KICILLOF FUE NOMBRADO MINISTRO DE ECONOMIA EN LUGAR DE LORENZINO, QUE OCUPARA OTRA FUNCION Salida heterodoxa para los desafíos económicos La figura de Kicillof crece desde que arrancó como gerente financiero de Aerolíneas Argentinas, en 2009. El Gobierno apuesta a que su llegada desactive especulaciones cambiarias, puesto que, según él, las tensiones son coyunturales y no estructurales. Axel Kicillof es el nuevo ministro de Economía. Desde mañana reemplazará a Hernán Lorenzino. Los cambios en la conducción de la política económica realizados por el Gobierno buscan relajar las desgastantes internas y permitir una mayor coordinación en el heterogéneo equipo económico. El diagnóstico con el que llega el nuevo titular de Hacienda es que la macroeconomía no exhibe problemas estructurales de corto plazo, pero existen presiones y expectativas exageradas impulsadas por las exportadoras de cereales y los productores primarios. En función de ello, no parece estar en los planes de arranque ni una devaluación brusca ni un desdoblamiento del mercado cambiario, como se mencionó en las últimas semanas. La designación del economista de 42 años representa una apuesta del Poder Ejecutivo para desarticular las presiones políticas y económicas que se expresan en el frente externo. Las ideas de Kicillof se sitúan en las antípodas del recetario económico tradicional e impulsan una activa intervención y regulación estatal.
El equipo de colaboradores más cercanos del flamante ministro de Economía continuará nutriéndose de los economistas heterodoxos que formaron parte del Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino (Cenda), como Emmanuel Agis, Mariana González y Javier Rodríguez, con quienes se reunirá hoy bien temprano en el Palacio de Hacienda. El armado de un nuevo equipo dio lugar anoche a especulaciones sobre algún otro reemplazo. Una de ellas fue si la llegada de Kicillof puede cambiar en algo las tareas o inclusive hasta el cargo que detenta el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Lo mismo corría con el titular de la Secretaría de Finanzas, Adrián Cosentino.
Kicillof comenzó a trabajar en la función pública como gerente del área económico-financiera de Aerolíneas Argentinas a partir de la nacionalización de la empresa, pero cobró un rol protagónico durante la puja entre el Gobierno y el Grupo Techint por la designación de los directores estatales en Siderar. A pesar de la resistencia de Paolo Rocca, el Gobierno nombró tres directivos en la compañía, entre ellos Kicillof. En 2011 fue designado secretario de Política Económica y quedó como viceministro de Economía, detrás de Lorenzino. Desde entonces y por pedido directo de CFK, el funcionario comenzó a ampliar su presencia en diferentes áreas como la política energética.
El año pasado el economista tuvo un papel central en el proceso de expropiación del 51 por ciento de las acciones de YPF. Kicillof encabezó el duro enfrentamiento con los directivos de Repsol. Sus iniciativas y visiones dentro del Gobierno no siempre tuvieron éxito, y la extensión de su área de influencia hacia otros sectores a través de sus colaboradores cercanos –Banco Central, Banco Nación, Casa de Moneda, Enarsa, Cammesa y Enargas, entre otros– causó malestar en diferentes estructuras de poder empresarial y estatal. El funcionario, reconocible por sus patillas y su ausencia de corbata, también participó de la reforma de la Carta Orgánica del BCRA y, más recientemente, de la creación de programa de créditos hipotecarios Pro.Cre.Ar.
El economista posee extensas y probadas credenciales académicas y docentes en la Universidad de Buenos Aires. Es doctor en Economía y obtuvo su licenciatura en la Universidad de Buenos Aires con un promedio de 8,24, el mejor de su camada. Se formó en los ’90 escapando a la formación ortodoxa a través de la lectura de los autores clásicos, desde Smith y Ricardo hasta Marx y Keynes. Sus dos libros, Fundamentos de la Teoría General. Las consecuencias teóricas de Lord Keynes y De Smith a Keynes: siete lecciones de Historia del Pensamiento Económico, se convirtieron en visita ineludible para los nuevos estudiantes de la carrera. En la universidad también tuvo una activa militancia a través de la agrupación TNT, que logró desplazar de la conducción del centro de estudiantes a Franja Morada, aunque la agrupación radical (re)ocupó con violencia ese espacio. Kicillof es un apasionado orador como docente y funcionario que suele extenderse en sus intervenciones más de lo previsto.
Desde el Gobierno entienden que el problema en el frente externo no es de solvencia, que no está gestando una tradicional crisis de balanza de pagos. A pesar del fuerte retroceso en las reservas (cayeron más de 11 mil millones), el stock de 32 mil millones se mantiene elevado en términos históricos y permite sostener el desendeudamiento que es uno de los pilares del proyecto macroeconómico abierto en 2003. El problema con los dólares es de liquidez y no de solvencia, dicen cerca del nuevo ministro. Las especulaciones de exportadores y productores demoran la liquidación de la cosecha a la espera de una mayor devaluación y así presionan sobre el mercado cambiario. Además, el escenario internacional de crisis y el sostenimiento del crecimiento argentino redundan en un menor superávit externo.
Desde esa perspectiva, el equipo de Kicillof entiende que no hay razones objetivas para un desdoblamiento cambiario que establezca un valor más alto de la divisa para turismo. Por eso, también se descarta una brusca devaluación. En el equipo económico advierten que, de todas formas, este año se registró una fuerte aceleración en la variación del tipo de cambio y acumula un alza de 25 por ciento. Un sendero que no será interrumpido en el corto plazo. La receta de largo plazo perseguida por el equipo económico, no sin tensiones y dificultades evidentes, sigue siendo la misma: avanzar con el proceso de industrialización a través de la sustitución de importaciones y mayores exportaciones en un escenario global en crisis.
Fuente: Página12.
Martes, 19 de noviembre de 2013
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