La decisión de 30 millones a 30 años de democracia LO QUE HAY EN JUEGO Qué es lo principal en juego en un escenario anticipado por las Primarias. La integración del Congreso nacional. Las sumas nacionales. Los candidatos que pueden salir favorecidos, del oficialismo y de la oposición. Los grandes distritos. CFK, Macri, Scioli y Massa: presente y futuro posibles. Lo que hay que festejar, 30 años de democracia. El miércoles próximo se cumplirán 30 años desde la primera elección de la recuperación democrática. Sin el carácter fundacional de aquella vez, sin las pasiones y movilizaciones que fueron su contexto, la compulsa de hoy ratifica la vigencia del sistema democrático, con una duración jamás alcanzada en nuestra historia.
Más de 30.500.000 argentinos están en condiciones de intervenir, incluyendo jóvenes de más de 16 años. La continuidad es, en sí misma, motivo de celebración. Se redondeará si, como suele ocurrir, los comicios se celebran sin incidentes graves, con limpieza y con alto porcentaje de participación ciudadana.
Se eligen legisladores nacionales, provinciales y municipales en todas las provincias. Se vota, pues, en 24 distritos, con padrones provinciales. Su suma, todo modo, influirá en el escenario nacional.
Pudo haber una elección a distrito nacional único: la de los representantes para el Consejo de la Magistratura. Pero la Corte Suprema juzgó que la ley que las instauró es inconstitucional y frenó el proyecto. Estaban previstas elecciones para gobernador en Santiago del Estero. Pero otra intervención de la Corte, esta vez vía una medida cautelar, las suspendió por considerar en principio ilegal la presentación del gobernador Gerardo Zamora en busca de su segunda reelección.
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El peso de las PASO: Se renuevan la mitad de los diputados nacionales, en todas las provincias. Y un tercio de la Cámara de Senadores, en ocho: Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), Chaco, Entre Ríos, Neuquén, Río Negro, Salta, Santiago del Estero y Tierra del Fuego. Son tres por distrito: dos para la primera minoría, uno para la segunda.
Las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) realizadas el 11 de agosto delinearon un mapa de preferencias que puede ser modificado pero que posiblemente se mantendrá en grandes trazos. Las PASO achataron el segundo tramo de la campaña, que no consiguió levantar temperatura y atención. También facilitan realizar algunas estimaciones con base numérica sin apelar a las encuestas ulteriores, respetando la veda electoral.
En el lapso intermedio se vivió una disputa por la interpretación del veredicto popular que se repetirá, con matices, en los próximos días y meses. Por eso, entre otros motivos, vale la pena reseñar cuáles serán los aspectos más importantes que develará el escrutinio, que se empezará a conocer a las nueve de la noche, tres horas después del cierre de la recepción de votos.
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Puntos y bancas: La integración del Congreso es el motivo principal de la convocatoria y, seguramente, la más importante de sus consecuencias. El oficialista Frente para la Victoria (FpV) lleva diez años de mandato y jamás consiguió, estrictamente, mayorías propias en las dos Cámaras. El bienio iniciado en 2011 alumbró su mejor posición relativa en la que frisó el quórum propio en el Senado, contando aliados perdurables. Lo rasguñó en Diputados, donde debió conformar mayorías negociando los votos que le faltaban. En promedio, consiguió que se votaran sus propuestas, lo que cimentó la gobernabilidad y la estabilidad del período. Conservar el caudal es un objetivo preciado para el oficialismo que, aun con el resultado más desdichado hoy, conservaría su condición holgada de primera minoría.
La meta es accesible pero no está garantizada. Se develará cuando termine el conteo. Los números aludidos se analizan con más detalle en otras notas de esta edición. Son en parte relativos porque conjugan propios y aliados. También porque siempre hay legisladores en tránsito que navegan a dos (o más) aguas, amén de cambios de camiseta en el futuro inminente o remoto. De cualquier forma, el escrutinio dejará entrever las perspectivas futuras. En principio, al oficialismo le alcanzaría con conseguir un número de votos similar al de 2009 para los Diputados, aunque las singularidades del sistema proporcional D`Hondt no habilitan cálculos tan mecánicos.
