POLÍTICA NACIONAL El método del piquete se coló en la pelea entre Gobierno y oposición  Coincidieron en cuestionar esa práctica que, dijeron, atentó contra la libertad de elección de los trabajadores. Capitanich, Scioli, Macri y Massa repudiaron los cortes en los accesos a la Ciudad. La izquierda los justificó.
¿Cuánto influyeron los piquetes en el éxito del paro? No es tan sencillo determinarlo. Sí, en cambio, los cortes dejaron dos certezas. La primera, obvia: fueron funcionales a los promotores de la huelga porque aún aquellos que sentían que no existían razones para paralizar el país pudieron haberse vistos obligados a adherirse por los 40 cortes que interrumpieron rutas y avenidas en Capital y Gran Buenos Aires. La segunda certeza: los piquetes, a lo largo del día, generaron una fuerte controversia que abarcó por igual a los sindicalistas, a los principales dirigentes de la oposición y a los funcionarios de la Casa Rosada. Y a los propios piqueteros, desde luego, quienes quedaron inesperadamente en el centro de la escena.
Como pocas veces, los piquetes ubicaron en un mismo rincón a oficialistas y opositores, con excepción de los partidos de izquierda, que motorizaron los cortes. No es que las fuerzas anti-K como el Frente Renovador, el PRO o la UCR no hayan compartido las consignas del paro. Hace tiempo que coinciden con los sindicalistas en el pedido de medidas contra la inflación, el impuesto al salario y la inseguridad. Pero no son menos categóricos a la hora de repudiar el método de corte de calles para darle visibilidad a los reclamos.
“Hay un gran piquete nacional con paro de transporte”, definió bien temprano Jorge Capitanich, el jefe de Gabinete. El funcionario habló de “extorsión” y dijo que le daba “vergüenza” que no se diera la posibilidad de ir a trabajar. El gobernador Daniel Scioli prefirió tomarse unas horas y, luego sí, se alineó con la Rosada. “Fue un gran piquete al progreso del país”, definió.
Bien temprano, en la Panamericana, a la altura del puente Henry Ford, donde cortaban manifestantes del Polo Obrero y del PTS la Gendarmería intentó interrumpir la protesta y reprimió con golpes y balas de goma disparadas al aire. Si bien la calma se recuperó minutos después, dos personas resultaron heridas: un manifestante con un corte en la cara y un gendarme que recibió un piedrazo.
Mauricio Macri y Sergio Massa, opositores y rivales en la carrera rumbo a 2015, condenaron fuerte los cortes. “Hay que decirle basta al autoritarismo del piquete”, afirmó el jefe de Gobierno, un eterno militante en contra de los cortes. Ya en su campaña de 2007 los repudiaba y prometía limitarlos. Ayer, aunque dijo que estaba “muy de acuerdo” con las consignas de la huelga, se mostró pesimista. “No va a contribuir en nada”, evaluó.
Massa monitoreó el paro junto a 23 intendentes del Frente Renovador durante una reunión en el Parque Náutico de San Fernando. “Es una locura que se fuerce el paro con piquetes, más allá de que la inflación y la inseguridad son dos datos de la realidad que no se pueden negar. Pero los piquetes forman parte de una lógica vieja, de una etapa en la que la Argentina era muy distinta”, dijo el diputado a Clarín.
El rol de los piqueteros en cierto modo incomodó a los sindicalistas Hugo Moyano, Pablo Miceli y Barrionuevo, las caras públicas de la huelga. No porque no hayan posado juntos en las horas previas sino porque muchos periodistas, en la conferencia de prensa, hablaban de lo importante que habían sido los cortes para el éxito de la jornada.
“El pueblo se expresó de manera voluntaria”, se atajó Moyano. “En aeroparque y en el Puerto no hubo piquetes y paró todo el mundo”, agregó. En medio de la polémica, desde la izquierda defendieron la estrategia de cortes. “Los dirigentes que critican los piquetes hacen gremialismo dominguero”, dijo el diputado del FIT Néstor Pitrola.
Fuente: Clarín.
Viernes, 11 de abril de 2014
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