LA DUDA ES QUIÉN SE QUEDA CON LA TERCERA BANCA Valdés y Rubín son números puestos Una campaña particular la del 27-O. Los frentes trabajaron a media máquina, valiéndose de las dos campañas anteriores que orientaron el sentido del voto para las nacionales. El Frente para la Victoria se valdrá del piso y la imagen de la Presidenta para asegurar un escaño en la Cámara baja, mientras que el capo cómico intentará mostrar un crecimiento en términos electorales que lo reposicione en la escena política provincial. Después de las nacionales, el Gobierno definirá el nombre del sucesor de Rubín en el Superior, aunque posiblemente la nominación se extienda unas semanas más. Otra decisión pasa por los cambios en el Gabinete. Pedro Braillard Poccard, Emilio Lanari, Ignacio Osella y hasta "Peteco" Vischi estarían en el bolillero. Las fuertes conjeturas que se realizan a escala nacional y en varias provincias, relacionadas con los resultados de hoy, no tienen su correlato en el ámbito de la Provincia de Corrientes, donde las miradas apuntan ya al día después, acaso como si nada debiera esperarse, al menos en términos de sorpresa, respecto a los resultados de este domingo. El día después pone al Gobierno en el centro de la escena, por la conformación del equipo de gobierno que secundará a Ricardo en su tercera gestión al frente del Poder Ejecutivo. Una oportunidad que no han tenido otros, de ir ajustando aspectos de la gestión que podrían funcionar mejor. Se habla de aumento del número de ministerios. De enroques y hasta del paso al Ejecutivo de algún prominente Senador provincial que incluso podría recalar en la jefatura de ministros, con una eventual proyección de cara a la sucesión del primer mandatario. En tren de especulaciones se descuenta que el actual Vicegobernador podría ser el nuevo Ministro de Gobierno, en tanto que los hasta hoy intendentes de Goya y de Paso de los Libres tendrían un lugar asegurado en el nuevo Gabinete que acompañará a Ricardo a partir del 10 de diciembre. No se descarta que Perica Semhan, con grandes posibilidades de ser electa diputada, termine resignando su banca en beneficio de Emilio Lanari para ir a la titularidad del Ministerio de Educación, un área particularmente sensible, donde el Gobernador aspira a no equivocarse. Dentro del Partido Liberal suena con insistencia el nombre del actual diputado "Pili" Quintana, como un potencial miembro del Gabinete, aunque no se descarta que si finalmente Lanari no corona una banca nacional termine también en la primera línea del Gobierno provincial. Las posibilidades de que el nuevismo tenga espacios en la administración ricardista parecen haberse diluido, a la luz de los resultados electorales del 15-S, considerados poco convincentes por el radicalismo gobernante. Otra postulante a un cargo de importancia sería la actual senadora provincial, "Susy" González que quedó en la puerta de la lista de diputados provinciales. El nombre de "Juanjo" Encinas también circula como posible integrante del staff de gobierno, así como otros que quedaron relegados a ocupar la Viceintendencia en este turno electoral. Lo cierto es que en esta oportunidad el recambio gubernamental genera fuertes expectativas de nuevos hombres y nombres. Colombi tendrá como piezas fundamentales de esta su nueva gestión dos timoneles con experiencia al frente de ambas cámaras del Parlamento correntino. Cassani ha salido más que fortalecido de este turno electoral, con un alto grado de consenso para renovar la presidencia que algunos apuestan a que podría darse por unanimidad del cuerpo. De Gustavo Canteros se espera mucho en el Senado. Con dos años de diputado provincial, cuatro de diputado nacional y seis de senador provincial, el Vicegobernador electo ha demostrado cintura y equilibrio para pilotear desde la Cámara alta las políticas del Gobierno provincial. PISANDO EL FRENO Y OTEANDO EL HORIZONTE Hasta hace unos días se suponía que, apenas concluido el proceso electoral con las elecciones de hoy, el Gobierno elevaría al Senado el pliego del reemplazante de Carlos Rubín en el Superior Tribunal de Justicia. En los hechos, esta