LAS CLAVES DE LA LEY “Es para asegurar el cobro de los bonos” Kicillof sostuvo que el cobro de la deuda a través del canal usual ha sido bloqueado y que ante una complicación así el contrato permite modificar el agente pagador. “Presentamos la posibilidad no compulsiva de pagar de otra manera”, aseguró. “El cobro de la deuda externa a través del canal usual ha sido bloqueado. En el contrato de los bonos dice que ante una complicación así, el agente pagador puede ser modificado. Como el Banco de Nueva York (BoNY) atiende a lo que dice Griesa, presentamos la posibilidad no compulsiva de pagar de otra manera. No podemos permitir que el uno por ciento más especulativo del sistema financiero internacional ataque a la Argentina”, indicó ayer el ministro de Economía, Axel Kicillof, durante la conferencia de prensa en la cual ofreció detalles sobre el proyecto de ley enviado al Congreso para sortear el bloqueo del juez Thomas Griesa al cobro de la deuda por parte de los bonistas. Kicillof estuvo acompañado por el secretario de Legal y Técnica de la Presidencia, Carlos Zannini, quien aclaró que “no se trata de un nuevo canje” y que el proyecto va a ser debatido en el Congreso, y por la procuradora del Tesoro, Angelina Abbona.
Kicillof y Zannini explicaron durante más de una hora en el microcine del Ministerio de Economía los fundamentos y alcances del proyecto de ley de pago soberano local de la deuda externa que el Gobierno envió el martes por la noche al Congreso, luego del anuncio por cadena nacional de la presidenta, Cristina Fernández. Abordaron las tres patas de la iniciativa: el cambio del agente pagador, la posibilidad de modificar los bonos con legislación norteamericana por ley local y el depósito de dinero a los fondos buitre en las mismas condiciones de los canjes de 2005 y 2010.
“El principal propósito del proyecto es establecer un modo local de pago ante las dificultades que presenta la plaza de Nueva York. No se trata de un cambio de jurisdicción y mucho menos es de forma compulsiva. Es una modalidad para asegurar que la Argentina pueda seguir pagando, pero sobre todo que los bonistas del canje puedan cobrar los vencimientos, porque lo que se ha visto impedido es el cobro”, presentó Kicillof.
El funcionario explicó que la medida se toma de cara al próximo vencimiento de deuda del 30 de septiembre, para evitar repetir la situación actual de incertidumbre alrededor de los pagos del bono Discount del 30 de junio. “El 26 de junio cumplimos los contratos y depositamos donde teníamos que depositar, o sea en el BoNY, los servicios de deuda para el vencimiento que se concretaba unos días después. Ahora nadie sabe qué hacer: el juez dice que el BoNY le devuelva el dinero a la Argentina, pero el banco no puede hacer eso porque esos fondos ya no son del país. Griesa incluso frena el cobro de bonos que se rigen bajo otras jurisdicciones, como la europea. En definitiva, el juez extorsiona a la Argentina y tiene de rehenes a los bonistas del canje. Yo estuve ahí, eso no es una mesa de negociación. Los buitres no negocian porque Griesa les dio las mejores condiciones posibles”, agregó.
La novedad más importante del proyecto de ley es la propuesta de cambio del agente pagador. “Griesa tomó control del BoNY. Si el banco no cambia su actitud, y lo hemos intimado para que así lo haga, y si Griesa no permite el cobro a pesar de que también le hemos pedido que lo haga, estamos ofreciendo una alternativa de pago local para atender el vencimiento del 30 de septiembre. Para nosotros, el canal de pago más seguro es a través del Banco Nación, de Nación Fideicomisos, que no le va a preguntar a Griesa qué hacer. Pero lo vamos a poner a discusión del Congreso. Nuestra opción no es compulsiva y también puede surgir otra posibilidad por parte de los bonistas”, planteó Kicillof.
En segundo lugar, el Gobierno propone a los bonistas que ingresaron a los canjes de 2005 y 2010, el 93 por ciento del total, un cambio de legislación en los títulos. “Si algún bonista considera que dadas todas estas dificultades que vimos en el último tiempo, la jurisdicción de Nueva York no es la mejor, puede concurrir y conseguir bonos con ley argentina en idénticas condiciones financieras”, explicó el ministro. Por último, el Gobierno va a depositar en una cuenta especial en el Banco Central el dinero correspondiente a los vencimientos reestructurados para el 7,6 por ciento de los acreedores que no entraron a los canjes, universo dominado por los fondos buitre. “Argentina quiere pagarles en condiciones justas a todos los bonistas. Por eso el señor Paul Singer –titular del fondo NML, principal litigante contra la Argentina– puede venir y conseguir un 300 por ciento de ganancia si compra los bonos reestructurados en las condiciones de los canjes que lanzamos en su momento. ¿Esa ganancia es poco para él? Sí, es poco, porque es un buitre”, atacó Kicillof.
Zannini explicó que el potencial cambio en el agente pagador “es una circunstancia que se avizoró en el origen de la reestructuración. También los intentos de embargos eran previsibles, por la naturaleza del canje que se llevó a cabo y por los bonistas que no ingresaron”.
“Esta ley participa de dos mundos. Es dictada en el ejercicio del poder soberano del Estado argentino, pero también implica el cumplimiento de los contratos que el país tiene firmados con sus bonistas. En el texto que planteamos queda claro que la Argentina hace esto de buena fe, para que el dinero de los vencimientos pueda llegarle al acreedor. Pero no deja de lado el derecho del acreedor de buscar otro camino, otro agente pagador. Nosotros pensamos que aquí tenemos una solución estable y permanente para todos los bonistas”, indicó Zannini. “Proponemos al Congreso que trate este proyecto de ley. Es algo perfectible, mejorable, y seguramente va a ser objeto de discusión. El envío de un proyecto de ley para tratar temas de deuda tiene sólo dos antecedentes y ambos son de este gobierno”, agregó, en relación con los proyectos de ley para los canjes de 2005 y 2010.
El Gobierno necesita que un determinado volumen de los bonistas acepte una modificación de agente pagador y que en cambio no pida la “aceleración” de la deuda, que implica que los acreedores reclamen no sólo los vencimientos actuales sino los futuros, lo que desencadenaría reclamos siderales. “Es una tarea permanente del Ministerio de Economía tener diálogo con sus bonistas. Cuando hablamos con ellos, dicen que quieren cobrar. Aquellos que tengan esa intención van a encontrar los modos para hacerlo. En cambio, los fondos buitre seguro van a tratar de acelerar la deuda. Pero por más que agiten el fantasma, dijeron lo mismo el 30 de junio y después eso no pasó”, indicó Kicillof.
Fuente: Página12.
Jueves, 21 de agosto de 2014
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