TRIBUNAL ORAL FEDERAL DE CORRIENTES Condenaron a tres genocidas por la desaparición de estudiante libreño Faraldo y Filipho tienen una pena de 16 años; Peralta, sólo dos años. El Tribunal Oral en lo Criminal de Corrientes dictó sentencia en la jornada de ayer en el residual de la causa que investigó la desaparición del estudiante libreño, Héctor “Pata” Acosta, durante el terrorismo de Estado. El hecho ocurrió hace 41 años en la localidad de Paso de los Libres, un 22 de marzo de 1976. Los imputados, Carlos Faraldo (ex espía civil del Ejército) y Héctor Mario Filipho (ex militar), fueron condenados a 16 años de prisión por la desaparición de Acosta, en tanto, José Alsacio Peralta (ex policía) fue condenado a 2 años de prisión por el secuestro y posterior desaparición del estudiante.
El Tribunal Oral Federal estuvo conformado por los jueces Juan Manuel Iglesias, Ana María Order y María Delfina Denogens, del Chaco, mientras que en representación del Ministerio Público estuvieron los fiscales Flavio Adrián Ferrini y Juan Martín García. De la lectura de la condena participaron familiares de quien fuera víctima del terrorismo de Estado en 1976, e integrantes de la Comisión de los Derechos Humanos de esa localidad.
El primer juicio por la desaparición de Acosta concluyó en 2012 con una condena a 16 años de prisión para el coronel (R) Raúl Ángel Portillo como autor de la privación ilegítima de la libertad, mientras que el general (R) Ramón Genaro Díaz Bessone, también acusado en esa etapa de la causa, fue apartado por motivos de salud.
Por tratarse del segundo juicio en el marco de esta causa, diversos testimonios brindados en el juicio en el que fue condenado Portillo, mencionaron a Faraldo como integrante del grupo de tareas que secuestró a Acosta.
Héctor “Pata” Acosta, séptimo hijo de Geraldina Flores y Teófilo Acosta (ya fallecidos), era un activo militante del Centro de Estudiantes de la Escuela Normal Regional Valentín Virasoro y creador de la coordinadora de Centros de Estudiantes de Paso de los Libres.
“Era comprometido y expresaba sus ideas”, contó su hermano Carlos en declaraciones a la prensa, a la vez que relató que en 1976 “vivíamos en una ciudad en la que el 80 por ciento de la población pertenecía o tenía alguna vinculación con las Fuerzas Armadas o federales. Había 5 regimientos del Ejército, Gendarmería Nacional y Policía Federal. En esa sociedad, no era fácil expresar ideas, cuestionar formas de vida o hablar de desigualdad”.
Martes, 13 de junio de 2017
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