17 horas Minuto a minuto de la pulseada final Los acreedores empezaron pidiendo un pago en efectivo de 2000 millones de dólares y 12 puntos de tasa de interés por punitorios. A la medianoche los funcionarios argentinos parecían solos. Seis horas después, el arreglo se dio en otros términos.
El miércoles a las 12 de la noche pensamos que se habían ido todos. Sólo estaban los franceses, que presiden el Club de París, y suponíamos que tal vez habría algunos funcionarios japoneses y alemanes.
Cuando volvimos a reunirnos a las 6 de la mañana nos sorprendimos porque estaban todos los que nos habían escuchado más temprano, eran cerca de 60 personas.” La narración del tramo final del encuentro, que se prolongó durante 20 horas, fue realizada a Página/12 por un funcionario del equipo económico que acompañó al ministro Axel Kicillof durante toda la jornada. “Arrancaron pidiendo un pago inicial de casi 2000 millones de dólares y querían que la tasa de interés para calcular los intereses punitorios fuera de 12 por ciento”, agregó un miembro de la comitiva oficial antes de apagar los celulares en el avión que los traía de regreso a Buenos Aires. Por eso, con el primer intercambio de propuestas en la mañana del miércoles, la delegación argentina supo que las negociaciones serían extensas. Pero fue clave evitar pasar a un cuarto intermedio, dicen, porque “se hubiera freezado todo”. Ambas partes cedieron y a las 6 de la mañana el acuerdo se convirtió en realidad.
El monto consolidado de la deuda asciende a 9700 millones de dólares y la operatoria no será supervisada por el Fondo Monetario Internacional. No hay quitas, pero los desembolsos que serán realizados en efectivo con reservas del Banco Central se financian en cuotas anuales hasta 2019 con una tasa de interés del 3 por ciento. El pago inicial será de 650 millones de dólares en julio y el siguiente de 500 millones se hará en mayo de 2015. Cuando se concreten esos desembolsos se levantará oficialmente el default y se rehabilitarán canales de financiamiento para empresas extranjeras de los países miembros con inversiones en Argentina. El endeudamiento externo no es un objetivo inmediato, pero es esperable que mejoren las condiciones de acceso al mercado financiero.
Las rees en París comenzaron el miércoles a las 10.20 de la mañana con una exposición de una hora a cargo del titular del Palacio de Hacienda, Axel Kicillof, sobre el modelo macroeconómico argentino. “Fue una presentación para romper mitos”, explicó a este diario un funcionario que participó del encuentro. Contó con una descripción de la situación económica argentina desde una perspectiva histórica, detallando los avances en materia de crecimiento, reindustrialización e inclusión social a lo largo de los últimos once años. Una parte relevante del contacto inicial matutino estuvo dedicada a detallar la política de desendeudamiento y regularización de pasivos encarada por Argentina a partir del default: la reestructuración y canje de la deuda con privados (2005 y 2010), la cancelación del pasivo con el FMI (2006), la decisión de garantizar los vencimientos con reservas del Banco Central (2010) y el más reciente acuerdo con algunas empresas para que levanten sus demandas contra el país en el Ciadi, el tribunal arbitral del Banco Mundial, a cambio de un pago en bonos.
“Los miembros del Club estuvieron bastante receptivos y algunos hasta parecían sorprendidos”, contaron desde el equipo económico. En la delegación argentina se sorprendieron cuando vieron a distintos funcionarios extranjeros sacar fotos de las filminas con sus celulares y tabletas.
El foro reúne a 19 países, pero los pasivos impagos de la Argentina corresponden a 15 miembros más Israel, que es miembro adherente del grupo. Las comitivas de cada país estuvieron compuestas por funcionarios de segunda línea de los ministerios de Economía, Finanzas, Desarrollo, Cooperación y agencias de financiamiento estatales. Por ejemplo, por Estados Unidos participó el director de la Oficina de Asuntos Monetarios del Departamento de Estado, Andrew Haviland, mientras que la representación germana la encabezó un funcionario del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo, Christian Storost.