decisión podría postergarse por unas semanas. Y aunque son varios los nombres en danza que incluyen un par de mujeres, lo cierto es que hasta el día de hoy no hay decisión tomada, como tampoco está clara la definición de quién quedará al frente del Superior Tribunal a partir del lunes 2 de diciembre, cuando los ministros se reúnan para elegir al nuevo titular que llevará las riendas de la Justicia en el período siguiente. Quizás éste sea uno de los únicos interrogantes aún abiertos, el del Superior Tribunal; quedando en claro que, así como para la Presidencia de Diputados se perfila nítidamente Cassani por un nuevo período, esta vez de dos años, en el Senado la línea sucesoria sería para Sergio Flinta, contando como cuenta la bancada oficialista con una clara mayoría de nueve miembros, ocho de ellos radicales, para imponer al nuevo Vicepresidente del cuerpo. La única duda quizás resida en la posibilidad, por ahora sólo una posibilidad, de que Flinta sea convocado a funciones de primerísima importancia en el Poder Ejecutivo provincial. RÍOS APUNTARÍA A PERONIZAR LA GESTIÓN Expectativas también se generan en el ámbito del gobierno comunal, donde está claro que el Intendente electo, aunque mantendrá las principales líneas de su predecesor, apuntará a darle a su gestión una impronta con identidad genuinamente peronista, y con un sello propio que de hecho no implica ni mucho menos desandar el camino recorrido. Fabián Ríos asume la Intendencia en este segundo tramo de gestión justicialista con plena conciencia de la importancia que su gestión tendrá de cara al nuevo escenario que comience a moldearse en la Provincia a partir del 10 de diciembre. Dos situaciones están claras. Por un lado, que Ricardo Colombi no estará en carrera en el próximo turno electoral, al menos en disputa por un nuevo mandato. Por otro, que la realidad nacional y la del justicialismo serán muy distintas a lo que fue hasta ahora. Podría decirse que en este contexto, y pasadas las elecciones del 15 de setiembre y de hoy 27-O, el peronismo correntino irá evolucionando en la redefinición de roles para el tiempo que se viene en el que primará la inteligencia para construir realidades con suficiente base y envergadura para enfrentar desafíos quizás más difíciles en los turnos electorales que sobrevendrán a 2013. La revalorización del partido como tal, como herramienta y como plataforma de gestión será uno de los pilares en el tiempo que se viene, así como el accionar coordinado y coherente de ambos bloques legislativos a los que se sumará el Foro de Intendentes del Frente para la Victoria, que con 30 jefes comunales buscará desde lo institucional acompañar un accionar que apunte a revalorizar al justicialismo como un polo de poder con fuerza propia como para desde la oposición generar suficiente atracción en el cuerpo electoral de la provincia. Los resultados electorales presentan más certezas que incertidumbres. Pero existen algunos datos, estadísticamente minúsculos, que están cargados empero de un enorme valor simbólico. El primero y fundamental es si entre el intendente de Tigre, Sergio Massa, y su colega de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, habrá más o menos de diez puntos porcentuales de diferencia. Si esa distancia es de un dígito, el gobernador Daniel Scioli respirará aliviado. Si llega a los dos dígitos, el massismo sentirá haber tocado el cielo con las manos. Por su repercusión mediática y por su incidencia en relación a la estratégica mayoría en el Senado, otra incógnita que las encuestas no permiten dilucidar es si la banca por la minoría en la ciudad de Buenos Aires quedará finalmente en manos del postulante del Frente para la Victoria, Daniel Filmus, o del candidato de Unen, el cineasta Fernando Solanas. Aunque no adquiera la misma significación nacional, también tendrá importancia comprobar si el oficialismo logrará recuperar la primacía en algunos distritos en los que perdió muy ajustadamente el 11 de agosto. El caso más probable es San Juan, donde el Frente para la Victoria podría revertir el resultado desfavorable de las Primarias. En cambio, es