En Senadores la cuenta es más simple y la labor del FpV más complicada, porque renueva las bancas logradas en la exitosa elección de 2007.
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Massa y su cantera: Entre los opositores, el intendente Sergio Massa ocupó un espacio estelar en agosto por su triunfo en Buenos Aires. Su expectativa es aumentar el margen. Aun con él conseguiría formar un nutrido bloque de Diputados, con la virtualidad de sumar a las distintas vertientes del peronismo antikirchnerista. Algunos compañeros pejotistas ya han insinuado o concretado el pase, otros (como el bloque que responde a los sanluiseños Rodríguez Saá) quizá prefieran mantenerse relativamente autónomos.
Como fuera, con solo repetir su performance Massa será un ganador de la jornada, seguramente el más vistoso y celebrado por los medios opositores. Y su bloque, una novedad en el diseño de la Cámara baja.
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Otras oposiciones: Oposiciones hay muchas, dediquémosle un vistazo panorámico.
- Los radicales tienen toda la pinta de seguir siendo el segundo partido a nivel nacional y el segundo en el número de legisladores en ambas cámaras. La UCR pone en juego 27 diputaciones. Dado que se presenta en algunas provincias con sus colores y en otras en variopintas alianzas es arduo proyectar si conservará, mejorará o empeorará.
- El PRO arriesga 8 bancas en Diputados. Si se calcaran las PASO llegaría a diez. La CABA sigue siendo su bastión y puede agregar a Héctor Baldassi en Córdoba, Miguel Del Sel y alguien más en Santa Fe... tal vez Alfredo Olmedo en Salta. Ninguno de esos candidatos salió primero ni tiene cara de lograrlo hoy. La buena nueva para el macrismo será su debut en el Senado nacional. Gabriela Michetti y Diego Santilli, si sostienen la victoria de agosto, entrarán por Capital. El ruralista Alfredo De Angeli disputa la tercera banca por minoría en Entre Ríos.
- La Coalición Cívica dejará vacantes los dos curules senatoriales por la CABA que, da toda la impresión, ocupará el PRO. Y expone 6 bancas de diputados de las cuales acaso sólo subsistan dos. La única asegurada es la de Elisa Carrió que tuvo un alto desempeño en agosto, en la coalición Unen.
- La izquierda acaricia la oportunidad de volver a la “Cámara joven” que por ahí no lo es estrictamente pero sí la más acogedora para fuerzas minoritarias y la más pluralista. El Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) debería ampliar algo los apoyos que consiguió en Buenos Aires y la CABA, amén de esperar que le sea propicia la cifra repartidora del sistema proporcional. En Mendoza, tiene cierta chance de bregar por una de las cinco bancas que se dirimen.
En la Capital, históricamente más hospitalaria que el resto del país para partidos alternativos, también se hacen ilusiones Luis Zamora y el partido Marea Popular, que conduce el diputado Claudio Lozano. El umbral para aspirar a entrar es el tres por ciento del padrón... y luego ver cómo se prorratean las preferencias ciudadanas.
- A la hora de “porotear” diputados es bueno recordar que muchas provincias fungen como bipartidistas en las elecciones de medio término. En Buenos Aires o en la CABA llegan representantes de tres o más fuerzas. En los distritos más chicos, uno o dos: en 2009 hubo 14 provincias que optaron por representantes de dos partidos y tres que concedieron todas las bancas a una sola fuerza. No da la impresión que esta vez se repita ese diagrama monocolor lo que es un signo de los tiempos.
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Criterios para sumar: El total de los votos adicionando las 24 provincias es uno de los puntos más controvertidos, según quién lo lea. Las PASO arrojaron para el FpV una llamativa ventaja sobre sus adversarios tanto como una merma respecto del techo demarcado por la plebiscitaria performance de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en 2011.
