Política Correntina Nada más que candidatos No nos ofrecen un proyecto de provincia, una propuesta ni siquiera un plan. Sólo un cúmulo de candidatos que nadie eligió, que representan diferentes espacios de militancia, tal vez poco territorio y muy pocas convicciones.
Nos podrán decir que no somos nadie para juzgar las convicciones de otros compañeros, pero también es a la inversa a nadie les importó las convicciones de aquellos que día a día militamos peronismo, sin asumir representaciones ajenas, seguramente, muchos agrupamientos, compañeros de larga militancia, movimientos sociales, sindicalistas, referentes barriales, distritales o departamentales piensan de igual manera.
Saben y quizá aprovechan la circunstancia de que muchos (tal vez no tantos) a la hora de votar, tenemos una profunda repugnancia política por el enemigo conservador y terminaremos votando los candidatos propuestos por nuestro Frente, más allá de la inexistencia de proyectos o propuestas. Ni siquiera vemos críticas fundadas sobre las políticas del gobierno provincial, con honrosas excepciones.
Nos prometieron desde todos los espacios internos que las listas serían encabezadas, en todas las categorías por peronistas y no cumplieron. Muchos ejemplos tenemos de las defecciones y traiciones. En la última elección pusimos un concejal que ahora es Libertario del despeinado. Sabemos de la necesidad de las alianzas y que hay que cumplir con los mismos, pero la generosidad debe empezar por casa. Sino cumplimos la única promesa hecha: “las cabezas serán todas peronistas”, que nos espera hacia adelante.
No se trata de críticas personales, respetamos mucho a todas y todos los dirigentes políticos que transitan nuestro arco político, por ello no personalizamos con nombres propios. Sin embargo, hay límites que no se deben cruzar, de hacer alianzas con sellos sin representación y con antecedentes penales muy graves con el solo fin de tener ¿una boleta más en el cuarto oscuro? Las compañeras deben entender a que nos referimos, nos asombra el silencio. En esta oportunidad ni siquiera se había pedido para que no se repitan nombres, queríamos nada más se cumpla la promesa de cabezas de lista INDUBITABLEMENTE PERONISTAS y el fin del nepotismo sanguíneo o por afinidad.
Decía un compañero gremialista días pasados que asistimos en la provincia a un fin de ciclo o tal vez según como se interprete al comienzo de algo nuevo, Valdés ya no puede ser, Colombi está desgastado, el proyecto agotado y sí tal vez haya que seguir esperando un tiempo más. Algunos podrán soportarlo, otros por diferentes motivos no podrán ver ese periodo ansiado.
A pesar de la crítica y del disgusto, estaremos, seguiremos tratando de argumentar ante las quejas (válidas y no tanto) de nuestros compoblanos en los lugares comunes de encuentros: en la calle, el barrio, el trabajo, farmacias, supermercados, carnicerías, verdulerías de quienes son los reales responsables de la inflación, de la precariedad laboral, la violencia institucional y la pobreza en nuestra provincia.
Seremos fiscales, le pediremos el voto a familiares y amigos, repartiremos la boleta, haremos la militancia que se nos permita. Somos medularmente peronistas, así nacimos a la vida política y así moriremos. No pidan milagros o algún suceso extraordinario que provoque sorpresa. Nada desearíamos más que equivocarnos y que el triunfo del Frente de Todos fuera ejemplar o que al menos hagamos una elección digna, para ello trabajaremos como tantas otras veces. Aunque parezca mentira a veces extrañamos aquellas épocas de esos dirigentes tan criticados de hace algunos años, que si no hubiesen abandonado la política o este mundo terrenal, les pediríamos que vuelvan que los perdonamos.
En el peronismo el ejercicio del Poder es por actos de conducción, entendiendo por tal la seducción política, persuadir no obligar decía Perón, no el mando parecido al ejercicio de poder patronal propio del conservadorismo. Es decir, cuando el militante, el conducido, ejerce los deseos del conductor porque expresamente lo desea, porque así lo quiere, es decir acepta la voluntad del conductor como si fuera la suya propia. El conductor motiva la acción de tal manera que la voluntad es un “quiero hacerlo”. Hoy la desmotivación nos lleva hacer “porque no queda otra”.
No piensen que es una aceptación a la resignación. Nuestro pueblo, el pueblo peronista, históricamente dio repuesta; tiene repuestas de lucha, muchas veces dolorosa, más allá de las dirigencias circunstánciales. No subestimemos al pueblo .-
Por Germán Wiens, Beto Gómez, Oscar Peroni y Pablo Vassel
Lunes, 24 de abril de 2023
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