CORRIENTES En el último lustro la deuda pública de la Provincia se hizo más grande y larga Creció 80,3% desde 2012. se disparó la deuda flotante un 158%, pero también subió el pasivo consolidado. Colombi lleva siete años sin pagar.
En cinco años, desde el ejercicio fiscal 2012 al ejercicio fiscal 2016, la deuda pública provincial se incrementó 80,35% pese a las favorables condiciones financieras que se dieron durante este período en el país y de las que gozó Corrientes por doble vía: con el incremento del flujo de fondos federales y, especialmente, por un programa de refinanciación que le permitió patear las obligaciones para adelante (a 20 años y más) sin pagar el capital ni los intereses. Así y todo, hoy los correntinos están más endeudados y por un plazo más largo.
Creció la deuda pública, especialmente la deuda flotante que se disparó un 158% y también la deuda consolidada que subió un 55,38%.
Los datos surgen de cotejar las Cuentas de Inversión de los últimos cinco años, el tiempo que NORTE de Corrientes está en circulación. A propósito del Quinto Aniversario de este diario, que se fundó el 16 de Julio de 2012, un suplemento especial enfocado en los números de la provincia acompaña la presente edición. El resultado de ese trabajo no constituye una noticia auspiciosa, la investigación periodística detectó la evolución constante del endeudamiento público hasta trepar casi al doble. Pasó de $3.028 millones a $5.461 millones.
La cifra, ciertamente, es manejable, por el momento no representa un riesgo. El problema no está allí sino que es la ecuación negativa de factores favorables. En esa línea alcanza con señalar que la administración del radical Horacio Ricardo Colombi está a punto de completar siete años sin pagar deudas al principal acreedor de la Provincia, el Estado Nacional, que le asfaltó el camino con el Programa Federal de Desendeudamiento. En paralelo, el Gobierno correntino recibió en el último lustro un 212% más de fondos del Estado central en concepto de Coparticipación Federal y por Leyes Especiales. Además, como si fuera poco, mejoró la recaudación propia casi 260%.
¿Cómo es posible que, con más dinero en caja y al mismo tiempo liberados de pagar la deuda, se acumule un mayor endeudamiento? Quizás los técnicos tengan una explicación, a simple vista salta un déficit de gestión, porque por otra parte no hubo avances significativos en infraestructura pública, en la generación de condiciones para radicación industrial, prestación de servicios del Estado o más inversión en salarios públicos, todo lo contrario. ¿En qué se usó ese ahorro?
El punto es que en estos cinco años, correspondientes a la reelección de Colombi, además de crecer el pasivo consolidado se disparó la deuda flotante, que es una obligación de corto plazo que está atada a las condiciones variables de la coyuntura y puede ser el disparador de una crisis. La mayor parte del dinero comprometido en la deuda flotante corresponde, según declara el Gobierno, a convenios subsidiarios que fueron tomados desde el 2015 en adelante, la etapa en que Mauricio Macri llegó a la Casa Rosada. ¿Para qué se tomaron esos créditos, hacía falta?
Hay muchas preguntas flotando, además de la deuda que don Horacio Ricardo está agrandando mientras termina su largo mandato de ocho años consecutivos en el Gobierno. Al revisar las Cuentas de Inversión se dimensiona el volumen de recursos que ha manejado y en paralelo el incremento de las obligaciones que deja para los que vienen. Gracias al Programa Federal de Desendeudamiento (un invento K que Colombi firmó con las dos manos), cuanto menos hay una generación más de correntinos endeudados. Los próximos seis gobernadores tendrán que lidiar con la herencia que plantó el mercedeño. Si siguen tomando deuda y pateándola para más adelante, es posible que la cadena de sufrimiento se extienda en el tiempo, por el momento llega al 2036.
Esto es así porque el Programa de Desendeudamiento, que se firmó en octubre de 2010, refinanció el stock de $1.900 millones a 20 años, comenzará a operar en 2030. Y además le concedió a Colombi un jubileo para el pago de la deuda, primero de dos años y luego se fue prorrogando trimestralmente. Va a cumplir siete años sin pagar. Por cada año de exención se suma uno al final del plazo y así se alarga la cuenta. Ya llega al 2036.
Si la Provincia continuaba pagando su deuda por fuera del Programa Federal de Desendeudamiento que implementó la administración K, a estas alturas estaría liberándose de la carga. El plazo de finalización, del stock principal, estaba pautado para 2017. Sin embargo, ahora tiene deuda hasta el 2036.
Cuando Colombi firmó el convenio con Cristina Fernández de Kirchner, el ministro de Hacienda José Enrique Vaz Torres lo calificó como “positivo” en el corto y largo plazo. El resultado está a la vista.
Según surge de cotejar las Cuentas de Inversión, al finalizar el ejercicio 2012 la deuda pública provincial era de $3.028 millones, compuesta por deuda consolidada $2.174 millones; deuda flotante $789 millones y por otras deudas a largo plazo $64 millones.
Cinco años después, al finalizar el ejercicio 2016, la deuda pública provincial trepó a $5.461 millones, compuesta por deuda consolidada en $3.378 millones, la deuda flotante en $2.043 millones y por otras deudas a largo plazo que sumaban $39 millones. De acuerdo a lo que declara el Gobierno en el balance económico, que ha enviado a la Legislatura provincial, la deuda consolidada clasificada según la naturaleza económica de los acreedores, se compone de la siguiente manera: con el Sector Financiero Público $1.733 millones (representa el 51%); por Convenios Subsidiarios $ 1.563 millones (46%); por Títulos Públicos $55 millones (2%); por otras deudas con el Sector No Financiero $20 millones (1%); con el Sector Financiero Privado $5 millones.
Todos estos ítems suman el 62% de la deuda total de la Provincia, a su vez la deuda flotante (que no tiene financiación pautada) representa el 37% del endeudamiento global.
POR LUIS SOSA
Lunes, 17 de julio de 2017
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