Son magnitudes no comparables: con la explicable excepción de Néstor Kirchner, todos los mandatarios que se sucedieron desde 1983 tuvieron sus mejores marcas en las presidenciales. El kirchnerismo es la primera minoría nacional, lo que se refleja con lógicas variantes en el Congreso. Claro que, para redondear el análisis, habrá que ponderar la magnitud de la disminución de votos en dos años y compararla con los precedentes históricos. Las Primarias denotaron un clima de crítica al oficialismo nacional, habrá que calibrar su alcance en la madrugada de mañana y en el resto del período presidencial.
De cualquier forma, es falaz la pretensión de las distintas oposiciones, que compiten hoy con el FpV pero también entre ellas: autodefinirse como un todo a la hora de calcular el saldo de la jornada. Decir que son un conjunto es contradecir sus propias aspiraciones tanto como la lógica del sistema electoral.
Las especulaciones sobre el futuro siempre pueden fallar. Pero lo más previsible desde mañana en adelante es que se demarquen varias alternativas (para nada una) al oficialismo en 2015. Seguramente con confluencias mayores que hoy, pero no con menos de tres vertientes a la hora de presentar las listas. El tan meneado “70 por ciento” antagónico al oficialismo es un conjunto virtual, compuesto por una amplia gama de partidos distintos. La mayoría de ellos es fuerte en un distrito o a lo sumo dos.
El politólogo Andy Tow hizo la suma virtual de lo que podríamos llamar “lemas” opositores en su aconsejable blog. Si se agregan los votos del Frente Renovador de Massa, del delasotismo cordobés, del chubutense Mario Das Neves y varios etcéteras comarcales, el peronismo “federal” superó el 18 por ciento de los sufragios de las PASO. Es prudente no acumular los apoyos que congrega el partido de los Rodríguez Saá, propensos a hacer rancho aparte.
La “familia” pan radical-socialista, calcula el avezado Tow, consiguió una cifra similar a las variadas tribus de compañeros pejotistas. Se conjugan ahí coaliciones diversas: la que conduce el socialismo en Santa Fe, la de Buenos Aires donde prima el GEN de la diputada Margarita Stolbizer, la multicolor y casi indescriptible Unen porteña. Los radicales van solitos donde se sienten fuertes: Córdoba y Mendoza.
Para esas vertientes es un desafío tratar de formar alianzas sin caer en la dispersión que les costó caro cuatro años atrás. Sería necio que el oficialismo no ponderara ese riesgo, también lo es que se cuente su desarrollo potencial como si ya se hubieran armado, definiendo personerías, modos de competir y liderazgos. Al cierre de esta nota son un archipiélago disperso.
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Cinco, una para cada uno: Cinco diferentes partidos opositores ganaron en agosto en Buenos Aires, la CABA, Córdoba, Mendoza y Santa Fe. Son las provincias más pobladas, las que llevan más diputados al Congreso. El resultado menos esperable y por ende más disruptivo, digamos a comienzos de año, fue el conseguido por Massa. Tanto él como el socialista santafesino Hermes Binner y el radical mendocino Julio Cobos se mostrarán como presidenciables si revalidan.
El ex gobernador cordobés pejotista Juan Schiaretti acumula para similares ambiciones de su jefe, el gobernador José Manuel de la Sota.
Un buen desempeño de Michetti ratificaría que la Capital es el bastión del PRO. La mujer demarca como candidata a jefa de Gobierno y le aguanta los trapos a Mauricio Macri, que esta vez no podrá rehuir el espacio nacional (ver asimismo nota aparte).
Sería un batacazo que el kirchnerismo revirtiera una sola de esas derrotas, su ambición más sensata es reducir los márgenes y acumular todas las bancas que pueda.
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Puertas adentro del kirchnerismo: El FpV cedió terreno en provincias en las que venía siendo hegemónico. Quedó atrás, sorpresivamente aunque por pocos puntos, en San Juan y La Rioja. Se impuso por un pelito en Jujuy y cayó en Catamarca, tras recuperar la gobernación en 2011.