bastante más difícil de pronosticar lo que ocurrirá en La Rioja y en Catamarca. LOS LANZAMIENTOS En el campo de la oposición, es absolutamente previsible que el domingo 27 los ganadores políticos de los cinco principales distritos electorales del país irradien señales acerca de su intención de disputar la elección presidencial de 2015. Massa, José Manuel De la Sota, Hermes Binner, Julio Cobos y Mauricio Macri empiezan esa misma noche el tramo decisivo de su carrera. En el oficialismo, lo mismo ocurrirá con el seguro triunfador de Entre Ríos, el gobernador Sergio Urribarri y, demás está decirlo, con el propio Scioli, quien más allá de los resultados bonaerenses estaba inscripto desde antes y por derecho propio en el lote de los aspirantes con más elevadas probabilidades de éxito. En esa nómina, que agota el muestrario de alternativas, hay algunos postulantes que tienen ya una estrategia definida y otros que tienen que optar entre dos caminos. En el kirchnerismo, Scioli y Urribarri saben que su destino está en el campamento del Partido Justicialista, y están dispuestos a competir en una elección interna, sea entre sí o con otros postulantes. De la Sota está tentado de intervenir en esa contienda, pero tampoco desestima participar en una competencia similar con Massa y hasta con Macri. Massa, por ahora, prefiere construir el Frente Renovador a escala nacional para competir por afuera de la estructura partidaria del justicialismo. En medio de estas diferencias abiertas en el peronismo, con cuatro candidatos de peso en danza, y aceptado ya que el Presidente saldrá de la segunda vuelta, cobra significación la posibilidad de que un radical o u socialista llegue al ballotage, y en esa eventualidad no habría que descartar que el próximo Jefe de Estado termine no siendo un justicialista. En el espectro no peronista, Cobos y Binner también están dispuestos a dilucidar las candidaturas en una elección que consagraría la fórmula presidencial de una alianza política que envolvería, a escala nacional al espectro de fuerzas representada por Unen en la ciudad de Buenos Aires: el radicalismo, el Partido Socialista, la Coalición Cívica, el GEN e incluso Proyecto Sur. Macri es un caso aparte. El Jefe de Gobierno porteño tendrá legítimos motivos de alegría. Con toda razón, exhibirá como propios el amplio triunfo de Gabriela Michetti en la ciudad de Buenos Aires, el segundo puesto de Miguel Del Sel en Santa Fe y de Alfredo De Angelis en Entre Ríos y la buena elección de Hernán Baldassi en Córdoba. No obstante, en el PRO cunde la impresión de que será necesario replantear la política de alianzas. Algunos apuntan a Massa y a De la Sota y otros hasta piensan en Cobos. En todos los casos, esto implicaría garantizar su continuidad al frente del de la ciudad de Buenos Aires y potenciar la chance de Del Sel para la Gobernación de Santa Fe; el problema reside en que nadie imagina qué hacer con Macri, ya que dicho replanteo seguramente implicaría resignar su candidatura presidencial. LA RECUPERACIÓN PRESIDENCIAL El impenetrable hermetismo que rodea la evolución del estado de salud de Cristina Fernández de Kirchner alimenta las más variadas especulaciones. En ciertas usinas periodísticas, la interminable danza de versiones macabras incluye referencias a la aplicación de la Ley de Acefalía y menciones recurrentes a figuras como el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, y hasta al titular de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, eventuales responsables de una etapa de transición, sin descartar la hipótesis de la designación de Scioli por la Asamblea Legislativa.
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Paradójicamente, otros cenáculos opositores, también adictos a las teorías conspirativas, creen entrever un fulminante contragolpe político: Cristina Fernández de Kirchner reaparecería tomando distancia de los resultados electorales desfavorables del domingo 27, cargada de índices de imagen positiva extraordinariamente mejorados y animada de una voluntad política intacta con el objetivo de erigirse en la "gran electora" para 2015.
