COMO SERA EL "PLAN QUNITA 2" DESPUES DEL NAUFRAGIO DE LA CAUSA JUDICIAL Ya están trabajando para producirlo los ministerios de Salud nacional y bonaerense El puntapié inicial estará a cargo de Gabriela Bauer, directora de Salud Perinatal y Niñez del Ministerio de Salud de la Nación. El Servicio Penitenciario Federal ofreció asumir parte de la producción en los talleres de carpintería y existe la idea de asignar parte de la producción a cooperativas de trabajo. Los ministerio de Salud de la Nación y de la provincia de Buenos Aires empezaron a trabajar en un nuevo Plan Qunita, es decir en la elaboración de un kit integrado por un moisés, colchón, sábanas ropa, cremas, talcos, profiláctivos, libritos de instrucciones para las madres de recién nacidos, sobre todo de hogares humildes. El objetivo es evitar las muertes por colecho --bebés durmiendo en la cama de sus padres, que pueden ahogarlos-- y avanzar en otras estrategias de maternidad segura. Hay una iniciativa para que los kits sean producidos, en parte, en distintos talleres del Servicio Penitenciario Federal y tal vez el resto sería adjudicado a cooperativas.
La semana pasada, el Tribunal Oral Federal número 1 estableció que no hubo delito en el Plan Qunita original y eso puso en marcha la idea de esta nueva edición tras cinco años perdidos por la denuncia de la diputada Graciela Ocaña y la instrucción del juez Claudio Bonadio. Fue la fiscal Gabriela Baigún la que tuvo que bregar para que aquellos kits al menos se distribuyan entre madres de bajos recursos.
En principio, el puntapié inicial estará en manos de Gabriela Bauer, directora de Salud Perinatal y Niñez del Ministerio de Salud de la Nación. Además, Bauer es una renombrada pediatra del Hospital Garrahan. Quienes hicieron pública la idea de este Plan Qunita 2 fueron el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollan y el viceministro, Nicolás Kreplak, ambos involucrados en el plan original y sobreseídos en la causa judicial.
Por supuesto que hay mucho camino por andar, pero está instalada la idea de reflotar el diseño creado por el militante Tiago Ares, que falleció poco tiempo después. Sucede que el armado no requería herramientas y los padres podían llevarse el kit, una especie de bolsito, desde la maternidad, es decir que se ahorraba la logística. Ares trabajó sobre la base de un modelo escandinavo y realizó una adaptación. Incluía el moisés, un colchón, sábanas, un saco de dormir, abrigo polar, libritos con instructivos, hasta profilácticos, talcos, cremas y un total de 42 elementos. Pero la clave estaba en el moisés que impulsaba a los recientes padres a evitar el colecho.
Habrá que ver cómo se pone en marcha el nuevo proyecto, pero en principio está la oferta del Servicio Penitenciario Federal de asumir parte de la producción en los talleres de carpintería (el moisés es de aglomerado) y textiles. También está la idea de asignar parte de la producción a cooperativas de trabajo. La voz cantante la tendrá el ministerio nacional y luego el bonaerense se sumará.
Una parte clave del Plan Qunita es lo que se llama el acceso a las maternidades seguras. Por lo general, las jóvenes van al lugar más cercano, que en algunos casos no tiene banco de sangre ni anestesista. La estrategia original consistió en privilegiar a las maternidades más seguras, con mejores condiciones, dándoles el kit Qunita para que entreguen. O sea, que la madre tenga un incentivo para acercarse a esas maternidades seguras. También estuvo -y está- la idea de que haya una chequera de salud para esas madres, lo que implicaría un control de cada fase, tanto del bebé como de la madre.
El Tribunal Oral Federal 1, integrado por Adrián Grünberg, José Michilini y Ricardo Basílico, se basó en el dictamen de la fiscal Baigún para sobreseer el viernes pasado a todos los imputados. Dos pericias que debieron hacerse durante la instrucción de la causa -hace cinco años- demostraron que no hubo sobreprecios ni direccionamiento de la licitación. Pero lo más grave fue que el juez Bonadío amagó con quemar los kits y, casi con el mismo perjuicio, las mantuvo en depósitos que el estado tuvo que pagar. Finalmente, por iniciativa de Baigún y ante el reclamo del sacerdote Paco Olveira y algunos gobernadores, se terminaron distribuyendo la gran parte varios años después. Todo consistió en utilizar la justicia para la acusación política, postergando un plan que después se adoptó en varios países.
Martes, 20 de julio de 2021
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