ANIVERSARIO Conmemoración del éxodo jujeño. Se denomina Éxodo Jujeño a la retirada hacia Tucumán emprendida por el Ejército del Norte -comandado por el general Manuel Belgrano en la vanguardia y secundado por el mayor general Eustoquio Díaz Vélez en la retaguardia- y la población de San Salvador de Jujuy que evacuó la ciudad completa y sus campos. Tuvo lugar el 23 de agosto de 1812, ante el avance de las tropas realistas provenientes desde el Alto Perú. El rigor de la medida debió respaldarse con la amenaza de fusilar a quienes no cumplieran la orden.
Manuel Belgrano, abogado y uno de los principales impulsores de la Revolución de Mayo, estaba cumpliendo la misión de fortificar las barrancas del río Paraná en Rosario, para repeler los ataques que los realistas efectuaban sobre la costa del mismo desde la ciudad de Montevideo. En esta ocasión había creado la actual Bandera Argentina. Estando en Rosario, el 27 de febrero de 1812 se le ordenó hacerse cargo del Ejército del Norte.
Belgrano llegó el 26 de marzo de 1812 a la Posta de Yatasto, donde lo esperaba el general Juan Martín de Pueyrredón. Éste le entregó oficialmente -al día siguiente- la jefatura del derrotado Ejército del Norte,2 y posterirmente regresó a Buenos Aires para reemplazar a Juan José Paso en el Primer Triunvirato.
Belgrano estableció su cuartel general en la ciudad de San Salvador de Jujuy, ubicada en la desembocadura meridional de la quebrada de Humahuaca, ruta principal de las invasiones desde el norte. Su objetivo era rearmar el ejército que se encontraba destrozado. Enterado del avance del numeroso ejército realista, Belgrano reclamó al gobierno de Buenos Aires refuerzos para la resistencia; pero no obtuvo mayores auxilios, debido a que las autoridades del estaban abocadas principalmente a vencer a los realistas fortificados en Montevideo. Bendición de la Bandera Argentina por el canónigo Juan Ignacio Gorriti en la Catedral de San Salvador de Jujuy, sostenida por Manuel Belgrano.
Por entonces llegaban hasta la zona las fuerzas patriotas retiradas del Alto Perú tras la derrota sufrida en la batalla de Huaqui. Eran alrededor de 800 soldados, sin armas ni recursos, semidesnudos, afectados por el paludismo y completamente desmoralizados.3 Belgrano debía reorganizarlos, rearmarlos, restablecer la disciplina y dar ánimos a la población. Para ello se volvió riguroso e inflexible con sus subordinados. Creó diversas compañías, como la de guías, la de baqueanos, la de Cazadores y el cuerpo de castas. Recompuso la moral de las tropas, que ascendieron a 1500 hombres. A finales de julio recibió 400 fusiles, que le fueron de gran utilidad para completar el armamento.
Para aumentar el fervor patriótico del pueblo, y en conmemoración del segundo aniversario de la revolución, el 25 de mayo hizo bendecir la Bandera Argentina en la Catedral, por el canónigo Juan Ignacio Gorriti. Ignoraba que la misma había sido rechazada por el Primer Triunvirato, ya que el uso de una bandera propia era un claro signo de independencia para los triunviros, que aún no deseaban abandonar la ficción de que el nuevo país aún dependía del rey de España.4
En lugar de enviar refuerzos para atender el frente norte, el Triunvirato, a través de su ministro Bernardino Rivadavia, ordenó la retirada del Ejército del Norte hasta la ciudad de Córdoba. El día 27 de mayo, el coronel Belgrano fue ascendido al grado de general.5
Fuente: Corrienteshoy.
Viernes, 23 de agosto de 2013
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