CORRIENTES Protesta y malestar social, sordos ruidos En 1999 la crisis del gobierno de Pedro Braillar Poccard comenzó a desatarse a partir de pequeñas protestas de grupos minoritarios, a los que el entonces intendente de Corrientes y líder del PANU, Raúl Rolando, "Tato" Romero Feris, sindicó como, "cuatro loquitos". Terminó con la caída del régimen conservador, la destitución del gobernador, una intervención federal a los tres poderes, y dos muertos.
En el 2016, la historia busca repetirse y el gobernador Ricardo Colombi sale acelerado y nervioso a cubrir con las manos las grietas de un dique. Muestra de ello fue la última movilización de trabajadores, (unos 500) que llegaron con facilidad hasta las puertas de la Casa de Gobierno. Durante la misma jornada, en simultáneo hubo manifestaciones en Goya, Mercedes y Paso de los Libres. Eso forzó, en una serie de (sutiles) concesiones de parte del Ejecutivo, incluido el anuncio de aumento salarial de este lunes.
Pero las grietas no son fáciles de tapar. El Instituto de la Obra Social (Ioscor) continúa "tomado" por los trabajadores que mantienen un paro por tiempo indeterminado. El segundo piso del edificio, está operando con becarios que difícilmente puedan seguir haciendo funcionar el organismo. Es más, en su situación de precariedad laboral, hasta podrían ser otro dolor de cabeza para Colombi. En el mismo sentido, la familia policial echó ayer más leña al fuego con una movilización y amenaza de acampe en la plaza 25 de Mayo. Disconformes con la mini recomposición salarial, muchos trabajadores estatales también se sumaron a la protesta.
La situación en los barrios no es distinta, es peor. La crisis económica nacional no ayuda al maquillaje de paz social que el oficialismo quiere dar. Sin ir más lejos, la Federación de Organizaciones de Base, (Fob) cortó ayer la avenida 3 de abril en el acceso al puente General Belgrano en reclamo de mercaderías y puestos de trabajo. En respuesta, fueron reprimidos y desalojados violentamente por el Grupo Táctico Operativo de la Policía (GTO) y personal de infantería. Un acto que desnuda la reacción desesperada del Gobierno Provincial. El saldo: varios policías y manifestantes heridos y algunos detenidos.
El interior no se queda atrás en cuanto a protestas. El jueves pasado, vecinos de Monte Caseros acudieron masivamente al Concejo Deliberante y reclamaron a los ediles, en plena sesión, que declaren la “Emergencia Total” y una auditoria al Hospital Samuel Robinson. Denuncian severos casos de corrupción, falta de personal, mala atención, y otros.
En igual situación de conflicto se encuentran los hospitales Camilo Muniagurria de Goya y San José de Paso de los Libres. En Santo Tomé, en tanto, persiste una denuncia penal contra ex directivos del nosocomio San Juan Bautista, todos dirigentes radicales. La acusación: malversación de fondos y defraudación. Esto, sumado a los constantes reclamos por falta de personal e insumos, precariedad laboral y otros.
En Mercedes, todos vimos días atrás como la gente se alzó sin tapujos contra el Colombi, su ex intendente y toda su comitiva con pancartas, pasacalles, gritos y abucheos. En Virasoro, en tanto, alguien fué un poco más lejos y rompió de un piedrazo el cristal del helicóptero que transportaba al gobernador. Al parecer, la entrega del Iberá y la posible instalación de una papelera son un golpe duro que el correntino no está dispuesto a perdonar fácilmente.
Carpas blancas no hay, (aún) pero sí malestar social. Muchos gremios pusieron el grito en el cielo por los posibles acuerdos (bajo cuerda) entre el Ejecutivo (Ministerio de Hacienda) y sindicalistas “amigos” (ACDP, AMET, y dirigentes de la nueva CGT, entre otros). De hecho, ya hay rumores de ruptura de la multisectorial por este tema y más protestas programadas.
De aquí a diciembre el panorama podría empeorar. Se espera una oleada de despidos impulsada por Gobierno Nacional de Mauricio Macri que podría llevarse puesto no solo a personal de organismos como INTA, Renatea, PAMI y otros, sino también a los de programas con injerencia netamente barrial como ser Plan Fines. Muestra de ello ya lo dió ayer el Ministerio de Salud local que, de un plumazo, eliminó a más de 90 profesionales de "Médicos Comunitarios".
Así, pues este clima de malestar social podría derivar en más de lo mismo: levantamientos populares. Y, como dice un colega, "esto me hace acordar al '99".
Miércoles, 5 de octubre de 2016
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