POLÍTICA NACIONAL Álvarez quiere desplazar a Díaz Pérez, uno de los pocos intendentes que estuvo en el acto de Máximo. "Si Scioli es presidente, me prendo fuego en la Plaza de Mayo". La frase pertenece a un exagerado Cuervo Larroque. La dijo hace poco más de un año ante un reducido grupo de personas que lo escuchaba analizar el futuro del kirchnerismo. "Aunque lo ordene Cristina, no vamos a apoyar a Scioli", insistió, poco después, ante un auditorio algo más nutrido.
Pero parece que en La Cámpora no todos piensan igual. Anoche Julián Álvarez, el protegido de Wado de Pedro, lanzó su candidatura a intendente de Lanús y blanqueó el acuerdo con el gobernador bonaerense, anticipado el mes pasado por LPO cuando el secretario de Justicia mandó a armar la mesa "Scioli 2015".
Álvarez inauguró anoche la "Casa Scioli Presidente" en un local de la avenida Hipólito Yrigoyen al 5400, adonde llegó en un helicóptero junto al gobernador y el ministro de Justicia bonaerense Ricardo Casal, quien hasta hace poco era uno de los blancos predilectos de La Cámpora y el kirchnerismo duro.
Pero parece que Casal dejó de ser un símbolo de la política represora y un "alcaide mayor", como lo llama Horacio Verbitsky, para convertirse es un "compañero". De hecho, Julián y el ministro sciolista firmaron hace poco un convenio de intercambio de información con un costo de 40 millones de pesos. Sin embargo, las dos dependencias se negaron a entregar información sobre el acuerdo a LPO.
Volviendo al acto de anoche, uno de los datos centrales es que los organizadores excluyeron explícitamente a Darío Díaz Pérez, aún cuando el gobernador de la Provincia visitaba su distrito. De todos modos, se sabe que el intendente mantiene una relación tirante con el ex motonauta, al que llegó a calificar de "idiota".
Pero lo que más llama la atención es que Díaz Pérez fue uno de los pocos intendentes que estuvieron en la primera fila en el acto de Máximo Kirchner en Argentinos Juniors, junto a Jorge Ferraresi y Fernando Espinoza. En ese acto, llamó la atención la ausencia de Álvarez, de viaje.
En su discurso, el hijo de la Presidenta destacó la "lealtad" de los dirigentes que lo acompañaron. Sin embargo, Álvarez y De Pedro no tuvieron en cuenta la "lealtad" del jefe comunal de Lanús y largaron la carrera para desplazarlo de la intendencia, en alianza con Scioli.
El caso Lanús deja expuestas claramente las dos líneas de pensamiento que hoy por hoy atraviesan a la cúpula de La Cámpora. Por un lado, Wado y José Ottavis no tienen problemas en abandonar las convicciones y promueven el acuerdo con el gobernador para sobrevivir a 2015. Por otro, Máximo y el Cuervo (aunque lejos de la idea de prenderse fuego) sostienen la idea de ir con lo propio o nada.
Así como no se pone colorado para mostrarse con los anteriormente demonizados Scioli y Casal, el viceministro tampoco muestra reparos para aliarse con la vieja guardia del peronismo del Conurbano.
Es que el principal armador de su campaña en Lanús es Héctor Bonfiglio, actual presidente del Concejo Deliberante y tiempo atrás hombre del caudillo Manolo Quindimil. Otro de los que sostiene a Álvarez en su distrito es el concejal Omar López, que antes reportaba a Eduardo Duhalde. Otro nombre importante del armado es Roberto Crovella.
Como se dice habitualmente, Álvarez pasó con "la ambulancia" y también recicló a la ex concejal María del Carmen "Maruja" Bodeló, otra de las soldadas de Quindimil. Bodeló es conocida por haber tenido severos problemas judiciales en causas por tenencia de armas y tráfico de drogas, por las que fue objeto de allanamientos.
Miércoles, 22 de octubre de 2014
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