Por Matías Castañeda El Malestar del Papa Francisco  Desde esta columna abordamos en algunas oportunidades el malestar en el progresismo que despertó la elección de Bergoglio como Papa, el pasaje de Jorge a Francisco, la transformación de párroco en testaferro de Dios en la tierra. Y convenimos, no todos, que, más allá de nuestra convicción religiosa, es mejor que esté él y no otro. Por un cúmulo de características, pero principalmente porque es incómodo.
Un gesto no es más que un gesto pero al menos es un gesto. Antes había dogmas establecidos por milenios, hoy también: pero incluye un gesto novedoso. Pero no sólo genera malestar en un progresismo que no sabe cómo asirlo, el Pope Francis es hincha pelotas también para la derecha ideológica y quedó claro con una columna que publicó el diario La Nación.
Por primera vez el diario de doctrina se baja de la papamanía y publica un ensayo de Alberto Benegas Lynch (h) sobre el malestar en el statu quo que este tipo genera y que ya está zarpado en gestos. ABL es un pensador liberal, en su página personal, Libertad y Progreso, las palabritas clave que nos deja son: intervención estatal; Leviatán; Economía; Adam Smith; Liberalismo; Política; Hayek; Libertad. Unimos los puntos invisibles para componer la figura y walá.
Yendo al texto en sí, “La Malvinización del Papa Francisco”, sin fanatismos, volantea, discurre sobre el riesgo que los liderazgos populares pueden convocar y, dios no lo permita, conducir en algún tipo de construcción que no sea la que impera. Pone la lupa sobre los gestos exóticos que este Sumo Pontífice mete. El otro lado de la incomodidad: El Malestar del Papa Francisco en el liberalismo.
La bajada de la nota, que auspicia una síntesis menos barroca que el texto en cuestión, resume: “El fervor mundial que despierta el nuevo pontífice no debería ocultar su preocupante acercamiento a la Teología de la Liberación y su apoyo a modelos distribucionistas que conducen a graves problemas de falta de respeto a los derechos de las personas”. No hay mucho más que agregar.
Temen que Bergoglio sea un zurdo, temen que sea de centroizquierda, incluso temen que sea progresista. Valora, ABL, eso sí, que esté en contra de los gays y del aborto. Mientras sea gestual que de misa sobre un piso de tierra está todo bien. El tema de los gestos es grave: insuficientes para el que lo quiere todo ya, suficientes para el que no quiere nada nunca.
El hecho es la incomodidad que traduce un tipo que llegó por la ventana desde el fin del mundo a la institución más perenne y conservadora de la humanidad. En principio jode, y eso es motivo de celebración. Los ateos que leímos el evangelio y nos gustó no rezamos por Ud., pero le mandamos un abrazo.
Sábado, 12 de octubre de 2013
|
