CRITICAS DE LA OPOSICION A UNA LEY DE MEDIOS EN BRASIL La corporación se defiende Las principales figuras de la oposición parlamentaria emitieron duros comunicados cuestionando al ministro de Comunicaciones de Dilma por haber expresado la voluntad del gobierno de abrir un debate sobre regulación de medios.
Las afirmaciones del flamante ministro de Comunicaciones de Brasil, Ricardo Berzoini, acerca de que reabrirá el debate sobre la regulación de los medios, generó una fuerte resistencia entre los aliados y representantes políticos de los medios que quedarían sujetos a dicha regulación. Esa resistencia se vio reflejada en un aluvión de declaraciones críticas emitidas por las principales figuras de la oposición parlamentaria, consignó el sitio de noticias de la cadena O Globo, el mayor conglomerado multimedia del país.
El líder del Partido Socialista brasileño en la Cámara baja y candidato de la oposición a la presidencia de la Cámara, Júlio Delgado, emitió un comunicado donde dice que rechaza de manera “vehemente” cualquier propuesta de regulación de los medios. “No hay que debatir en el Congreso nacional sobre la regulación económica de los medios, como desea el nuevo ministro de Comunicaciones, Ricardo Berzoini. La libertad de prensa fue una de las mayores conquistas de la redemocratización brasileña”, señaló Delgado.
En otro comunicado, el paulista Aloysio Nunes Ferreira, líder en el Senado del Partido Socialdemócrata de Brasil, la principal fuerza de oposición al gobierno de Dilma Rousseff, descalificó con ironías la propuesta del gobierno y llamó a todo el arco opositor a combatirla. “El trazo de unión capaz de congregar en una línea común de acción a facciones rivales del campo lulo-petista y también grupúsculos de la izquierda antidemocrática, es la propuesta presentada por el nuevo ministro de Comunicaciones Berzoini: el control de la prensa, según anunció ayer (por anteayer) en su discurso de asunción. Todos quienes se oponen al gobierno de Dilma tienen el deber de unirse en el Congreso y las calles para combatir sin tregua esta iniciativa criminal. Lo que está en juego es la libertad de expresión, centro de la vida democrática. Esa es la primera prioridad”, arengó Nunes Ferreira.
Mientras tanto, el líder del Partido Popular Socialista en la Cámara de Diputados, Rubens Bueno, comparó la propuesta del gobierno con las leyes de medios aprobadas recientemente en Argentina y Venezuela.
“El gobierno quiere controlar para no ser denunciado, pues es a través de la prensa que salen buena parte de las denuncias de corrupción. Es decir que adoptaría reglas sobre las empresas periodísticas y adoptaría el mismo discurso de Argentina, de Venezuela y de otros, que disminuirían el poder de los vehículos de comunicación, gradualmente hasta imponerles un bozal”, argumentó Bueno, en otro comunicado.
En su discurso de asunción, el ministro defendió la libertad de expresión. Después, al ser entrevistado, dijo que la regulación de los medios le corresponde al Congreso nacional, pero al gobierno le gustaría incentivar ese debate y escuchar lo que la sociedad tiene para decir sobre ese tema.
La regulación de los medios para evitar su concentración en pocas manos es una bandera histórica del Partido de los Trabajadores, ya que sus líderes han sido blancos habituales de campañas mediáticas. El partido intenta avanzar en el tema desde el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.
Después de ser reelecta, Dilma hizo algunas declaraciones defendiendo la regulación económica de los medios, explicando que esa regulación sería para monopolios y oligopolios, aunque negó repetidamente la intención de regular contenidos. El ex ministro de Comunicaciones Franklin Martins llegó a elaborar una propuesta de regulación de los medios en el final del segundo gobierno de Lula, pero el proyecto no avanzó en los cuatro primeros años del gobierno de Dilma y no fue enviado al Congreso, recuerda el informe de O Globo.
En los últimos días, antes de la segunda vuelta electoral, en octubre del año pasado, un episodio contribuyó para la discusión del tema. La revista Veja, el semanario de mayor circulación en el país, con cerca de un millón de ejemplares, anticipó su edición un día y publicó una tapa con un ataque directo a Dilma y Lula. La acción fue interpretada por el Tribunal Superior Electoral como propaganda anti Dilma y como una tentativa de influencia en el proceso electoral por parte de la revista, por lo que ésta fue obligada a publicar un derecho a réplica en su sitio web.
Lula es uno de los principales impulsores de la propuesta del gobierno para retomar el debate sobre cómo ampliar la pluralidad de voces en los medios y evitar que grupos concentrados monopolicen el debate político en favor de sus candidatos presidenciales y congresistas preferidos.
Domingo, 4 de enero de 2015
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