Sábado, 16/11/2024   Paso de los libres -  Corrientes - República Argentina
 
Hasta los globos se pusieron pálidos
Por un pelito
En un escrutinio con suspenso, Rodríguez Larreta superó por 51,6 a 48,3 por ciento a Martín Lousteau. El candidato de ECO, además, ganó en nueve de las quince comunas. Mauricio Macri buscó apuntalar su candidatura en un bunker sorprendido.

El candidato del PRO, Horacio Rodríguez Larreta, se impuso ayer en el ballottage para jefe de Gobierno porteño pero con una diferencia mucho más estrecha de lo imaginado, dato que empalideció el festejo macrista en Costa Salguero. En un escrutinio veloz pero no falto de suspenso, Rodríguez Larreta obtuvo el 51,64 por ciento de los votos contra el 48,36 del candidato de ECO, Martín Lousteau, claro receptor de los votantes del kirchnerismo en la primera ronda. El voto en blanco apenas si superó el 5 por ciento. “Este proyecto de cambio que hoy se extiende por toda la Argentina”, buscó convencer Mauricio Macri anoche en el discurso que esperaba hacía tiempo que funcionara como disparador a su aspiración presidencial, pero el “se siente, se siente, Mauricio presidente” de fondo se oía deshilvanado. El único distrito que el macrismo ganó hasta ahora en el país y lo hizo por un margen ajustado. La contrapartida se vivió en el perdidoso bunker de ECO, donde el clima era de euforia. Lousteau destacó que se impuso en 9 de las 15 comunas porteñas. El candidato presidencial del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, lo llamó para felicitarlo.

El escrutinio vino a inyectar electricidad a una jornada que hasta ahí había transcurrido con cierta apatía, con un panorama general de escuelas vacías dado lo rápido que se desarrolló la elección. La sensación era que la gente no iba a votar, pero luego se comprobó que lo hizo el 69,4 por ciento del padrón, sólo un 4 por ciento menos que en la primera vuelta del 5 de julio. De nuevo el voto electrónico funcionó bien.

Unánimemente, los canales de noticias informaron a las 18 el triunfo de Rodríguez Larreta en base a supuestos bocas de urna. Alguno, incluso, aseguró que el PRO tenía arriba a su candidato por 10 puntos, más o menos lo que habían pronosticado las últimas encuestas como mínimo. La de ayer fue otra elección que hizo quedar muy mal al trabajo de los encuestadores. La sorpresa llegó con la primera carga de votos, pasadas las 19, que colocó al candidato macrista a apenas un punto de diferencia. Esa situación de paridad, que parecía fruto de un conteo desbalanceado, se fue confirmando con las siguientes cargas. El clima de desinterés trocó rápidamente en expectativa por el desarrollo del conteo. Recién una vez que se superó más de la mitad del total de las mesas quedó claro que la diferencia a favor de Rodríguez Larreta, aunque estrecha, resultaría indescontable.

La Ciudad quedó partida. El PRO se impuso con amplitud en los barrios pudientes de la zona norte. En Recoleta ganó por 30 puntos y el Comuna 13 (Belgrano, Núñez y Colegiales) por 20. En cambio, en los sectores de clase media y baja del sur se impuso Lousteau, con lo que quedó en evidencia el aporte del voto kirchnerista. En varias de esas comunas en la primera vuelta Lousteau había salido tercero, por detrás del candidato del Frente para la Victoria, Mariano Recalde.

El FpV había dejado a sus votantes en libertad de acción para el ballottage. En cambio, los partidos de izquierda –el FIT y el de Luis Zamora– habían convocado a votar en blanco. En la primera vuelta el voto en blanco llegó casi al 2 por ciento mientras que ayer fue del 5 pr ciento. Es decir, subió apenas un 3 por ciento. Poco, pero suficiente para un virtual empate en caso de que se hubiera inclinado por Lousteau. “Más de la mitad de los porteños rechazó la gestión de Mauricio Macri en la Ciudad”, evaluó anoche Mariano Recalde sumando la cosecha de Lousteau y a quienes votaron en blanco.

Globos desinflados

El bunker macrista nunca se percibe muy natural, pero anoche la sensación se potenciaba. En esa extraña secuencia de apariciones escalonadas –primero Rodríguez Larreta, su mujer, luego su vice, Diego Santilli, después la candidata a gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, y así–, Macri siempre se reserva el cierre estelar. Más ayer, con un discurso que había sido pensado como el acto de lanzamiento de la campaña presidencial, que se complementaría a partir de hoy con la difusión de spots en radio y televisión. Justamente, antes de que Macri hablara, se vieron avisos con gente hablando a favor del PRO. Luego, sus protagonistas aparecieron en escena para saludar a los candidatos en persona.

