Tengo todo en derecho a ser candidato PINO SOLANAS Solanas defiende la posibilidad de postularse a presidente y cuestiona a quienes dejaron su fuerza por la alianza con Carrió. Fernando “Pino” Solanas mantiene el buen humor a pesar del cansancio del final de la campaña. Tras uno de sus actos, el viernes por la tarde, conversa con Página/12 sobre sus proyectos para el Congreso, el futuro de Unen y su posición sobre Irán y la causa AMIA, que eclosionó en forma inesperada en el debate porteño. “Acá hubo pista siria, después se inventó la pista iraní, pero nada de esto está probado”, considera Solanas. Sobre la interna de su espacio que se abre hacia 2015, el candidato a senador de Unen afirma: “Tengo todo derecho a ser uno de los candidatos presidenciales, como lo tiene Hermes Binner, como lo tiene Elisa Carrió, o como lo tiene Julio Cobos”.
–¿Por qué quiere ser senador?
–No es que decido todas las cosas. El espacio que yo represento tomó una decisión, que fue proponer la candidatura mía a senador. Y nos sentimos protagonistas en la construcción de este espacio unitario, que es un frente electoral que ha roto todas las previsiones negativas que se hicieron: que durábamos un par de días, que nos peleábamos todos. No sólo que el espacio no se ha desunido sino que da batallas en estas elecciones y va dar más batallas. El eco que yo siento en la calle es muy grande.
–¿Cuál sería el principal proyecto que llevaría al Senado?
–Hay muchos. Tengo decenas de proyectos encajonados. Muchísimos: acceso a la información pública, imprescriptibilidad de los delitos contra el patrimonio público, juicio público por jurado a los delitos contra el patrimonio, reconstrucción de los ferrocarriles previa auditoría y balance de los patrimonios fabulosos entregados a los concesionarios, modificación del código de minería. Tantos proyectos...
–¿Plantearía una modificación de la ley de medios?
–Sí, seguramente sí.
–¿Cuál, concretamente?
–Nosotros planteamos 23 disidencias. Algunas las tomó el oficialismo, pero después todo eso fue burlado. Esas buenas intenciones de la ley de medios, expresadas en la Coalición para una Comunicación Democrática. Yo fui uno de los primeros impulsores de la democratización del espacio audiovisual. En 1996 y 1997 hubo encuentros en la Cámara de Diputados por el reemplazo de la ley de la dictadura.
–No queda claro cuáles son los cambios que plantea hoy...
–Lo primero que hay que cambiar... El espacio audiovisual, el principal espacio de comunicación, de debate político, es un espacio precioso. Tenemos que asegurar el manejo democrático de ese espacio. No puedo concebir este espacio sin un órgano administrador o autoridad de control que sea absolutamente independiente.
–El argumento del kirchnerismo es que el manejo democrático no está asegurado por las tendencias monopólicas del Grupo Clarín.
–No estoy hablando de que lo maneje el Grupo Clarín. Estoy hablando de un ente autónomo donde las autoridades surjan de un concurso público. Y junto a ellos, un consejo asesor con capacidad de removerlos. Ese consejo asesor debe representar al espectro plural de la comunidad y la sociedad: los sindicatos de periodismo, las organizaciones sociales, de derechos humanos, las universidades. Es la garantía de un manejo ecuánime que cumpla los objetivos de garantizar una información veraz, oportuna y plural.
–Si la Corte Suprema falla a favor de la constitucionalidad de la ley de medios, ¿el Grupo Clarín debe adecuarse?
–Los fallos de la Corte los acatás, aunque no te gusten. No entiendo cuál sería la otra opción.
–La DAIA le está pidiendo una aclaración por la carta que firmó dirigida al presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad.
–Es una carta de fines de 2006 o de 2007. No tiene origen en mi persona, la firmé junto a Nora Cortiñas, Tato Pavlovsky, Osvaldo Bayer. Está en el marco de la masacre perpetrada en Irak y Afganistán con el cuento de que Irak tenía armas de destrucción masiva. La política de Bush era continuar con el Eje del Mal y el turno venía para Irán. En ese marco, y habiendo sido un militante de la paz a lo largo de mi vida, ante el temor de una conflagración que podía terminar en una hecatombe nuclear, lo he firmado.
