POR QUÉ EL MUNDIAL DIVIDE CADA VEZ MÁS A BRASIL EN DOS Brasil 2014 Las protestas sociales se basan en el pedido de mejoras de la salud y la educación, así como también el transporte; un juego de opiniones desencontradas SAN PABLO.- Tomar un taxi es la forma más segura de salir del aeropuerto Congonhas de esta ciudad. No el más rápido, pero sí el más seguro y, quizás por estos días, eficiente. La conversación con el chofer es muy similar a las que se pueden tener en la Argentina: clima, tránsito -acá es feroz- y el tema del momento. Cuando la palabra "Copa" no termina de ser pronunciada por el pasajero, la respuesta es avasalladora y con un tono marcadamente distante: "Não, não, não (no, no, no)". Charla cerrada por toda la hora que quedará de viaje.
El Mundial Brasil 2014 en lugar de unir a un pueblo con fuerte ascendencia futbolera, provocó un efecto contrario: los brasileños quedaron divididos entre los que apoyan a la Copa, los que no lo hacen y aquellos atrapados por la doble moral. A pocas horas del inicio del certamen, ¿cuáles son los principales motivos de discusión? ¿Qué dicen el Gobierno y los opositores? ¿Qué papel juega la selección?
"Educación, salud y transporte" son los pilares de las protestas, que van desde los reclamos más legítimos del pueblo hasta los oportunistas de turno que no dejan pasar la posibilidad de sacar provecho de la situación. Carlos, un docente de más de 50 años, forma parte del primer grupo. Hace unos días, mientras las puertas del Maracaná comenzaban a recibir turistas de todo el mundo, él permanecía a un costado, junto con dos compañeros, sosteniendo una bandera: "Gastan millones en la Copa y no solucionan la salud y el hambre", reza el mensaje.
Saca de su bolsillo del pantalón el recibo de sueldo y lo muestra sin complejos: "1600 reales. Tienen dinero para el Mundial, tienen dinero para el Maracaná, pero no tienen dinero para la educación", sostiene en diálogo con canchallena.com. Al mismo tiempo, pone en la balanza los puntos en cuestión y deja al descubierto su opinión, que abarca el pensamiento de gran parte de los brasileños: "¿Qué vale más: un partido de fútbol mundial o la vida de los niños y de las personas que estamos sufriendo en Río de Janeiro. Tres hospitales por un estadio demolido.", se resigna.
Según una encuesta publicada el domingo pasado por el diario carioca O Dia, realizada sobre una muestra de 2089 personas de todo el país, el 41% de la población está animada por el inicio de la Copa, el 37% siente indiferencia y el 22% se encuentra desmotivado. Además, el 42% desaprueba el Mundial "por los altos gastos" y el 52% dice ponerse feliz por el evento, aunque no está de acuerdo con los gastos.
"A todo el mundo le gusta el fútbol, a mis hijos le gusta el fútbol, a mí me gusta el fútbol. Pero con el fútbol nuestros hijos no puede ser curados o internados, necesitan de un hospital", remarca Carlos, que maneja su propia boca de urna: "El 64% está en contra".
Pero una parte importante de los brasileños forma parte de la ambigüedad. Pueden ser fanáticos del fútbol, pero apoyar algo así puede significar, además, aprobar los costos de la organización, que según un documento difundido por la FIFA alcanza los R$17.600 millones (7800 millones de dólares) en gastos de infraestructura y servicios y sólo R$8000 mil millones (3500 millones) en la construcción de los estadios.
Tal es el caso de Elías, otro taxista que opina: "Estoy un poco a favor y otro poco en contra, porque Brasil está muy desorganizado". Aunque, fanático del Santos donde supo jugar Neymar, no tarda en sumergirse en una charla futbolera: "Brasil tiene chances, pero me genera dudas. La Argentina es muy fuerte".
La respuesta oficial a los reclamos y manifestaciones (se espera una movilización desde el centro de San Pablo hasta el Arena Corinthians algunas horas antes del partido inaugural) salió con un fuerte campaña mediática en los últimos días..
Primero fue la propia presidenta Dilma Rousseff con un fuerte discurso: "Decían que no habría Copa porque no llegábamos con los estadios, y los estadios están. Decían que no teníamos aeropuertos, y duplicamos la capacidad de los aeropuertos. Llegaron a decir hasta que no alcanzaba la energía". Luego, el apoyo público del entrenador de la selección de Brasil Luiz Felipe Scolari, en la última conferencia antes del debut: "Quiero agradecerle a la presidenta Dilma Rousseff y al ex presidente Lula da Silva. Llegó la hora y debemos estar todos juntos, este es nuestro Mundial". Y, por último, un archivo oficial con cifras que "avalan" su gestión: "Ningún real dejó de ir para los hospitales y escuelas, todo lo contrario. R$825.000 millones en educación y salud desde 2010".
Luego de los incidentes registrados durante la Copa de las Confederaciones, la incertidumbre de la organización agiganta la precaución. Ayer, durante el entrenamiento de Brasil en el estadio, se probó con todo su repertorio el operativo de seguridad. Lo que realmente necesita este país es un poco de Fair Play. Hay que pensar en todos como uno.
Fuente: Canchallena.
Jueves, 12 de junio de 2014
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