POR LA ARIPUCA Sé un niño, nunca un Polino Libreño Al que le quepa el sayo, que se lo ponga.
Los niños rompen las reglas, pintan naranjas moradas o el césped azul, pero sobre todo, preguntan una y otra vez. (Polino todo lo contrario, pretende imponer su idea como la única válida y autorizada).
Hay que imitar a los niños, hacerse preguntas, si no hay una respuesta con sentido, tal vez haya posibilidades de mejora. (Escuchar a Polino, te destruye la cognición, el pensamiento).
El niño es inocente y libre y no sabe lo que puede y no puede hacer. Ve el mundo como es realmente, no de la forma en que a los adultos se les enseña que creen que es. El adulto especula mucho y está condicionado por muchas limitaciones, reglas, hipótesis y preconcepciones impuestas por sus patrones. Es decir, Polino está maniatado. (Muchas veces por las regalías que los políticos le proporcionan)
Hay que dejar que surja el niño que se tiene adentro. Hay que romper las reglas, sé ilógico, sé libre, sé un niño. NUNCA UN POLINO LIBREÑO!!
Miércoles, 11 de febrero de 2015
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