SOBRE GOTEADO, EMPAPADO!! Por el Groncho Uno no se inundó, no escuchó los gritos desesperados en la oscuridad implacable de esa noche; no vio vecinos mártires en esos primeros instantes, en el momento mismo de la inundación. No lloró a la tía, ni al amigo, ni a la hermana; no perdió mucho de lo poco que tenía. Pero el dolor es de tantos y tan profundo que es de uno también y es de todos, no del otro.
Pero sí recorrió los barrios, ayudó en lo mínimo, como muchos vecinos invisibles que en las fotos no constan, pero vio a través de los rostros de cada uno de los vecinos la realidad sin retorno, las lágrimas contenidas, el veneno derramado.
Y entonces, no me surge otra que redactar una nota y no puedo sacarme la bronca, ni el odio, ni el dolor. Solo escuchar las tripas revolviéndose por dentro y solo a través de ellas puedo mover los dedos que escriben estas palabras, que son las mismas que se dicen en la vera del río mientras se mira el cielo por las dudas.
Son los pobres los que más la sufren. Si llueven las nubes, llueven las goteras, un poco de viento y se vuelan las chapas, las paredes de madera ceden y se hinchan de humedad. Al barrio no se puede entrar ni en tractor. Y con las esperanzas de que pare la riada, se estacione y luego baje.
Y cuando llueve y los camiones no pueden entrar a los barrios no se dice nada. Se esconde todo bajo la alfombra, total esto pasa porque es de vez en cuando, la última fue en el 83. Pero lo que no pasa es la miseria, la pobreza, la exclusión existente en Paso de los Libres. Y cuando las chapas se vuelan y el techo es cielo y rezo, tampoco se dice, pero cuando en un mismo momento son tantos y tantos los afectados, ya algo hay que decir.
Algunas verdades salen a flote: la ausencia del Estado, las promesas sin cumplir, una inmensa inversión en la Costanera que no pudo apaciguar nada, un sistema político que nunca pudo resolver los problemas más profundos de la sociedad Libreña, y la solidaridad sin límites que vive en lo más profundo de nuestro pueblo.
No queda más que agradecer a esos hombres y mujeres comunes que en silencio se acercaron, ayudaron, colaboraron con nuestros compoblanos.
A los políticos de nuestra ciudad, nada, seguramente la conciencia los socavará. Estos momentos claves y tristes, nos permiten conocernos aún más. La miseria es de ustedes, no de los empantanados.
Lunes, 7 de julio de 2014
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