ESCENARIO El diario del lunes Cristina ya cuenta con tres instrumentos clave para la gobernabilidad: Presupuesto, ley de cheque y emergencia económica. Además, hoy el FPV retendría la supremacía en los votos nacionales y las mayorías parlamentarias. Más de 30 millones de argentinos en condiciones de votar acudirán hoy a las urnas. La mayoría de los encuestadores vaticinan resultados similares a los de las PASO, con algunas variantes en los porcentajes. Salvo que ocurra algo inesperado, el Frente para la Victoria reafirmaría su condición de fuerza política mayoritaria a nivel nacional, después de diez años intensos de gobierno. Mañana, los diarios opositores concentrarán su análisis en lo que ocurra en la provincia de Buenos Aires, donde Sergio Massa aventajaría, según el grueso de los pronósticos, al candidato oficial, Martín Insaurralde. La diferencia entre ambos, al cierre de los sondeos, reflejaba una decena de puntos a favor del Frente Renovador, con el margen clásico de error de dos o tres puntos hacia arriba o hacia abajo para cualquiera de ellos. En Capital Federal, la senaduría que disputan Daniel Filmus y Pino Solanas concentra las especulaciones, ante un escenario de paridad con final imprevisto. En el resto del país, se habla de un posible repunte del FPV en San Juan y Santa Fe, sin grandes modificaciones en el mapa electoral general. La aritmética electoral resultante no modificaría sustancialmente el paisaje legislativo actual. El oficialismo conservaría las bancas que pone en juego, es decir, no resignaría sus mayorías parlamentarias y, con un poco de viento a favor, hasta podría incrementar el número de sus representantes. Las principales herramientas que Cristina Kirchner necesita para gobernar sus dos últimos años están garantizadas desde el vamos: el presupuesto 2014, la ley del cheque y la de emergencia económica ya se votaron con la composición presente del Congreso Nacional. Esto es todo lo que puede aventurarse con cierta lógica. Cualquier otra variante entra en el terreno de las sorpresas. Pero el diario del lunes es mañana. Es imaginable, de todos modos, que los diarios opositores harán una cobertura especialmente favorable del desempeño de Massa en territorio bonaerense, instalando con fuerza la idea de que el ciclo kirchnerista pasó a mejor vida, si Insaurralde no logra achicar la brecha que se vaticina. Tanta euforia en prosa, sin embargo, deberá ser cotejada con las realidades parlamentarias emergentes tras la elección, cuando baje la espuma. Massa será automáticamente exhibido como presidenciable, eso es seguro, aunque para eso primero deba trajinar durante dos largos años por la fatigosa labor legislativa. Por el estado de salud que atraviesa la presidenta, será Daniel Scioli, presidente del PJ, quien enfrente las cámaras por la noche para hacer el primer balance de la jornada electoral. Su futuro político también se juega hoy. Sus ambiciones presidenciales dependen de lo que finalmente pase cuando se abran las urnas. ¿Una derrota en su propio territorio, después de haberse puesto la campaña al hombro, lo alejará para siempre de su deseo? Imposible saberlo con antelación: el sentido misional de sacrificio cotiza en el imaginario peronista tanto como la lealtad. También, claro está, el impulso instintivo de asociarse al victorioso y tomar distancia del abatido en una contienda. El jueves, tras el cierre de campaña del FPV, los equipos de Insaurralde daban por seguros sondeos que reflejaban un estancamiento de Massa, en torno a los 40 puntos, cinco más que en las primarias. En Tigre, en cambio, prometían superar esa cifra, sin muchas precisiones pero con exceso de confianza. Al parecer, siempre según los operadores massistas, el efecto de simpatía hacia el candidato kirchnerista derivado del trance presidencial en parte habría sido neutralizado por el último accidente ferroviario de Once y sus resonancias negativas. Todo está por verse. Hoy vota la sociedad. La verdad se sabrá antes de la medianoche. Habría quien festeje y quien no lo haga. Caras felices y caras largas. Estas son las reglas de la vida en democracia. Conviene anticipar lo que va a asomar mañana como interpretación en las páginas de los diarios antikircheristas. Seguramente, volverán a insistir con la pérdida de votantes del FPV en relación al 2011. Una vez más, con la experiencia de las PASO a mano, compararán los resultados de una elección de medio término, donde los oficialismos suelen resignar adhesiones por la fantasía del voto equilibrante, con las presidenciales que polarizan las preferencias del padrón. Confundirán adrede el reacomodamiento parlamentario, básicamente entre ofertas opositoras antagónicas, con una suerte de abismo institucional melodramático, sin anclaje en la realidad. Incertidumbre o desconcierto momentáneo con vacío de poder. Sus ganas van a sobrevolar los hechos, pero los hechos probablemente los dejen con las ganas: es casi una certeza que Cristina Kirchner retendrá su fuerza parlamentaria y los instrumentos que le permitan sortear con previsible tranquilidad su etapa final de mandato. El kirchnerismo, después de una década de gobierno, pese al desgaste propio de la gestión y al embate constante de los medios concentrados sobre sus figuras más rutilantes, seguirá vertebrando la opción política mayoritaria de alcance nacional. Además de contar con un voto duro nada desdeñable, una militancia aguerrida y movilizada y un liderazgo que cuenta con más del 50% de imagen positiva en la sociedad. Enfrentado, a su vez, con un enjambre de antikirchnerismo territorialmente delimitado que, por fuera de la película agónica que pintan los medios hegemónicos, no constituye una alternativa concreta a su hegemonía, al menos por ahora. El diario del lunes es mañana. Hoy habla el cuarto oscuro.
Fuente: Infonews.
Domingo, 27 de octubre de 2013
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