METIENDO UN CAMBIO “Pidieron un plan de promoción y ahora lo boicotean” Las suspensiones de personal, el retaceo de unidades al mercado demandadas por el Pro.Cre.Auto y la creciente demanda de divisas de las terminales fueron ejes de una prolongada discusión en Casa de Gobierno, que pasó a cuarto intermedio. En una reunión numerosa, extensa y bien picante, que quedó en suspenso probablemente hasta mañana, la Presidenta, Cristina Fernández, recibió ayer en la Casa Rosada a los directivos de automotrices y concesionarias y a dirigentes del Smata. La mandataria habló casi dos horas, advirtió a las empresas que dejaran de suspender personal, que no exijan más dólares para girar a sus casas matrices y que cortaran con el retaceo de unidades para destinar al Pro.Cre.Auto. Confirmó que ese programa se extiende hasta diciembre con una revisión de precios que todavía no se definió y con la posibilidad de que las empresas disconformes se bajen. Habrá “criterio industrial” para la asignación de divisas para los próximos meses.
El encuentro comenzó a las siete de la tarde en el Salón de las Mujeres y finalizó a eso de las diez y media de la noche. Después de la larga intervención de CFK, tuvieron la palabra el titular de Adefa (entidad que agrupa a las automotrices), Enrique Alemañy; su par de Acara (concesionarios), Abel Bomrad; y Mario Manrique, por parte de Smata. Luego, intervinieron el ministro de Economía, Axel Kicillof, y la titular de Industria, Débora Giorgi. También estuvieron presentes el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich; el presidente del Banco Nación, Juan Ignacio Forlón; y el secretario de Comercio, Augusto Costa. Participaron también directivos de Volkswagen, Fiat, Renault, Peugeot-Citroën, Ford, General Motors, Toyota, Iveco, Mercedes Benz, Scania y Honda.
El antecedente inmediato de este encuentro es el reclamo público a las automotrices que CFK realizó, en dos oportunidades, la semana pasada. En ambas ocasiones, acusó en forma explícita a las automotrices de conspirar contra su propia recuperación, de sabotear el programa Pro.Cre.Auto y con ello las ventas de unidades a precio “promocional” que ofrece ese plan. De manera más solapada, planteó que especulan con una devaluación.
“No lo aprovechan”
CFK recordó ayer que en términos absolutos la producción y las ventas no están tan lejos de años anteriores, que en el medio las empresas ganaron mucho dinero y que, por lo tanto, las suspensiones que se verifican en el sector “no se justifican”. Reclamó a las firmas que dejen de tomar esas medidas, que generan incertidumbre en toda la economía. Los funcionarios plantearon que las empresas trabajan con “turnos sobreeexplotados” para luego suspender a otros trabajadores. En la misma línea se manifestó el Smata, diciendo que no iba a permitir más suspensiones.
En junio, el Gobierno lanzó el Pro.Cre.Auto para estimular las ventas internas pero, aunque ya superó las 15.000 aprobaciones, el programa encontró trabas en el camino. CFK citó reclamos de consumidores que no pudieron conseguir los autos e hizo hincapié en la falta de estímulo de parte de las empresas hacia la iniciativa. “Ustedes pidieron esto y ahora no lo aprovechan”, resumió Kicillof.
Los concesionarios respondieron que no tienen stock, o sea, les echaron la culpa a las automotrices. De hecho, acercaron una nota firmada por Eduardo Martín Goñi, apoderado de Acara, donde se adjunta una encuesta de Fiat a sus concesionarios que indaga sobre su voluntad de seguir o no con el Pro.Cre.Auto. En caso negativo, Fiat pide detallar las razones. Además, Goñi cuenta que “luego de recibida la nota, un zonal de la terminal se comunica para informar que la respuesta debe ser por la no continuidad del plan”. CFK escribió luego en Twitter: “Con esta nota era suficiente para entender qué está pasando”. Cristiano Rattazzi, titular de Fiat, justificó que el envío de encuestas es una práctica común entre sus concesionarios y restó importancia al supuesto “apriete”. “El que se comunicó con estos comercios fue un empleado zonal, no habla por Fiat”, dijo.
Las terminales no se refirieron al Pro.Cre.Auto, aunque en diálogo con este diario plantearon tres razones para explicar la situación. Advierten que en algunos casos la demanda de ciertos modelos creció por encima de la capacidad de producción y que otras veces las empresas se “hacen las piolas” y priorizan vender otros modelos a precios más altos. Pero, sobre todo, pasaron la pelota a los concesionarios. “En el Pro.Cre.Auto los comercios no tienen negocio y están desmotivados”, dicen. Ni terminales ni concesionarios discutieron el cuadro de desabastecimiento.
El Gobierno decidió prorrogar el Pro.Cre.Auto hasta diciembre. Todavía no definió los nuevos precios, pero “estarán en línea con la variación de los costos”, indicaron. Será uno de los puntos a tratar mañana, en un encuentro más técnico del cual no participará CFK. La segunda etapa del plan será opcional. “No quiero que esté nadie que no lo desea”, dijo la Presidenta. Espera vender 25 mil unidades más a través del plan.
Verdes
Otro capítulo fue el de las divisas. Alemañy repitió la queja automotriz de que una supuesta falta de divisas dificulta la producción y que las empresas tienen que devolver préstamos en el exterior. Los funcionarios le atribuyeron la intención de pretender girar divisas a sus casas matrices para solucionar los problemas financieros en Europa y Estados Unidos. Además, CFK les preguntó cómo podía suceder que habiéndose caído el mercado interno y las exportaciones, las empresas piden más dólares.
La mandataria recordó que las once automotrices instaladas en el país generaron un déficit de divisas del orden de los 33 mil millones de dólares desde 2003, una cifra que supera al total de las reservas que actualmente posee el Banco Central. Es la contracara del crecimiento de la producción del sector, dato que durante todos estos años el Gobierno prefirió resaltar. Se crece con déficit porque una buena parte de los componentes son importados. Alemañy le respondió que sin la industria, la venta de todos esos autos importados hubiera generado un déficit mucho mayor y que no hubiera habido inversiones ni aumento del empleo.
Datos oficiales del Ministerio de Industria marcan que la producción de vehículos creció desde 2003 un 387 por ciento. En cambio, las importaciones de partes y piezas crecieron en ese período 975 por ciento. En términos más gráficos: en 2003 cada auto demandó en promedio 3796 dólares en partes y piezas importadas, mientras que el año pasado ese valor ascendió a casi 6 mil dólares.
Martes, 9 de septiembre de 2014
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