad. Las Instituciones funcionan cuando la autoridad y la comunicación entre todos sus miembros son fluidas y claras y se da en el marco de la justicia y la equidad.
En ella se da la existencia de una comunidad donde el elemento común es compartido por muchos, si carece de ella, no hay una verdadera Institución. Hay comunidad cuando tanto el que manda como el que obedece, comparten razones, los fines y motivos de la tarea común.
Cabe aclarar, que todo dependerá de las personas que la constituyen.
Una Institución sin comunidad verdadera, es un sistema impersonal, sin alma. Es dar y recibir, aceptar y compartir, un tener elementos en común que hace bien a cada persona y por ende a todo el grupo.
Podemos citar distintas Instituciones: las educativas, las deportivas, las políticas, etc. Todas deben atender al desarrollo del hombre, a la formación del ser humano. Las Instituciones deben servir al individuo y no al revés. La Instituciones están en función de la persona, lo contrario sería sostener una visión deshumanizada del tejido social.
El fin mediato de ellas es servir al hombre. En la medida en que logren su fin inmediato estarán siendo útiles al logro del fin del hombre. Por eso señalo que el fin de las Instituciones es el fin del hombre. Y si el fin del hombre es conseguir su felicidad, las Instituciones deberían ayudarle en ese sentido al hombre, dado que están a su servicio.
Esto se logrará en la medida que las Instituciones sean eficaces.
Toda Institución necesita alguien que emita órdenes para coordinar la acción conjunta de los hombres, la cual se denomina autoridad.
La misión de esta es la conducción hacia la consecución de los fines propuestos. En ella no deben anteponerse los fines personales, subjetivos o partidarios en aras del fin común, dado que se arriesgaría la misión de dicha Institución.
La autoridad no debe ser impositiva, sino que debe ser entendida como puesta al servicio de los demás.
Cuando la autoridad está bien ejercida aparece la iniciativa y la eficacia de la tarea común. Una sociedad no puede mejorar si las personas no son tratadas de modo que puedan hacer suyas las tareas confiadas. Así se sustituye la buena negociación por la confrontación; el diálogo por la protesta; la persuasión por el engaño. Aparece el dominio del más fuerte sobre el más débil y el sometimiento irracional por la fuerza.
La sociedad avanza sin rumbo, sin saber que está retrocediendo, ya que las personas que la integran no se realicen como tales. No existe, la iniciativa y la alegría de la tarea común. Se les quita a los hombres la posibilidad de ser mejores y crecer en virtudes.
Nos cabe reflexionar como individuos ante semejante contexto.
Las instituciones en nuestra Ciudad cumplen su verdadera función o fin propuesto?.
A las Escuelas, los Partidos Políticos, les cabe la palabra comunidad, colectividad, o es una mera cuestión de personalismos, exclusivismo y arbitrariedades?.
Los individuos que manejan circunstancialmente dichas Instituciones, sirven al hombre o a sí mismos?
¡UNA SIMPLE CAVILACIÓN!
HASTA SIEMPRE.
Viernes, 25 de septiembre de 2015
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