GESTIÓN Y ALIADOS FAMOSOS, PARA UN SEGUNDO PUESTO SOÑADO Mauricio Macri El jefe porteño cree que si llega al balotaje tiene altas chances de ganar la presidencial, porque la gente buscará “lo nuevo”. Para las provincias, seguirán apostando por artistas y deportistas. Las críticas a Scioli y Massa. Mauricio Macri quiere ser segundo. Segundo, sí. Cree que si en 2015 se puede meter en el balotaje, aunque le saquen hasta diez puntos en la primera vuelta, será el presidente que sucederá a Cristina. Puede sonar demasiado optimista, hasta ingenuo quizá, pero el razonamiento es que el que gane la primera vuelta quedará pegado a la Casa Rosada y que, cuando se tenga que elegir entre dos opciones, la gente apostará por un cambio real.
Según imaginan en el PRO, ni Sergio Massa ni Daniel Scioli podrían ser la opción para esa próxima etapa. Por eso, la estrategia de Macri es mostrarse como lo nuevo, como el referente de la única fuerza con posibilidades de ganar que no ha gobernado el país. Promocionar lo que hizo en Buenos Aires, con el Metrobús como símbolo, y caminar bien lejos de los dirigentes clásicos de la política, en especial del peronismo, que vendrían a ser, según la lógica macrista –o del gurú/consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba, si se prefiere--, lo viejo.
La versión Macri post elecciones viene recargada de más principios PRO. “Vamos con lo nuestro y por lo nuestro”, dicen en la sede de Bolívar 1. Tanto que hasta alguno deslizó que Gabriela Michetti podría ser nuevamente la socia ideal de su jefe. “Sería un sueño que Gaby me acompañara de vice, pero todavía falta mucho”, razonó el jefe de Gobierno durante su viaje por Barcelona.
Sus asesores estudian acciones para retomar un viejo axioma del espacio: Macri no es un político (clásico), sino un simple administrador que ha podido disminuir una buena dosis de los prejuicios que despertaba seis años atrás, cuando arrancó la gestión como jefe de Gobierno. Es un camino pensado para diferenciarse del resto y para montar una campaña pro positiva. En base a un estudio que comprendió encuestas y trabajos de focus group, Macri sostiene que en la sociedad se respira hartazgo de peronismo.
“Quiero otra forma de convivencia política buscando consensos a través del diálogo. Un Gobierno verdaderamente federalista, transfiriendo responsabilidades y recursos en forma progresiva. Un Gobierno preocupado y ocupado en mejorar la calidad de vida de la gente poniendo al Estado al servicio de la ciudadanía y no de los políticos, como lo hicimos en la Ciudad”. Lo dice Macri. Ese será el espíritu del discurso rumbo a 2015.
Mientras empiezan a desandar la estrategia, los macristas suponen que, después de seis años de hostigamiento, el cristinismo de paladar negro correrá el foco del PRO y lo pondrá sobre Massa y Scioli, sus rivales peronistas. Macri también hizo lo suyo: en la segunda conversación telefónica que tuvo antes de la operación de la Presidenta, le dijo que contara con él para garantizar la gobernabilidad de los últimos años.
Cristina se lo agradeció con una broma: “Tenés razón con lo que dijiste del circulo rojo”.
Con esa presunta paz en la relación con la Casa Rosada, y apoyado en la gestión, Macri confía en multiplicar el armado en todo el país, con candidatos similares a los que ya le dieron frutos en la última elección: desde el ex árbitro Baldassi y el cómico Miguel del Sel, hasta el ruralista Alfredo De Angeli o el ex futbolista Carlos MacAllister.
Ya miden deportistas y artistas famosos.
Sus armadores, además, apuestan a que la creciente pelea entre Massa y Scioli recrudezca con el correr de los meses y se traslade a las provincias. “Los dos van a luchar por la misma porción y van a sufrir más el desgaste”, especulan. Macri se ilusiona con que ese fuego lo beneficie.
Fuente: Clarín.
Lunes, 11 de noviembre de 2013
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