“Creo en una política distinta”, subrayó Macri, pero luego sorprendió al comenzar a resaltar sus puntos de coincidencia con algunas políticas oficiales, distinto a lo que decía hasta hacía poco. “En algunas cosas se ha avanzado mucho, no se puede volver atrás. La Asignación Universal por Hijo es un derecho”, lanzó, eso sí, aclarando que en su eventual gobierno “no habrá pobres que sean manipulados por la política”. De Aerolíneas Argentinas dijo que “seguirá siendo estatal pero bien administrada”. También YPF, aunque “ellos la confiscaron”, seguirá en manos del Estado.

Scioli, que salió luego por televisión para hacer una evaluación del resultado, criticó la voltereta. “Verlo a Macri hablando de mantener YPF, Aerolíneas, AySA y los fondos de la Anses habla de una gran falta de coherencia. El PRO se opuso a que esas empresas quedaran en manos del Estado. Por eso, las transformaciones que logramos en estos años las vamos a defender desde el Frente para la Victoria, no desde otros espacios”, marcó el gobernador bonaerense. Respecto a la elección de ayer, Scioli coincidió con Recalde y consideró que si Lousteau se impuso en nueve de las 15 comunas fue “porque hubo un voto castigo en la Ciudad por parte de muchos porteños que no están conformes con la gestión de Macri”.

El larretismo

La lectura nacional que disparó la paridad de la elección porteña hizo perder un poco de vista el recambio de mando en la Ciudad. Quien asumirá en reemplazo de Macri será quien ocupa la jefatura de Gabinete y su hombre de confianza durante estos años. Rodríguez Larreta es economista de profesión, en octubre cumplirá 50 años y está casado con la wedding planner Bárbara Diez, quien espera su tercera hija.

“Hoy empieza un nuevo desafío”, planteó Rodríguez Larreta cuando salió a hablar, poco después de las 20. Buena parte de su mensaje se refería a “la esperanza de cambio” que supuestamente se va a ver reflejada en el país a partir del 10 de diciembre, en la hipótesis de que Macri llegará a la presidencia, pero su escasa cosecha sumó dudas a esa posibilidad.

Rodríguez Larreta ganó con el menor margen desde que se implantó en ballottage. Las dos veces que Macri pasó por esa prueba –en 2007 y 2011– superó el 60 por ciento de los votos. Así, lo obtenido por el PRO anoche significa un pérdida de más de 200 mil votos respecto al triunfo en la anterior segunda vuelta. Estos números hace sospechar sobre el acierto de Macri en preferir a Rodríguez Larreta en vez de a Gabriela Michetti como postulante en la Ciudad. Su apoyo le sirvió para imponerse con claridad en las primarias, pero luego la performance de su protegido fue declinante. En la primera vuelta perdió dos puntos respecto a lo que había sacado el PRO en las PASO. Y ayer apenas si añadió un 6 por ciento a lo conseguido en la primera vuelta de dos semanas atrás. Lousteau, en cambio, sacó 23 puntos más.

Más ECO

Esta cosecha sorprendente hizo que en el bunker de ECO, en el Palais Rouge, la derrota se festejara casi como un triunfo. Lousteau imaginó que, a diferencia del fútbol, en la política “el partido empieza con el resultado”. El candidato celebró la consolidación de la alianza ECO –que antes de anoche parecía tener un destino efímero– como la segunda fuerza en la Ciudad de Buenos Aires y buscó trazar una especie de filosofía de la agrupación. Habló de “recuperar la ética y la honorabilidad en la gestión” y también del “compromiso con la palabra empeñada”.

Luego del discurso, Lousteau comentó que los adherentes de ECO se repartirían en su apoyo entre las candidaturas presidenciales de Ernesto Sanz, Elisa Carrió y Margarita Stolbizer. Dejó afuera a Macri, quien integra la alianza Cambiemos junto con el radicalismo y la Coalición Cívica, ambos integrantes de ECO. Quedará para los próximos días resolver internamente esas contradicciones.

En principio, Lousteau cumplió con su objetivo de exhibirse como un emergente de la dirigencia opositora, para lo que debió resistir las presiones que recibió para bajarse del ballottage. Quienes lo acompañan aseguran que su mira siempre estuvo más puesta en 2019 que en esta elección. Quien lo sufrió fue Macri.


Lunes, 20 de julio de 2015

   

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