Al respecto, es realmente notable la inestabilidad emocional que exhiben algunos analistas políticos opositores, que casi sin solución de continuidad pasan de pronosticar la acefalía en el Poder Ejecutivo a expresar sus hondos temores ante una presunta contraofensiva gubernamental que volvería a modificar radicalmente el escenario político.
REACOMODAMIENTOS
Y READECUACIONES
No es cierto que el Gobierno sea ciego ante hechos de la realidad. Sí es verdad que, en determinadas circunstancias, prefiere no convalidar noticias negativas hasta no tener diseñada una estrategia de respuesta. Esta aseveración es particularmente clara en las cuestiones económicas más sensibles, que incluyen desde el alza de precios hasta el descenso de las reservas del Banco Central.
Antes de su internación, la Jefa de Estado ya había tomado algunas decisiones importantes, que se vienen implementando silenciosamente, con la activa participación del vicepresidente, Amado Boudou y el ministro de Economía, Hernán Lorenzino. El común denominador de esas determinaciones presidenciales sería buscar una recomposición de los vínculos entre la Argentina y la comunidad financiera internacional. El primer paso en ese sentido fue el acuerdo celebrado con cinco empresas acreedoras que habían ganado juicios contra el país en el Ciadi.
Dicho entendimiento había sido solicitado personalmente el año pasado a la Jefa de Estado por el mismísimo mandatario estadounidense, Barack Obama. Se supone que la respuesta favorable a ese pedido de Obama facilitaría una gestión de la Casa Blanca ante la Corte Suprema de Justicia de Washington respecto a la apelación presentada por el Gobierno argentino contra la sentencia que ordena el pago del total de la deuda reclamada por los holdouts o fondos buitres.
Paralelamente, se estaría avanzando en una compleja ingeniería financiera para que algunos de los acreedores que ya habían entrado en la renegociación de la deuda argentina, preocupados por las graves ulterioridades que podrían acarrear para el cobro de sus créditos un fallo desfavorable del máximo Tribunal estadounidense, que colocaría a la Argentina en una situación de "default técnico", compren los títulos que están hoy en manos de los holdouts y acepten luego la oferta oficial de canjearlos bajo las mismas condiciones que en su momento se convinieron con el 93 por ciento de los acreedores.
Al mismo tiempo, emisarios gubernamentales habrían retomado el diálogo con el Club de París a fin de renegociar la deuda pendiente con esa institución, cuyo incumplimiento traba la concesión de créditos externos a la Argentina. Esa gestión estaría enlazada con un intento de acercamiento con España, que incluiría una negociación entre el gobierno argentino y Repsol, que estaría encarada directamente por el actual titular de YPF, Miguel Galluccio, y la adquisición de aviones de guerra españoles, tramitada por el embajador argentino en Madrid, Carlos Bettini.
La intención del gobierno sería generar las condiciones propicias para un retorno de la Argentina al mercado mundial de capitales, que le permita gestionar nuevos préstamos para la financiación de eventuales desequilibrios en la balanza de pagos. La sola existencia de esa posibilidad, se haga o no uso de ella, generaría una mayor confianza en la solvencia de las cuentas públicas y frenaría escaladas indeseadas, como las que se expresó en los últimos días con el alza en la cotización del dólar "blue".
Y EN LOS GREMIOS QUÉ PASA
La espera de la definición electoral, con la presidenta Cristina Fernández fuera de la escena política se ha vuelto en las últimas semanas un límite demasiado pesado para los problemas cada vez más complejos que enfrenta el entramado de gremios cercanos a la Casa Rosada, que conduce Antonio Caló.
La situación no sólo profundiza las evidentes dificultades que expuso desde el arranque mismo el liderazgo sindical del metalúrgico: más grave se percibe la sensación de un tiempo electoral que se hace interminable para las definiciones políticas en el terreno gremial, agudizando las divisiones internas y la falta de reacción de la conducción cegetista frente a los insistentes reportes que alertan sobre la multiplicación de situaciones de ajuste del mercado laboral en importantes sectores industriales.
