POLÍTICA NACIONAL Los programas de chimentos son la nueva debilidad de los políticos Van cada vez más seguido a espacios dedicados al espectáculo o a la actualidad. Tienen más rating y consiguen llegar a más gente. Cuentan en los pasillos de América que un funcionario que salió muy mal parado después de las últimas inundaciones llegó a ofrecer, en medio de la desesperación por el derrumbe de su imagen pública, 500 mil pesos para sentarse en el living de Intratables o Animales Sueltos. Pensó, como piensan con frecuencia muchos políticos, que bastaba con la caja para inciar el despegue mediático. Pero ni así fue posible.
Nunca lo invitaron.
La anécdota podría estar develando dos fenómenos. El primero: los políticos ya no priorizan los programas políticos tradicionales para dar explicaciones o para hacer campaña. El segundo: los ciclos diarios de la TV abierta que abordaban el espectáculo, los chimentos o la actualidad –como prefieren denominarlos los productores– han decidido meterse de lleno en la agenda de la inseguridad, la inflación o el paro docente.
“Cambió la tendencia: ahora es menos Moria Casán y más Cristina.
Menos puterío y más realidad”, grafican quienes se entusiasman con el cambio de rumbo. Eso, advierten, siempre que el rating acompañe.
¿Será sostenible en el tiempo? El rating, por ahora, acompaña.
Para los políticos, la nueva tendencia es una gran noticia. El minuto a minuto es, desde hace un tiempo largo, la obsesión de los candidatos. Daniel Scioli y Sergio Massa, rivales en la carrera hacia la sucesión de Cristina, se hicieron instalar un software en sus celulares y pagan una membresía mensual para contar con el servicio.
“¿Y, cuánto medimos?
”, suelen preguntarles a sus asesores que aguardan detrás de cámaras cuando termina una presentación. Massa, antes de las legislativas, pegaba saltos cuando le decían que superaba los 7 puntos.
“Como modero las apariciones, cuando aparezco la gente sabe que tengo algo para decir”, se jacta en privado. Scioli, sostienen en la Gobernación, consulta las mediciones durante los noticieros y, a veces, a altas horas, después de sus partidas de ajedrez. Otra que mide bien es Elisa Carrió, sobre todo en tiempos de crisis, aunque la jefa de la Coalición Cívica sigue eligiendo el formato de los programa de cable.
Pero también hay lugar para las sorpresas: María Eugenia Vidal, del PRO, se sentó más de una vez en Intratables “porque cuando viene la gente se engancha”.
Martín Lousteau, hablando de economía a la hora de las novelas, hizo picos de 9,5 puntos en El diario de Mariana, con Mariana Fabbiani, por el Trece. Y Sergio Berni, personaje poco conocido para el público masivo, viene de hacer en Animales Sueltos picos de más de 6.
Los mano a mano de Alejandro Fantino han generado recelo en la clase política : todos quieren sentarse solos y se niegan a participar junto con vedettes y deportistas.
Intratables, con panelistas que van desde un defensor de las políticas K hasta otros que cuestionan todo lo que emprende la Casa Rosada, pasando por periodistas especializados y por una cronista española que pide precisiones sobre la ideología del peronismo, no funciona sin contrapunto.
El eje es la polémica. Por los subsidios, el paro docente o el Fútbol para Todos. A Santiago del Moro no le tiembla la voz para interrumpir a los invitados si hay que cambiar rápido de tema. Los políticos, desde Altamira hasta Luis D’Elía, aceptan el juego. “¿Sabés que pasa ? Si no estás en la TV, no existís”, dice un vocero del PRO.
Acaso el primero en sacarle todo el jugo a los políticos fue Marcelo Tinelli. Aunque con reparos (salió por teléfono) hasta Néstor Kirchner se prestó a al juego con el conductor estrella de la TV. Antes, desde Menem hasta el papelón de De la Rúa, t odos habían desfilado por su estudio.
La posta, ante la ausencia de Tinelli en pantalla, pareció tomarla Jorge Rial, aunque con otro tono en un segmento de Intrusos. Rial, que también instaló su marca en la radio, fue uno de los pocos que entrevistó a Cristina en el ciclo de entrevistas de la Rosada.
Fuente: Clarín.
Domingo, 23 de marzo de 2014
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