Viernes, 29/11/2024   Paso de los libres -  Corrientes - República Argentina
 
POR KARLA DÍAZ MARTÍNEZ
Participación y Solidaridad
Lo que está en juego en esta Cumbre, en el espacio institucional, es la contundencia en la respuesta que de la región. Hasta ahora las manifestaciones han sido varias, de solidaridad hacia Venezuela y de rechazo hacia el nefasto decreto.


Los antecedentes de esta VII Cumbre de las Américas son ampliamente conocidos, pero se destacan dos que no pueden dejar de mencionarse.

La III Cumbre, de 2001 en Quebec-Canadá, fue la ocasión en la que los gobiernos americanos hablaban de forma unísona de democracia, pero no de cualquiera, sino de la democracia liberal representativa, que entendían como condición indispensable para el desarrollo económico y social de la región. Lo que en términos bien generales son las bases del neoliberalismo, que ya más bien entraba en crisis en aquellos tempranos años del siglo XXI.

Y ahí se escuchó la voz de Hugo Chávez, la voz de Venezuela, que era la voz de los movimientos sociales y populares latinoamericanos, que no tenían voz en esos espacios. El Gobierno de Venezuela puso en cuestión aquella noción de democracia, incuestionable hasta ese entonces, y se introdujo en el debate la idea de democracia participativa y protagónica, tal como lo planteaba la que en ese entonces era la Nueva Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. En aquella discusión se habló de "soberanía popular", de "autodeterminación nacional", de "participación social protagónica" y de "justicia social" como criterio de distribución del producto económico.

Por esos días se aprobó la Carta Democrática Interamericana, que no incorporó las nociones expuestas por Venezuela, pero que ha servido para afianzar una democracia liberal que lo que busca en último término es excluir a cualquier forma de organización política que no se corresponda con el paradigma occidental dominante. Pero se comenzó a hablar de participación, de protagonismo y de justicia social junto con democracia.

Cuatro años más tarde, en 2005, se convoca la IV Cumbre de las Américas, en Mar de Plata-Argentina, y esta sí que fue histórica. En esa Cumbre se derrotó al ALCA, y sin profundizar mucho llegamos a la conclusión de que la propuesta de democracia hecha en 2001 era condición necesaria para el desarrollo económico, y ese desarrollo se alcanzaría con el Área de Libre Comercio de las Américas. Las piezas todas encajan!

En Mar del Plata se escucharon varias voces, ya no era Venezuela sola, se escuchó la voz de Argentina y de Brasil, y todavía podemos recordar la cara de Bush que creía estar escuchando mal, cuando se echaba por tierra la propuesta norteamericana.

También se escuchó la voz de los pueblos, porque tuvo lugar una de las más importantes concentraciones de movimientos sociales y populares de la región, que marcharon, bajo la lluvia, para hacerse sentir. Y entonces ya no sólo se hablaba de democracia participativa sino que ya se practicaba. Y ya no sólo se hablaba de antiimperialismo, sino que se derrotaba el ALCA, se derrotaba al imperio.

Esta VII Cumbre de las Américas tiene como contexto principal el reciente decreto ejecutivo de Obama en el que declara a Venezuela como una "amenaza extraordinaria" contra la seguridad norteamericana. Cuestión que aparte de ser ridícula se constituye en una amenaza de agresión directa contra Venezuela, con repercusiones en toda la región.

Con ese panorama de fondo, lo que está en juego en esta Cumbre, en el espacio institucional, es la contundencia en la respuesta que de la región. Hasta ahora las manifestaciones han sido varias, de solidaridad hacia Venezuela y de rechazo hacia el nefasto decreto.

En el ámbito de los movimientos sociales, también son amplias las expectativas. Los organizadores proyectan la participación de 1800 personas de toda la región.

Los movimientos sociales de Venezuela que participaran de la Cumbre de los Pueblos, movimientos de jóvenes, de mujeres, de trabajadores, de campesinos y de indígenas nos proyectamos diversos frentes de lucha:

- Profundizar el tejido de redes de organización popular, que en los espacios nacionales tienen la responsabilidad de desmontar, desenmascarar las acciones de las burguesías locales, sus movilizaciones y marchas.

El presidente Correa ha denunciado un intento de restauración conservadora en América Latina, a propósito de las multitudinarias marchas organizadas por la derecha en Brasil, Argentina y Ecuador en días recientes, todas con elementos comunes que indican que son parte de un plan regional, no son iniciativas aisladas. Y que sin duda, han tenido su cara más violenta en Venezuela: con guarimbas y muertos, y los delincuentes detenidos mal llamados "presos políticos" que sirven para hacer el escándalo mediático y hasta para justificar sanciones de EE.UU.

- Visibilizar las fuerzas de la organización revolucionaria latinoamericana, y hacer contrapeso a toda la derecha organizada en "sociedad civil" que tradicionalmente ocupa los espacios institucionales de la OEA, y es muy bien atendida por los medios de comunicación, especialmente los defensores de derechos humanos tan bien posicionados en ese ámbito. Aquí juegan un rol fundamental los medios de comunicación alternativos y las redes sociales para comunicar y socializar las acciones y declaraciones de la Cumbre de los Pueblos.

- Ocupar el espacio de la Cumbre de las Américas e incorporar un espacio alternativo donde se discutan los temas que son excluidos, y ahí exigir a los gobiernos atención a las demandas sociales.

- Demostrar en la acción la solidaridad de las bases sociales con Venezuela, que es con Nuestramérica toda, ante las pretensiones imperiales, solidaridad que es también una forma de enfrentar al imperio, y la vía para conseguir un histórico triunfo antiimperialista de los pueblos.


Miércoles, 8 de abril de 2015

   

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