Hace poco menos de un mes referentes de la UOM de Córdoba visitaron a Caló para advertirle sobre la conflictiva situación que atraviesan las autopartistas de la provincia, a raíz de la caída de la producción de la industria automotriz. Caló pidió paciencia y prometió una gestión ante el Gobierno nacional para garantizar la estabilidad laboral de alrededor de 6 mil operarios en peligro de perder sus puestos.
La gestión pareció no haber prosperado en línea con la promesa del jefe metalúrgico, porque la semana pasada la conducción de la delegación cordobesa de la CGT denunció públicamente la situación y, sin reparar en el pedido de tranquilidad de Caló, se declaró en alerta y movilización permanente en defensa de los empleos comprometidos.
La posibilidad de un escenario de conflicto es inminente apenas se supere la instancia electoral del domingo, y amenaza con multiplicarse a otros sectores fabriles donde el magro crecimiento económico y los problemas de competitividad ya derivaron en suspensiones, adelantos de vacaciones y en algunos casos pedidos de apertura de procedimientos de crisis.
A esas dificultades, que suponen por lo menos cierto contraste con la adhesión acrítica de Caló y compañía al modelo económico kirchnerista, se añaden los crecientes cortocircuitos puertas adentro de la central, que inicialmente involucraron a los gremios de servicios enrolados en el grupo de los gordos (actualmente el ala sindical más poderosa de la estructura política de Sergio Massa), pero que de a poco fueron sumando también a importantes sindicatos del transporte y hasta a aquellos referentes del grupo de independientes, responsables siempre de la compleja tarea de moderar las pulsiones más confrontativas que conviven dentro de la central.
El nuevo accidente protagonizado por una formación del Sarmiento y la consecuente reactivación de la pelea que enfrenta al titular del gremio de La Fraternidad con el ministro, Florencio Randazzo volvió a poner en la agenda cegetista los problemas que enfrenta la conducción de Caló para contener a su propia tropa.
De aliado clave del poder sindical en el transporte ferroviario, Maturano pasó a convertirse para la primera línea de la central en una figura cuestionable, ingobernable, que pone en riesgo su propio control sobre el conflicto social en un sector estratégico de la economía. La conciencia de la falta de respaldo político de Caló en su ofensiva contra Randazzo multiplicó el malestar del líder de la Fraternidad, que en represalia amenaza con quebrar el frente de gremios del transporte y ofrecer su porción de ese espacio como ofrenda a la construcción política del massismo.
El desafío planteado por Maturano es grave para los objetivos de corto y mediano plazo de la central oficialista y explica con claridad las gestiones de Omar Viviani para evitar la ruptura del dirigente con la entidad. Es que su salida también arrastra al gremio de los colectiveros de la UTA, a los que podrían sumarse también varios de los poderosos sindicatos del sector aeronáutico, cada vez más enfrentados a la conducción de La Cámpora en Aerolíneas, que encabeza Mariano Recalde.
Un nuevo quiebre en el sector desde el cual consolidó el poder de fuego que catapultó su liderazgo sindical en la última década es observado con entusiasmo por Hugo Moyano. El camionero cuenta los días que le restan a su fracasada alianza política con Francisco de Narváez y prepara con todo el desembarco de su tropa en el bunker del Intendente de Tigre.
En ese cálculo, el enfrentamiento de Maturano con la central de Caló se vuelve un elemento novedoso y favorable a sus expectativas por rearmar su fortaleza sindical, licuada en los últimos dos años por los efectos de su ruptura con el kirchnerismo, sus fallidos sueños políticos y la fragmentación cegetista.
Moyano espera poder recoger a los heridos que genera la continuidad del alineamiento automático de la CGT del metalúrgico con la Casa Rosada en la apuesta de monopolizar las negociaciones por un proceso de reunificación de la central obrera.
Ese objetivo se inscribe en una necesidad política mucho mayor, que se vincula con la propia supervivencia del modelo que consolidó el poderío histórico del sindicalismo peronista: el monopolio del gremio de actividad sobre la representación de los trabajadores.
Fuente: Ellibertador.
Domingo, 27 de octubre de 2013
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