RAULCITO EL ACORDEON ES COMO UNA LLAVE QUE ME ABRE LAS PUERTAS DE LA VIDA A los 75 años, el talentoso músico radicado en Francia asegura que sigue aprendiendo y llevando la música del Litoral argentino por todo el mundo. Este jueves inicia un breve ciclo de cuatro actuaciones en Café Vinilo. El músico y compositor Raúl Barboza, radicado en Francia desde 1987, regresa al país para ofrecer una serie de shows en el Café Vinilo, en el marco de un presente que lo encuentra tratando de sacar nuevos sonidos a su acordeón. "El acordeón es ese instrumento que me compaña desde hace tantos años y que es como una llave que me abre las puertas de la vida", sostuvo Barboza en una entrevista telefónica desde su casa parisina.
Agradecido de tener la posibilidad de seguir viajando y llevando la música del Litoral a diferentes lugares del mundo, Barboza llega a los 75 años con la avidez de seguir aprendiendo, íntimamente conectado con el presente y sensibilizado con la problemática social que atraviesa Francia.
"Sigo estudiando, trato de sacar sonidos; el hombre cada día regenera sus células, yo trato de vivir paralelamente a la vida que pasa, yo soy un presente, estoy tocando y haciendo músicas para que cuando yo no esté físicamente le pueda servir a alguien: no es una herencia, dejo un trabajo", expresó Barboza.
"Ahora que soy un hombre que ha vivido lindo, cada noche le doy gracias a la vida por llegar a esta altura sano, poder portar sobre mí el acordeón, que pesa 14 kilos, y mi valija, que pesa 20, cambiar de climas, idiomas, horarios, comidas, modo social de vivir, y poder decirle a la gente 'Esta es una música que viene de una parte de nuestro país'", indicó. Como una suerte de ritual que repite en los últimos años, el artista visita el país para pasar el verano tocando en diferentes espacios de la Argentina, travesía que iniciará con los conciertos el jueves 26 y el sábado 28 de diciembre, y el jueves 2 y el viernes 3 de enero en Café Vinilo.
"Acá en Francia el invierno es muy crudo, entonces yo me voy al verano. Yo soy hombre del calor, me voy con mi señora Olguita y nos quedamos hasta marzo –reveló–. Hay algunos conciertos, algunos viajecitos, y voy a tocar con mis dos compañeros de siempre: Nardo González en guitarra y Roy Valenzuela en contrabajo".
Consultado acerca del repertorio que abordará en estos conciertos porteños, adelantó que estrenará algunos temas nuevos porque siempre está buscando "mostrar algo nuevo".
"Hago lo que hace una mamá con la comida que quedó al mediodía, que es darle un sabor con un agregadito nuevo", comparó.
"Hace 70 años que me preparo con mis compañeros, y nos pondremos a imaginar sonidos –indicó–, ritmos, y eso es lo que vamos a mostrar a la gente que quiera curiosear."
En su estadía aprovechará para grabar un nuevo disco, que probablemente incluya la música original que compuso especialmente para el film La Guayaba, de Maximiliano González.
De sus últimas creaciones también grabará "Nazareno", dedicado al legendario luthier de acordeones Nazareno Anconetani, cuya familia construyó el "acordeón azul", primer instrumento cromático especialmente diseñado para él, y que actualmente forma parte de la colección del MUSA (Museo Anconetani del Acordeón).
"Mi primer acordeón cromático me lo dieron cuando tenía 15 años –evocó– y en esa época estaban los tres hermanos, Luis, Juan y Nazareno, y su mamá. Ella hacía los fueyes del acordeón, me encantaba ir a su casa en Chacarita, porque me gustaba sentir el olor de la cera."
"A Nazareno le decían 'El pibe', quedó como el último referente de los Anconetani. Pensando en él hice un vals muy romanticón, porque era un italiano pleno de amor al arte", recordó el músico, que últimamente actuó en España, Alemania y Cabo Verde.
Atravesado por la realidad social que vive Francia, sostuvo que vive en este lugar del mundo "una gran parte del año" y le toca "profundamente cuando las cosas van mal".
"Tengo una enorme tristeza que no es una amargura, es una incredulidad", reconoció Barboza.
"No puedo creer todo lo que pasa, estamos viviendo en un país occidental donde hay grandes poderes económicos y gente que vive en la calle en pleno invierno, mientras muchos jóvenes salen en sus autos personales", acotó el artista, de origen guaraní.
"Voy y toco y le doy un poco de alegría a la gente y lo hago por amor a la vida. Me ayuda poder contribuir con alegría toda esta tarea de músico; el poeta tiene una tarea para hacer, todos tenemos una responsabilidad en nuestro andar, y la música es una manera de hablar y de decir cosas sin palabras. Yo puedo decir cosas en las que no existen ni la vanidad ni el odio", concluyó.
Fuente: Telam
Miércoles, 25 de diciembre de 2013
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