CUANDO EL PODER DA? PRIVILEGIOS? Negocios privados con recursos públicos en la estancia de un conocido político La tragedia que para miles de personas significó la inundación sirvió en algunos casos para hacer pingües negocios a expensas del Estado provincial, que terminó alquilando maquinaria pesada para desagotar los campos de un conocido legislador radical en detrimento de sus vecinos productores.
La estancia favorecida es conocida como “Rincón del Yaguareté Corá”, y tal lo indica su nombre, está ubicada en jurisdicción de Concepción, cuya zona rural se encuentra asediada por una masa líquida que comenzó a ser drenada sólo en algunos lotes privilegiados. Justamente aquellos pertenecientes al senador provincial Noel Breard.
Los lugareños cuentan que al menos una decena de productores cuyos campos lindan con la estancia de Breard sufren el anegamiento de sus tierras debido a la canalización abierta por la maquinaria que envió el Gobierno provincial hace varias semanas.
Para lograr este tratamiento preferencial, el legislador habría contado con el inestimable apoyo de un potentado pariente, el vendedor de retroexcavadoras Jorge Braun.
En especial desde que el Gobierno provincial decidió prestar este servicio de canalización mediante un arrendamiento de equipos pesados.
Ni lerdo ni perezoso, el dueño de la conocida concesionaria de maquinaria vial Bramaq proporcionó a Breard los “Tips” para articular una triangulación por la cual el Estado alquila las retroexcavadoras valuadas en un millón de dólares a su empresa, que posteriormente las deposita en los campos señalados por los capitostes políticos de la zona.
Allí entra a tallar la figura del influyente presidente del radicalismo provincial, el también senador Sergio Flinta, quien apoyó el procedimiento por un motivo que hace a sus intereses en Concepción: el legislador tiene inversiones en puntos estratégicos del departamento, entre ellas un lujoso hotel boutique desde el cual se organizan excursiones a las estancias más exclusivas de la zona, en los alrededores de los Esteros del Iberá.
Uno de los establecimientos engarzados a la explotación turística que capitanea Flinta sería el campo de Breard, hoy anegado pero próximo a ser recuperado mediante los trabajos de manejo de suelo que realizan los equipos alquilados por el Gobierno de Ricardo Colombi, jefe político de ambos legisladores.
En el negocio todo cierra: los turistas extranjeros gastan sus dólares en el circuito propuesto por estas empresas, pero gracias a la infraestructura proporcionada por el Estado, desde el mejoramiento de caminos y tendidos eléctricos, hasta los procedimientos de emergencia para desaguar una estancia que, de paso, arroja la masa líquida sobre campos vecinos.
Para completar esta concatenación de negocios privados con recursos públicos vale revisar la historia de los protagonistas. Dos son conocidos políticos enrolados en el oficialismo provincial y el tercero (el empresario que alquila las máquinas) es el esposo de una jueza de Cámara Civil y Comercial que fue designada hace algunos años por el dedo de Colombi.
Las influencias ejercidas por el poderoso empresario Jorge Braun y su esposa camarista, Nidia Billinghurst, permitieron a sus hijos afrontar en libertad la investigación llevada adelante por la Justicia brasileña sobre el asesinato del joven argentino Ariel Malvino en las playas de Ferrugem, hace 12 años.
Junto con otros cinco turistas correntinos, Lautaro y Eduardo Braun Billinghurst fueron acusados de participar del virtual linchamiento de Malvino, pero nunca respondieron por aquel crimen.
Con el paso del tiempo sólo el menor, Eduardo, continuó vinculado a la causa y en los últimos días se supo que un tribunal de Garopaba iniciará el juicio oral y público por el asesinato de Malvino. Se sospecha que, una vez más, las aceitadas vinculaciones políticas de sus padres lo salvarán de rendir cuentas.
Fuente: impactocorrientes.com
Lunes, 15 de mayo de 2017
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