–La carta específicamente cuestiona la línea de investigación de Irán en la causa AMIA...
–Nosotros hemos pedido siempre la apertura de los archivos de la SIDE y hemos denunciado siempre que no se profundizó la pista argentina. Fueron ocultadas o borradas por los servicios de inteligencia nacionales. ¿O nos vamos a olvidar de quién financió al falso testigo Telleldín con la pista de la Trafic? ¿O nos vamos a olvidar del juez Galeano? Entonces, acá hubo pista siria, después se inventó la pista iraní, pero nada de esto está probado. ¿Cómo es posible que no empecemos por la pista nacional? ¿Cuáles fueron los intereses para borrarla? De la misma manera que se borró lo de la Embajada (de Israel) y la voladura de la fábrica militar de Río Tercero. Hubo más de diez asesinatos pasados como suicidio, ligados al contrabando de armas. Estas tesis las comparte Laura Ginsberg.
–Daniel Filmus le señala que estuvo ausente en las votaciones en el Congreso.
–Son patrañas que no se sostienen. Yo le llevé las asistencias.
–Parece que hablan de cosas distintas: él dice que usted no estuvo presente a la hora de votar.
–Yo no he votado decenas de proyectos. Nadie me obliga cómo tengo que votar. No voy a votar leyes que vulneran el reglamento interno, que dice que tiene que haber una semana entre el dictamen de comisión y el tratamiento en el recinto. No voy a votar un presupuesto que es una canallada. Te dan un libro enorme a las 10 de la mañana. ¡Andá a cagar! Han sido de un autoritarismo monumental.
–Si hay una interna de Unen en 2015, ¿se piensa presentar para presidente?
–No, no tengo ningún plan. Jamás le saqué el cuerpo a lo largo de más de cincuenta años de compromiso de mi país. Me siento uno de los constructores de este espacio Unen, que le duele a Filmus, pese a sus chicanas. Nuestro espacio no tiene más diferencias que la Convergencia chilena o el Frente Amplio uruguayo. Nosotros tuvimos un pacto fundacional. Esperamos que se consolide con el éxito. Está fuera de lugar hablar de 2015.
–Pero dentro de su espacio hay otros proyectos presidenciales, como el de Elisa Carrió o Hermes Binner.
–Voy a defender las internas abiertas y todos tienen derecho a presentarse. Estoy al frente de un proyecto, que es Proyecto Sur, y formo parte de una alianza mayor. Tengo todo derecho a ser uno de los candidatos presidenciales, como lo tiene Hermes Binner, como lo tiene Carrió, como lo tiene Cobos o cualquiera de los otros. Tampoco Unen es una chacra cerrada con candado. Acá no hay tranqueras. Lo que está en debate es una nueva mayoría en la Argentina. El Gobierno perdió un 50 por ciento de los votos en dos años. Nadie tiene la vaca atada. El que no hace su propia autocrítica y no mira lo que pasa a su alrededor, la verdad, es un suicida.
–Desde que se anunció la alianza con Carrió, se fueron de Proyecto Sur dos legisladores porteños y doce comuneros. ¿Por qué cree que ocurrió esto?
–¿A dónde se fueron?
–Algunos a Nueva Izquierda, otros a Camino Popular...
–Yo creo que no han entendido nada. A muchos de esos compañeros los respetamos, pero –al mismo tiempo– creo que cometieron un error. No entendieron la política. Cada uno eligió su camino y pagará las consecuencias. O integrás grandes espacios o vas al desierto.
–Los que están “en el desierto” dicen que usted giró a la derecha...
–No pueden sostener nada de eso. Dan risa. Terminan teniendo el 2 por ciento de los votos. El mayor logro es que les den un reportaje en Página/12. Terminan siendo funcionales al poder gobernante y las estrategias del Frente para la Victoria de desunir los espacios. Hay que ver dónde terminó la estrategia de Claudio Lozano, que sigue vociferando y tildándonos de cararrotas. Marea Popular perdió hasta los centros de estudiantes. No se construye política así. Podrían estar en este espacio. Y el ciudadano los ha castigado.
Por Werner Pertot
Lunes, 21 de octubre de 2013
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