La competencia política es dura, resultadista a menudo. Los candidatos perdedores en una elección no son, como regla general, gran prospecto para la siguiente. El FpV quedó relegado en varios territorios. Por añadidura, volvió a mostrar un flanco débil, bastante extraño en una fuerza que gobernó con gran legitimidad durante una década: no consigue “instalar” candidatos vistosos o taquilleros, fuera de sus principalísimas figuras. En esta ocasión, el diseño de las listas y la política previa privilegiaron, en gran proporción, la pertenencia que el afán de sumar o convocar a ciudadanos indecisos o no alineados.
Son contados los dirigentes K que quedaron bien perfilados en las urnas dos meses ha. El gobernador entrerriano, Sergio Urribarri, quizás sea el más empinado entre ellos. Porque ganó en un distrito dominado por la oposición durante el conflicto de las retenciones móviles y porque se jugó participando en la competencia, como candidato a senador suplente.
Sin implicarse tanto, su par chaqueño, Jorge Capitanich, podría salir airoso hoy.
La lista encabezada por el rionegrino Miguel Pichetto se alzaría con las dos bancas senatoriales por mayoría, en una provincia que los radicales gobernaron ininterrumpidamente desde 1983 hasta 2011. Si el jefe del bloque kirchnerista preservara lo logrado en agosto, también aspiraría en buena ley a subirse a un podio poco poblado.
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El intervalo, el futuro, la fiesta: Las campañas, por ahí, fueron lo menos interesante que pasó entre las Primarias y hoy. Pero la realidad no se detuvo, ni le faltaron reflejos al Gobierno. Interpretó y elaboró las PASO, reaccionando en consecuencia, más allá de sus primeras palabras y visajes. Tomó medidas económicas que venía postergando, desde reformas impositivas distribucionistas, hasta acuerdos con los acreedores externos y los organismos internacionales de crédito. Aprobó el Presupuesto 2014 sin despeinarse. También redireccionó criterios de su praxis comunicacional.
Las campañas se provincializaron un poco, por decisión de Olivos y de los candidatos provinciales. Claro que la salud de Cristina Kirchner incidió drásticamente en el escenario. Sin que mediara voluntad política, quedó fuera de una campaña disputada justo en su tramo final. El kirchnerismo debió jugarlo sin su as de espadas.
El establishment, sus medios de difusión y los “formadores de opinión” ya definieron el escenario como “fin de ciclo” del kirchnerismo. Su descripción, que es en parte expresión de deseos y en parte programa de acción futura, es que el Gobierno no tendrá fuerza para sostener su proyecto y que le asisten nulas posibilidades de ser competitivo en 2015. Los vaticinios interesados a largo plazo flaquean por los dos lados: la parcialidad y la soberbia predictiva de los emisores. Proponer uno antagónico e inevitable incurriría en los mismos vicios.
El resultado de hoy, como se propone en las líneas anteriores, es polifacético. La capacidad del kirchnerismo para readecuarse a las circunstancias (vibrante y asombrosa a partir de 2009, insinuada en las semanas recientes) un factor digno de mención. Las cuentas sobre el desempeño opositor son bien diferentes si el cotejo se hace contra 2009 o 2011.
En todo caso, el futuro empezará a (re)construirse a partir del veredicto ciudadano. En la semana que viene se podrán tentar esbozos sobre los escenarios, siempre hipotéticos, supeditados a la destreza de los grandes protagonistas y acechados por lo imprevisible.
Innegable es la trayectoria del sistema democrático que permite que el pueblo soberano se venga expidiendo con eficacia sobre las autoridades públicas. Un tangazo dice que “veinte años no es nada”: es una ironía o un sarcasmo. Treinta, en la historia cruel de un país joven, son mucho tiempo. Motivo para congratularse y desear que sea otra jornada de participación intensa, máxime en este diario que sólo existió (y sólo puede existir) en democracia.
Por Mario Wainfeld.
Domingo, 27 de octubre de 2013
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