UNA ENCUESTA NACIONAL MUESTRA QUE LA GRAN MAYORIA QUIERE UN ESTADO ACTIVO EN LO ECONOMICO Y LO SOCIAL HASTA LOS QUE PIDEN CAMBIO PIDEN CONTINUIDAD El sondeo realizado por Ibarómetro revela que incluso entre quienes prefieren un cambio de gobierno predomina el apoyo al rol actual del Estado y a los juicios por violaciones a los derechos humanos, entre otras políticas públicas. Ocho de cada diez argentinos creen que el Estado debe ser el principal responsable de asegurar el bienestar de la gente. Y lo llamativo no es que ésa sea la opinión de quienes votan por el Frente para la Victoria (FpV) y están a favor del continuismo, sino que en una proporción igual (81 por ciento) opinan los que están a favor del cambio, los llamados cambistas, los que en principio se inclinarían por la oposición. Datos como éstos explican el súbito travestismo de Mauricio Macri, cuyo frente se llama Cambiemos, pero que de manera sorpresiva respaldó algunas de las políticas emblemáticas del oficialismo, como la estatización de Aerolíneas, YPF o las AFJP. En un notable estudio sobre índices que tienen que ver con la ideología de los argentinos, la consultora Ibarómetro preguntó sobre el papel del Estado, si deben seguir los juicios por crímenes de lesa humanidad, con quién debe aliarse internacionalmente el país, cuánta presencia debe tener el Estado en la economía, qué es exactamente la libertad y el acuerdo o desacuerdo con el matrimonio igualitario, la despenalización de drogas, el aborto y la política frente a la inseguridad. Sobre la base de las respuestas, Ibarómetro midió el sentido ideológico de los argentinos y concluyó que, en una escala donde cero es la derecha y diez es la izquierda, los ciudadanos se ubican en 5,9, es decir, más del lado de la centroizquierda. Es evidente que la movida de Macri obedece a que no quiere ir tan contra la corriente, porque buena parte de las respuestas que van en línea con el pensamiento de centroizquierda son mayoritarias incluso entre sus votantes. Y ni hablar entre los indecisos, a los que Macri necesita captar para alcanzar a Daniel Scioli.
Las conclusiones surgen de un amplio estudio nacional de opinión pública realizado por Ibarómetro, la consultora fundada por Doris Capurro y que hoy conduce el sociólogo Ignacio Ramírez. En total, fueron entrevistadas 1200 personas en todo el país, respetándose las proporciones por edad, sexo y nivel económico-social. Las encuestas telefónicas se hicieron bajo normas ISO 9001:2000.
- Elecciones e ideología. “Nuestro estudio permite vincular dos dimensiones –señala Ramírez–. El plano visible del voto y el subsuelo invisible de valores y orientaciones ideológicas que explican, muchas veces, las preferencias políticas. Hay una primera cuestión que tuvimos en cuenta, la de que la gente se defina como continuista o cambista. Desde hace rato hay una suerte de empate, que se hizo fuerte hacia el cambismo a raíz de la muerte de Alberto Nisman en enero. Hoy, poco a poco, se ha ido deslizando levemente hacia el continuismo, que reúne al 49 por ciento de los encuestados frente al 47 por ciento de los cambistas. De cualquier manera, debajo del empate hay una constelación ideológica que marca una tendencia y su rasgo más saliente consiste en la extendida inclinación en favor de un Estado fuertemente activo.”
Desde el punto de vista electoral, la situación de empate no es tal. La ventaja de la fórmula Daniel Scioli-Carlos Zannini se explica en que es la única que representa, en forma explícita, la alternativa de continuismo, mientras que del otro lado hay distintas opciones. El voto se divide en el cambismo e incluso se ubican de ese lado candidatos como Sergio Massa o Margarita Stolbizer o la izquierda, cuyos valores respecto del Estado y otras preguntas están muy lejos de la alternativa PRO. Esto es lo que marca el contenido de buena parte de las respuestas de la franja de cambistas.
El perfil pro Estado no sólo se nota cuando se pregunta por el papel en el bienestar de la gente, sino directamente cuando la referencia es a la economía: el 71 por ciento de los ciudadanos cree que debe haber una fuerte intervención del Estado. Pero esta tendencia también está en los cambistas: el 61 por ciento, es decir una clara mayoría, se pronuncia por una activa intervención del Estado en la economía. Los que están en contra son pocos: apenas el 31 por ciento de los cambistas.
Esto echa luz sobre la voltereta de Macri el domingo: decir que Aerolíneas, YPF y la administración de las jubilaciones deben ser estatales sintoniza con el perfil de la sociedad en general e incluso con los votantes cambistas. También es un concepto generalizado el respaldo a la Asignación Universal por Hijo, que encaja dentro de esa definición de que el Estado se debe ocupar del bienestar de la gente. Hoy, existe coincidencia en las encuestas en que el líder del PRO viene corriendo de atrás y salió a buscar votos que no son los propios: los indecisos y los de otros candidatos de oposición. En gran parte de ellos está presente la ideología pro Estado y más hacia la centroizquierda, tal como lo demuestra el trabajo de Ibarómetro.
- Derechos humanos. Hay otro eje del que Macri no se podrá correr y que explica por qué Scioli ya anunció que establecerá un Ministerio de Derechos Humanos. Cuando se le pregunta a la gente si los juicios por delitos de lesa humanidad deben continuar o no, una categórica mayoría de más del 70 por ciento afirma que los juicios deben proseguir. Pero incluso entre los que hablan de cambismo también son una clara mayoría –el 57 por ciento– los que sostienen que deben continuar los juicios por violaciones a los derechos humanos perpetradas durante la dictadura.
Es notable que los que se oponen, los que dicen que el próximo gobierno tiene que parar los juicios, son muy pocos. Menos del 19 por ciento cuando se toma en cuenta la totalidad de los ciudadanos. Y cuando la pregunta se hizo a los cambistas, es decir a los opositores, casi el 60 por ciento se pronuncia por continuar los juicios contra la mitad, un 30 por ciento que habla de pararlos.
- Centroizquierda. “Lo que tiene de interesante el trabajo –señala Ramírez– radica en que pone en evidencia que las motivaciones electorales (cambio vs. continuidad) no descansan únicamente en consideraciones económicas, temas de agenda o aspectos ligados a la imagen de los candidatos. El virtual empate entre cambistas vs. continuistas refleja la presencia de dos hemisferios ideológicos en la sociedad argentina. Es decir, las motivaciones electorales descansan también sobre actitudes, valores e inclinaciones ideológicas. Considerando sus contornos generales, la sociedad argentina exhibe una fisonomía ideológica cuyo centro de gravedad se localiza en una zona céntrica escorada hacia valores de izquierda o progresistas. Además de la mayoritaria posición estatista, aparecen otros valores que también consiguen adhesiones dominantes, tales como el matrimonio igualitario. Es cierto que todo promedio esconde contrastes, enmascara desacuerdos y desde ya que hay miradas divergentes entre los dos hemisferios ideológicos”.
“Si bien la ideología no es la única variable que interviene en el voto –concluye el titular de Ibarómetro–, el estudio demuestra que, en contra de las tesis posmodernas sobre el fin de las ideologías, la persistencia de desacuerdos políticos basados en diferencias ideológicas, en valores distintos, dice mucho sobre el tipo de sociedad deseada. Esto es: los puntos de vista sobre el rumbo que debe tomar el país a partir de las elecciones de octubre están intensamente teñidos por componentes de carácter ideológico”.
Jueves, 23 de julio de 2015
|