POR JUAN SEBASTIAN FIORI "Polino Link" se confiesa públicamente ![](../galeria/g-linkGDFGGSDFG.jpg ) Hoy me pasaron la nota autobiográfica del “Polino” de la política local Titulada “En primera persona” (para la mayoría de la gente que no lo conoce se trata de Gabriel Link, un seudo informante local), la leí atentamente y decidí escribir mi modesta opinión sobre la misma.
Resulta gracioso que el “Polino” de la política Libreña reconozca que es un pretendido analista político, y se defina de izquierdas (sic) con afinidad al peronismo. Es cierto, como el mismo lo señala, está lejos de ser un analista político, es tan sólo un resentido que se la pasa insultando especialmente al peronismo del cual dice ser amigo y viviendo hace años de esa interna de la que dice pretende abstraerse, echando leña al fuego, atacando a los verdaderos militantes y encubriendo a quien en realidad debería denunciar como ser su plumífero amigo quien se encuentra procesado y con fecha de juicio oral fijada, suspendida transitoriamente por los fueros parlamentarios que ostenta impunemente (con quien, nobleza obliga reconocer, tiene una relación de idas y venidas, como con prácticamente todos los pocos que van o fueron alguna vez a su programa).
Advierte al impresionado lector de que en su autobiografía transgrede las normas periodísticas, si señor lector lee bien, se autotitula periodista también.
Continúa su catarsis definiéndose como una persona frontal que busca la polémica como medio de reflexión, el comentario pensado, el reflejo de esos pensamientos…
(¿?), “Polino” avanza en su autobiografía con afanes de debate superador, alabándose a la vez que más adelante (durante algunos intervalos lúcidos), se ataca sin piedad: reconoce que su página web con un mes de vida no la lee casi nadie y su programa de radio en una emisora chiquita y marginal ni siquiera se escucha bien en toda la ciudad (sic)
Sigue su autobiográfico análisis, porque el resto (las mismas calumnias e injurias para todo el que no le paga) es decorado, como dice Moria Casán, gran amiga del “Polino” verdadero.
Siempre lo mismo, traidores, vendidos, supuestos amigos de él que no lo son en realidad y supuestos amigos que no lo son pero que en realidad sí lo son (es como un trabalenguas y un laberinto indescifrable su análisis, pero hagamos el esfuerzo), gente que se toma en serio las pelotudeces que escribe y se autodefinen enemigos de él cuando tampoco lo son, y muchos disparates más.
Trataba de encontrarle algún sentido a lo escrito por “Polino” a quien casi nadie lee y menos gente lo escucha (reitero, según el mismo lo reconoce) una persona que pretende ser un analista político y no lo es, (como también él mismísimo “Polino” Link lo admite), pero que sin embargo, también según el, causa gran repercusión con sus análisis (¿?).
Y llego a la primera conclusión: cuando una persona que pretende ser periodista y analista político no tiene el reconocimiento que su demencial ego entiende necesario, pierde la vergüenza y cae en la autoalabanza para levantar su autoestima. Para que la misma no sea tan evidente reconoce sus fracasos, como el de su radio y página web mesiánica (concédanme la licencia, mesiánica no porque se trate de una página web salvadora o sobrenatural sino porque tiene un mes de vida...) y así tratar de confundir al lector del verdadero objetivo de su columna.
La realidad es muy distinta a la que “Polino” link pretende disfrazar: lo innegable e irrefutable es que el autodenominado de izquierda sin ningún tipo de prurito revolucionario ubicó a su mujer (a quien evidentemente no puede mantener) en Migraciones. Es muy fácil saber quién gestionó el pedido, solo resta escuchar quien es el gran candidato a intendente al cual le lame los zapatos de manera sistemática, hasta con cierto morbo y placer, para obtener la respuesta.
Al final de la vida de cada persona, dicen que se suele “mirar” hacia atrás y tratar de encontrarle algún significado a la propia existencia, algunos con plantar un árbol y escribir un libro dicen están satisfechos, ahora quien solo fue una persona sin mérito alguno, una especie de autotitulado mal periodista y pretendido analista político con una radio de baja frecuencia y una página web con un mes de vida, que muy pocos escuchan y leen respectivamente, alguien que se alaba y critica a sí mismo, que se adjudica pretendidas virtudes y un rotundo fracaso en audiencia, sólo le queda escribir sus miserias y tratar de disfrazarlas en una especie de monólogo escrito, que no es tal, en su columna intervienen “dos” personas siendo siempre la misma, la que se alaba y critica, la que se pregunta y contesta. Siempre se trata de “Polino” link.
En algo, tiene razón, es duro mirar hacia atrás y ver que no se construyó nada, que no se es nadie, que se traicionó lo que se dice defender, que su propia radio no tiene alcance y sus opiniones poco importan (aunque contradictoriamente y casi al borde de la esquizofrenia sostenga al mismo tiempo que causan gran repercusión). Yo le diría que no se tome las cosas así, la vida es éxito y fracaso: que haya fracasado no es lo importante.
Lo verdaderamente importante es que no haya intentado ser una persona de bien, un trabajador que pueda mantener dignamente su hogar sin tener que exponer a su propia mujer indignamente en un cargo inmerecido, quitándole trabajo a tantos jóvenes profesionales, sin ningún atisbo de vergüenza.
La gente a la cual sistemáticamente calumnia, y he hablado con muchas de ellas, ni siquiera se sienten ofendidas tan sólo molestas, de la misma manera que se siente molesto alguien cuando lo muerde un perro con rabia y debe ir al hospital a vacunarse.
Seguí así “Polino” que mientras tu mujer siga pagando las cuentas (con el cargo que le conseguiste mediante los buenos oficios del gran vendedor de humo Beto Hantouche) podes seguir jugando a ser periodista y opinólogo y entre trago y trago… seguir divirtiendo a tu escasa platea.
Al final de cuentas “mirar” para atrás en tu vida amerita algún tipo de anestesia que aplaque el dolor de no ser más que (parafraseando a Dostoyevsky) … un simple y vulgar, bufón maligno.
Jueves, 9 de marzo de 2017
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