POLITICA CORRENTINA Hechos de corrupción en la Policía desnudaron una feroz interna en el Gobierno Policías denunciados por cometer asaltos y otros apresados cuando trasladaban drogas, además de los crecientes índices de inseguridad en la Capital, se llevaron puesto a un alto jefe policial vinculado a Ricardo Colombi, ex gobernador investigado por su posible vínculo con narcotraficantes y tratistas de personas. Pero el traslado del jefe policial no es resultado de la lucha contra la delincuencia institucionalizada, sino de la interna política de la Unión Cívica Radical; específicamente entre el actual jefe del gobierno provincial, Gustavo Valdés, y su antecesor, Colombi.
Quien pagó las consecuencias de esta disputa es Marcos Toledo, "El Comisario del Gol", llamado así por sus aptitudes como jugador de fútbol. Amigo personal de Colombi, supo "gambetear a los adversarios políticos" cuando estuvo de jefe en las dependencias policiales de Mercedes, de donde es oriundo el actual senador provincial.
El efectivo policial hoy reviste como Comisario Mayor y hasta ahora se perfilaba como un futuro jefe de la fuerza de seguridad provincial. Había llegado a Corrientes luego de haber sido trasladado desde Mercedes, donde ejercía como jefe de la Comisaría Primera por orden de Colombi, quien, además, mandó a crear una división en la Policía provincial exclusivamente para "resguardar" a su hombre de confianza.
Es que antes de ser nombrado, Toledo había sido pasado a disponibilidad debido a que lo denunciaron por supuestamente dar protección a los vendedores de droga de Mercedes. La Justicia Federal no se expidió respecto del tema y la jueza provincial Margarita López Rivadeneira, por recomendación del fiscal Adrián Casarrubia -ambos nombrados por Colombi- declararon que no había pruebas para incriminarle delito alguno, y lo sobreseyeron.
Tras esto Marcos Toledo fue designado en la División Antiarrebatos, un área supuestamente creada específicamente para perseguir a los carteristas y asaltantes callejeros, acción que ya cumplían -y para las que fueron creadas- las seis divisiones de los Grupos de Repuesta Rápida Motorizada (Grim).
Luego de asumir como gobernador, Gustavo Valdés tuvo que aceptar a Toledo en la cúpula de la Policía de la Provincia. El cambio de gobierno generó una interna en la Unión Cívica Radical, esto es, entre "ricardistas" y quienes responden a Valdés, ya que Colombi pretende condicionar políticamente al actual gobernador con el fin de conservar su espacio de poder -y su red de encubrimiento- construido desde 2003.
En esta interna, Toledo era una pieza clave ya que tomaba muchas de las decisiones en materia de seguridad y, sobre todo, porque tenía el control territorial en zonas "calientes" de la Capital correntina.
Pero en política todo vale y todo tiene un precio. En la semana un diario de la Capital correntina en el que Ricardo Colombi tiene peso, publicó dos denuncias que golpearon con fuerza a "El Comisario del Gol". Uno de los denunciantes dijo que dos policías de civil a bordo de una pick up blanca, vidrios polarizados, sin chapa patente colocada, lo interceptaron en horario de la noche en la avenida Chacabuco, próximo al club Juventus.
Allí lo obligaron a subir al vehículo para ser llevados hasta una zona descampada cercana a la laguna Pampín, en la continuación de la avenida Presidente Raúl Alfonsín, aproximadamente a la altura del barrio Lomas. En ese sitio, lo “apretaron” y le sustrajeron dinero en una suma que oscilaría los 7.500 pesos y también un teléfono celular. Después, sin más, lo dejaron abandonado a su suerte.
Pudo identificar a sus asaltantes con ayuda de un pariente, también policía, y resultó que se trataba de dos efectivos de la División Antiarrebatos, a cargo de Toledo. Denunció el hecho en la Fiscalía de Instrucción N° 1. Los policías sospechados siguen en actividad.
Otro caso fue el de un cabo primero, también de la División Antiarrebatos quien, luego de recuperar una moto robada, se comunicó con el dueño legítimo y le pidió 5.000 pesos para recuperarla "sin quilombos".
Pero el titular del vehículo hizo la denuncia en la Jefatura de Policía y luego pactó un lugar de entrega con el cabo primero. La transacción se hizo frente a la vista de integrantes de Asuntos Internos quienes, concretado el intercambio, lo detuvieron. Este efectivo tampoco fue separado del cargo. Ahora trabaja en la ciudad de Goya.
Estos dos casos fueron dados a publicidad por un diario muy vinculado al gobierno -ya que está intervenido- y este sábado 13 de julio, Marcos Toledo, el amigo de Colombi, "El Comisario del Gol", el "gambeta de la política", fue separado del cargo de Director.
Gustavo Valdés mandó a que se lo traslade a la Policía Rural de Ituzaingó, a prevenir e investigar robos de vacas, justamente en el poblado de donde es oriundo el actual jefe de gobierno. Es en esa zona donde trabajaban dos policías provinciales que el jueves 12 de julio fueron apresados cerca de Goya mientras transportaban 10 kilogramos de marihuana.
El operativo fue de la Policía Federal, pero el gobierno provincial trató de instalar la idea de que ambos "eran investigados por Asuntos Internos". La Justicia Federal no lo confirmó. Así, el traslado de Toledo deja muchas incógnitas: ¿Una "cama" hecha entre policías? ¿Una carta guardada de Valdés para limpiar de su entorno a un ricardista de peso? ¿Un reconocimiento tácito del Gobierno de la corrupción que envuelve a la gestión y especialmente a la Policía?
La respuesta en incierta
Por ahora, lo único claro es que Valdés elimina de la gestión a los hombres de confianza de Ricardo Colombi en búsqueda de su autonomía política, libertad para ejercer su cargo y garantías para blindar su entorno.
Y, mientras esto ocurre, la sociedad mira con desconfianza a la Policía, una de las instituciones más desprestigiadas por los actos de corrupción.
Fuente: Novacorrientes
Lunes, 15 de julio de 2019
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