En su declaración conjunta que fue distribuida durante la madrugada del jueves, los miembros del Club de París se hicieron eco de la intervención del ministro Kicillof: “Durante la reunión, la delegación argentina presentó las medidas implementadas por el Gobierno para impulsar el crecimiento inclusivo y fortalecer su resistencia a los shocks externos”. La reiteración de la fórmula del “crecimiento con inclusión” utilizada por los funcionarios argentinos fue bien recibida por los acreedores y su inclusión en el comunicado fue interpretado por Kicillof y equipo como un “guiño” de aceptación. Además, como parte interesada, los acreedores destacaron los esfuerzos realizados por el país para regularizar los distintos pasivos impagos. “Los miembros del Club de París reconocen el progreso hecho por Argentina hacia la normalización de sus relaciones con los acreedores, la comunidad financiera internacional y las instituciones después del default de 2001”, indicó el foro de países en el comunicado.
El ida y vuelta
Terminada la exposición del equipo económico se abrieron las rondas de negociación. La delegación argentina quedó alojada en una sala de rees de la planta baja del Ministerio de Economía de Francia y los representantes de los 19 países del foro en el recinto del primer piso donde se realizó la presentación.
Desde ese momento las conversaciones bilaterales se dieron a través de Ramon Fernandez, presidente del Club de París y secretario adjunto del Tesoro galo, que alternaba entre ambos salones con las propuestas y contrapropuestas. Fueron más de seis rondas de negociaciones alrededor de los diferentes puntos del acuerdo como las tasas de interés, el desembolso inicial, la extensión del acuerdo, los pisos y techos de las cuotas, como los tiempos para que los países del foro declaren la salida del default. La inclusión del FMI como supervisor del acuerdo no estuvo presente en las discusiones. Según contó el propio Kicillof, los directivos del Club de París enfatizaron, luego de concretar el contrato, que “una de las únicas veces que el Fondo no intervino fue con la renegociación del pasivo de Indonesia después del tsunami”.
“Estamos muy conformes, sobre todo considerando cuál era la expectativa de pagos en efectivo que pedían al comienzo de las negociaciones”, afirmó ayer Kicillof en referencia a los más de 2000 millones de dólares que pretendían los miembros como pago inicial en efectivo. El primer pago, en dos partes, será de 1150 millones de dólares. Otro de los puntos duros en la negociación, comentaron a Página/12 en la delegación argentina, fueron las tasas para definir el monto de los intereses punitorios: los países acreedores arrancaron en 12 por ciento y, a las seis de la mañana, se acordó pagar un 7 por ciento por ese concepto que permitió arribar a la cifra total de 9700 millones de dólares.
Las deliberaciones internas no fueron breves. No hubo interrupciones para almorzar, merendar o cenar. Hambrientos y ansiosos atravesaron la jornada con algunos snacks, porciones de pizza, sandwiches, café y té que intercalaban a la espera de una respuesta. Si bien los representantes de Alemania, Japón y Estados Unidos son determinantes, por el peso de sus acreencias y su papel geopolítico, la dinámica interna del Club exige que cualquier solución se alcance por consenso entre todos sus miembros.
El objetivo era lograr un acuerdo, pero en la medianoche porteña, desde Casa Rosada, informaron que el encuentro pasaba a un cuarto intermedio ya que no se había terminado el entendimiento. Sin embargo, en París siguieron las discusiones por dos horas más hasta que definieron el acuerdo.
El equipo argentino estuvo compuesto por el secretario de Finanzas, Pablo López, y el responsable del área Legal y Administrativa del ministerio, Federico Thea, acompañados por Luis Briones, director de la Oficina de Crédito Público, y Claudio Dal Din, director de administración de la Deuda Pública. Desde Europa se sumaron a la comitiva el jefe de la Unidad de Reestructuración de Deuda, Hernán Lorenzino, y su coordinador, Adrián Cosentino, los funcionarios que ya habían iniciado el acercamiento el año pasado.
Fuente: Página12
Viernes, 30 de mayo de 2014
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