Un 26 de Agosto Nace la Madre Teresa de Calcuta . Teresa de Calcuta nacida como Agnes Gonxha Bojaxhiu fue una monja católica de origen albanés naturalizada india, que fundó la congregación de las Misioneras de la Caridad en Calcuta en 1950. Durante más de 45 años atendió a pobres, enfermos, huérfanos y moribundos, al mismo tiempo que guiaba la expansión de su congregación, en un primer momento, en la India y luego en otros países del mundo. Tras su muerte, fue beatificada por el papa Juan Pablo II, otorgándole el título de beata Teresa de Calcuta. Agnes descubrió su vocación desde temprana edad, y para 1928 ya había decidido que estaba destinada a la vida religiosa. Fue entonces cuando optó por cambiar su nombre a «Teresa» en referencia a la santa patrona de los misioneros, Teresa de Lisieux. Si bien dedicó los siguientes 20 años a enseñar en el convento irlandés de Loreto, comenzó a preocuparse por los enfermos y por los pobres de la ciudad de Calcuta. Esto la llevó a fundar una congregación con el objetivo de ayudar a los marginados de la sociedad, primordialmente enfermos, pobres y personas que no tenían hogar. En la década de 1970 era conocida internacionalmente y había adquirido reputación de persona humanitaria y defensora de los pobres e indefensos, en parte por el documental y libro Something Beautiful for God, de Malcolm Muggeridge. Obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 1979 y el más alto galardón civil de la India, el Bharat Ratna, en 1980, por su labor humanitaria. A ellos se sumaron una decena de premios y reconocimientos de primer nivel, tanto nacionales como internacionales. Con el paso de los años, la salud de la Madre Teresa empezó a deteriorarse cada vez más a un ritmo acelerado. En 1983, sufrió un ataque cardíaco en Roma, mientras visitaba al Papa Juan Pablo II. Después de un segundo ataque en 1989, recibió un marcapasos artificial. En 1991, se sobrepuso de una neumonía mientras estaba en México para lo cual fue tratada en un hospital de California, y sufrió nuevamente de problemas del corazón. Ofreció renunciar a su puesto como líder de las Misioneras de la Caridad, pero las monjas de la orden, en un sufragio secreto, votaron unánimemente a favor de que se quedara y la Madre Teresa aceptó continuar con su labor al frente de la orden. En 1993 fue ingresada en el Hospital de las Naciones Unidas de Nueva Delhi a raíz de una congestión pulmonar, que le provocó entre otros síntomas, fiebre. Ese mismo año desarrolló malaria la cual se complicó debido a sus problemas pulmonares y cardíacos y, en Roma, se rompió tres costillas. En abril de 1996, la Madre Teresa se cayó y se fracturó la clavícula. Para agosto, sufría de malaria e insuficiencia en el ventrículo izquierdo de su corazón. Recibió una cirugía cardíaca, pero su salud declinó de forma notable. Cuando enfermó nuevamente, tomó la controvertida decisión de internarse en un hospital bien equipado de California, lo que llevó a diversas críticas. Cuando fue hospitalizada por problemas cardíacos de nuevo, el arzobispo de Calcuta, Henry Sebastian D'Souza, ordenó a un sacerdote llevar a cabo un exorcismo en la Madre Teresa con su permiso porque pensaba que ella podía haber sido atacada por el diablo. El 13 de marzo de 1997 renunció como jefa de las Misioneras de la Caridad debido a sus enfermedades y padecimientos. La hermana María Nirmala Joshi fue elegida para tomar su lugar, pero rehusó adoptar el título de Madre: «Nadie puede reemplazar a la Madre Teresa», dijo. Teresa de Calcuta falleció el 5 de septiembre de 1997 a los 87 años, a causa de un paro cardíaco luego de amanecer con fuertes dolores de espalda y problemas respiratorios. Se hallaba de reposo en Santo Tomás (Calcuta) una semana antes de su muerte, en septiembre de 1997. El gobierno indio le concedió un funeral de Estado y, como parte de éste, su féretro fue trasladado por gran parte de la ciudad en el mismo carruaje en el que fueron llevados los restos de Mahatma Gandhi y Jawaharlal Nehru. La Madre Teresa ha sido tildada por uno de sus detractores, Christopher Hitchens, de tener una visión fundamentalista dentro de la propia ortodoxia de la Iglesia. Durante el Concilio Vaticano II, encabezó la oposición a cualquier reforma de la Iglesia católica. Según ella, lo que se necesitaba era más trabajo y más fe, no una revisión doctrinal. Por otra parte, una cuestión clave en la crítica a sus enseñanzas es su prédica constante del consuelo y el conformismo. Después de la explosión de la planta química de la multinacional Union Carbide en Bhopal (India), se presentó inmediatamente en el lugar de la tragedia, donde 2.500 personas habían muerto. «Perdonad, perdonad, perdonad», repitió nada más al bajarse del avión, sin motivar a que los afectados iniciaran acciones legales o se persiguiera a los culpables. «Estás sufriendo como Cristo en la cruz, así que Jesús te debe estar besando», le dijo Teresa de Calcuta a un enfermo de cáncer que se retorcía de dolor ante las cámaras. Desde su lecho, le respondió: «Por favor, dígale que pare de besarme». Esto último fue objeto de críticas igualmente pues Teresa sentía que el sufrimiento en las personas las hacía acercarse más a Jesús. Un aspecto particularmente notable de la Madre Teresa es la profunda crisis de fe a la que se enfrentó por casi cinco décadas de su vida, misma que quedó evidenciada en el libro Mother Teresa: Come Be My Light editado por Brian Kolodiejchuk que recopila las cartas privadas escritas por la misionera. A pesar de ello, esto no fue obstáculo para el proceso de su beatificación llevado a cabo en 2003. Tras analizar sus obras y logros, el papa Juan Pablo II dijo: «¿Dónde encontraba la Madre Teresa la fuerza y la perseverancia para ponerse totalmente al servicio de los demás? En la contemplación silenciosa de Jesucristo, su Santo Rostro, [y] su Sagrado Corazón». En privado y durante casi 50 años hasta el final de su vida, la Madre Teresa experimentó dudas sobre sus creencias religiosas, en las cuales «no sentía la presencia de Dios en lo absoluto», «ni en su corazón ni en la eucaristía», según dijo su postulador, el reverendo Brian Kolodiejchuk. La Madre Teresa no solo sobrellevó el dolor provocado por su falta de fe, sino que también sintió graves dudas sobre la existencia de Dios: ¿Dónde está mi fe? Incluso en lo más profundo... no hay nada, excepto vacío y oscuridad... Si hay un Dios, por favor, perdóname. Cuando intento elevar mis pensamientos al Cielo, hay un vacío tan acusador que esos mismos pensamientos regresan como cuchillos afilados y hieren mi alma... Qué doloroso es este dolor desconocido. No tengo fe. Rechazada, vacía, sin fe, sin amor, sin celo... ¿Para qué hago este trabajo? Si no hay un Dios, no puede haber alma. Y si no hay alma, Jesús, tú tampoco eres cierto.
Lunes, 26 de agosto de 2013
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