POLITICA CORRENTINA El boludo que tapó los $460 millones para viviendas En el Congreso de la Lengua que se realizó en Argentina en 2004, el genial Roberto Fontanarrosa expuso sobre las malas palabras y su entonación, y propuso abolirlas del diccionario como tal. Aquella vez, “boludo” no estuvo en el repertorio del escritor y dibujante cuya muerte se recuerda en vísperas del Día del Amigo, muy próximo.
Más cerca de este tiempo, el poeta y periodista Juan Gelman fue seleccionado por el diario El País, de Madrid, para aportar a un atlas sonoro del idioma el vocablo que mejor representa a los argentinos, y el intelectual eligió “boludo”. Lo explicó de la siguiente manera: “Es un término muy popular y dueño de una gran ambivalencia hoy. Entraña la referencia a una persona tonta, estúpida o idiota; pero no siempre implica esa connotación de insulto o despectiva. En los últimos años me ha sorprendido la acepción o su empleo entre amigos, casi como un comodín de complicidad. Ha venido perdiendo el sentido insultante. Ha mutado a un lado más desenfadado, pero sin perder su origen”. A una distancia astronómica de Fontanarrosa y de Gelman, el autodidacta del Paiubre Horacio Ricardo Colombi apeló al término para frenar en seco a un periodista que se le ocurrió hacer una pregunta fuera de libreto en la inauguración de una conferencia de prensa de la que participaba el ministro del Interior, Obras Públicas y Viviendas, Rogelio Frigerio, además de los candidatos nacionales de ECO+Cambiemos. “Qué boludo que so chamigo!”, le dijo a un movilero de una radio local que se le ocurrió indagar sobre la fórmula gubernativa.
“No e má idiota porque no puede!”, completó el mercedeño, refunfuñando con la cara desencajada, mientras la platea tapizaba la ocurrencia con sonoras carcajadas.
Frigerio ensayó una mueca, no sabía si reír o escapar del lugar. El hombre estaba allí para anunciar la inversión de 460 millones de pesos, por parte de la Nación, para la construcción de 675 viviendas en Corrientes y tuvo que digerirse el boludo. Luego del sofocón llegó a hablar de la inversión, pero nadie reparó en ese detalle, la información que se amplificó a nivel nacional fue la salvajada del gobernador Colombi. Todos los medios del país -incluidos los de la nómina de la pauta publicitaria de Cambiemos- reflejaron el exabrupto, sin embargo de las viviendas, ni una línea.
El boludo ganó protagonismo en los medios. Superlativo aporte a la campaña del cambio. En la Casa Rosada todavía deben estar evaluando el flaco favor al esfuerzo de movilizar un Ministro, que es la tercera espada del Gobierno nacional, con un anuncio de obras para darle impulso a la presentación de los candidatos a diputados nacionales. Toda una puesta en escena que se fue al tacho de la basura.
El episodio, además de evidenciar el autoritarismo del mandatario correntino que no tolera (ni está en condiciones de responder) preguntas fuera del libreto, dejó en incómoda posición a Frigerio y a la ristra de candidatos que -angaú- representan el cambio. Con su silencio patentaron la ofensa oficial, los colegas y medios hicieron otro tanto.
Y al final, ¿la fórmula, cuál es? A juzgar por las señales que deslizaron, no habría que descartar a: boludo e idiota.
El orden, todavía está a definirse.
Lunes, 10 de julio de 2017
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