LA SELECCION ARGENTINA VENCIO 2-0 A ESLOVENIA EN SU ULTIMO PARTIDO ANTES DEL MUNDIAL Fue un ensayo light para la despedida El entrenador Sabella cuidó a los titulares y se mostró más preocupado en que no sufran lesiones que en el rendimiento del equipo. Ricky Alvarez y Messi, que entró en el segundo tiempo, anotaron los goles. Agüero jugó unos minutos. Belo Horizonte se empieza a vislumbrar en el camino del seleccionado argentino. Ese será el lugar donde se instalará el plantel desde mañana, para afrontar su mayor desafío. En la escala previa, el equipo tuvo ayer una cita en La Plata para despedirse del público, que deliró principalmente cuando reclamó el ingreso de Lionel Messi. El técnico Alejandro Sabella les dio el gusto a los 12 minutos del segundo tiempo, cuando el rosarino participó del juego ante Eslovenia, para exhibir algo de su caudal futbolístico. Ese fue el tramo del encuentro donde se pudo ver a la gran mayoría de los que estarán en el campo el domingo próximo, en el debut ante Bosnia-Herzegovina por el Grupo F.
La intención de Sabella fue ensayar algunas variantes que puedan surgir durante el Mundial. Por ese motivo, Javier Mascherano inició el partido ubicado como marcador central, con Federico Fernández como lateral derecho y José Basanta como compañero de zaga. La prueba duró apenas 13 minutos, debido a que Lucas Biglia tuvo que salir lesionado. El ingreso de Campagnaro devolvió al ex River a su puesto de volante central. Si bien lo hace habitualmente en el Barcelona, Mascherano no ha jugado aún en esa posición en el seleccionado.
A partir de que la defensa es el sector más cuestionado del equipo, el técnico intentó hacer esa evaluación, para el caso de que tenga que utilizarla en Brasil. Pero además, como el ritmo del partido era calmo, sobre todo por el hecho de que ninguno pretendía sufrir un problema físico a pocas horas del Mundial, y encima con la escasa aptitud que tenían los jugadores eslovenos, el desarrollo no despertaba emoción.
El gol de Ricardo Alvarez, a los 11 minutos, sirvió para amagar con una goleada que nunca llegó. Al que se lo pudo ver bastante presionado fue al arquero Romero, que en una de las pocas intervenciones que tuvo despejó mal y le cedió la pelota a un rival cerca del área. Desde afuera, Sabella reprobó la acción del ex Racing, pero su mayor preocupación era que ninguno participara de las jugadas de fricción, ante el físico intimidatorio de algunos europeos.
“Ponelo a Messi la p... que te parió”, se escuchó en todo el estadio, cuando todavía no había finalizado el primer tiempo. La estrella comenzó a hacer trabajos de calentamiento durante la segunda parte, y allí el delirio fue total. Cuando entró a la cancha, lo hizo junto a Di María, Agüero y Gago. Eso sirvió para calmar la ansiedad de la gente, que quería ver a las figuras. Del medio hacia adelante estaban todos los titulares, menos Higuaín.
Las mejores acciones aparecieron cuando podían combinar alguno de estos cuatro. En una de ellas, Messi tocó con Agüero, éste le devolvió la pelota dentro del área, y el capitán definió con un toque de zurda para ubicar la pelota al lado del palo del arquero Belec. La fiesta era completa. Messi en la cancha y con un gol más para su cuenta personal.
Argentina se dedicó a retener la pelota y evitar el roce con los adversarios. Los aplausos comenzaron a bajar desde todos los sectores. Era la retribución para esos hombres en los que están depositadas las mejores esperanzas. El momento esperado ha llegado, para tratar de cerrar aquella herida que los alemanes dejaron abierta hace cuatro años.
Por Adrián De Benedictis.
Domingo, 8 de junio de 2014
|