LA PRESIDENTA BRASILEñA PROMETIO ESCUCHAR LAS DEMANDAS POPULARES Y SE MOSTRO ABIERTA AL DIALOGO Dilma les contestó a los destituyentes Mientras el gobierno anuncia un paquete de medidas anticorrupción, las principales fuerzas que convocaron a la protesta del domingo trabajan para lograr el impeachment o juicio político de la presidenta, pero difieren en los tiempos.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, salió a responderles a las protestas contra su gobierno: prometió escuchar las demandas populares y se mostró abierta a conversar con todos los sectores, incluso los de la oposición. “Estamos dispuestos a dialogar con todos, en una actitud de humildad, dispuestos a escuchar lo que digan”, señaló la mandataria, quien inició hace menos de tres meses su segundo mandato, conquistado en las urnas de octubre del año pasado. Para Rousseff, las protestas de este domingo, que según la policía reunieron a 1,7 millón de personas en todo el país, son una muestra de la solidez de la democracia brasileña recuperada hace tres décadas, cuando terminaron los veintiún años de dictadura militar. La presidenta, que integró una organización guerrillera que combatió a la dictadura, fue presa y torturada, aseguró que, al ver las protestas, sintió que valió la pena luchar por la libertad, valió la pena luchar por la democracia. A su vez, el ministro de Justicia, José Cardoso, dijo que anunciará un paquete de medidas anticorrupción la semana que viene.
Los sectores que convocaron a la protesta contra la presidenta van desde moderados a otros más radicales que piden abiertamente la destitución de la mandataria, responsabilizándola por una crisis que amenaza a Brasil. La manifestación fue organizada por las agrupaciones Vem pra rua, Movimiento Brasil Libre y Revoltados Online. Los grupos niegan recibir dinero de empresas o partidos políticos para financiarse. Otros manifestantes, sin pertenencia a grupos ni liderazgo, exigen individualmente una intervención militar.
Vem pra rua (Ven a la calle) es un grupo que se presenta como moderado. Señala en su manifiesto que fue creado “para dar voz al pueblo brasileño, que está indignado y cansado de ser irrespetado por el gobierno y por los políticos, que han envanecido el Estado y robado nuestro dinero”. Vem pra rua considera que por ahora no hay condiciones jurídicas para un impeachment o juicio político de Rousseff. Dicen querer manifestarse de forma pacífica, democrática y constitucional a favor de un Estado eficiente. El nombre del grupo evoca las movilizaciones de mediados de 2013, cuando multitudes salieron a la calle exigiendo mejores servicios públicos, en lugar de mayores gastos para la organización de la Copa del Mundo y combate contra la corrupción. Vem pra rua apoyó al opositor Aecio Neves en el ballottage contra Rousseff, pero dice que su simpatía por el opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) está en baja porque debe ser más combativo.
Liderado por un grupo de veinteañeros más jóvenes y radicales que los integrantes de Vem pra rua, Movimiento Brasil Libre (MBL) dice estar a favor de la libertad económica y no de la política asistencialista del Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff, a la que considera inútil en un escenario de bajísimo crecimiento económico y alta inflación. Critican la injerencia sofocante de partidos totalitarios en las instituciones del Estado. “Nuestro foco por ahora es el impeachment, aun cuando también tenemos otras pautas liberales, porque creemos que la república brasileña está amenazada. Apostamos a que la protesta creará mucha presión sobre el gobierno”, señaló Kim Kataguiri, de 19 años, uno de los rostros más visibles del MBL.
El joven afirmó que Rousseff es responsable del escándalo de corrupción descubierto en la estatal Petrobras, aun cuando no exista ninguna acusación formal contra ella ni pruebas de su participación en la red ilegal que desvió millones de dólares a empresarios y políticos durante una década. “Aunque no haya dolo, sí hay culpa, por omisión”, afirmó Kataguiri. Según el MBL, que convocó a una nueva manifestación para el domingo 12 de abril, Brasil atraviesa una crisis política y económica sin precedentes: “Antes, muchas personas pensaban que el pedido de impeachment era radical, pero ahora ven que no. Esto tomará más fuerza”, auguró Kataguiri. “Brasil va camino a convertirse en Venezuela y queremos impedirlo”, afirmó.
El más antiguo de los tres grupos anti Dilma y más popular en las redes sociales es Revoltados Online. Surgió hace once años para actuar contra casos de pedofilia, pero en 2010 profundizó su alcance con la creación de un perfil en Facebook y asumió un discurso netamente político. Hoy tiene más de 700.000 seguidores en esa red social, en la que publican duros mensajes contra el gobierno. Su líder es Marcello Reis, que aseguró que la mandataria brasileña tiene culpa y responsabilidad en el caso Lava Jato (operación con la que se conoce el lavado de 10.000 millones de dólares realizado en una red de lavanderías de estaciones de servicio brasileñas), por lo que podría ser blanco de un proceso de impeachment. Además, asegura, la jefa de Estado es responsable por no cumplir las metas fiscales y cometer fraude electoral.
“La marcha del domingo fue el primer paso para que podamos sacar a Rousseff del poder”, aseguró Reis. Este grupo apareció vinculado con el diputado ultraconservador Jair Bolsonaro y en el pasado defendió la intervención militar, aunque ahora dicen que no es el camino. El domingo, uno de los oradores de Revoltados Online dijo ante la multitud que el PT era un cáncer, al que llegó la hora de extirpar.
Además de estos grupos, en la protesta del domingo participaron varios manifestantes que pedían la intervención de los militares para derrocar a Rousseff. “Quiero una intervención militar ya”, dijo Francini Rana, una abogada de 44 años. En medio de la multitud resaltaban carteles llamando al “fin de la democracia” y a la acción de las Fuerzas Armadas. “Sólo quiero que el PT salga del poder”, explicó la mujer.
Martes, 17 de marzo de 2015
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