NIÑOS, UN DRAMA SILENCIOSO Por Bernardo Kliksberg Según el discurso “oficial” mundial, los niños son la prioridad. En la práctica, con algunas mejoras, muchos carecen de derechos elementales. Vidas en riesgo
Unicef, que realiza un trabajo excepcional en defensa de los niños, informa que 6,6 millones murieron en 2012 antes de cumplir los 5 años por causas perfectamente prevenibles. Dieciocho mil por día.
Es una tragedia silenciosa muy superior en víctimas a cualquier guerra.
Mil cuatrocientos niños mueren diariamente por enfermedades diarreicas, ligadas al uso de agua contaminada y la falta de instalaciones sanitarias.
A pesar de los avances tecnológicos acelerados del planeta, 764 millones de personas carecen de agua potable y 2400 millones de una instalación sanitaria.
Amartya Sen muestra en su reciente obra sobre la India que, junto a notables desarrollos tecnológicos, la mitad de los habitantes no tiene una instalación sanitaria, y tiene una de las tasas más altas de desnutrición infantil.
Está demostrado que la provisión de mosquiteros tratados con insecticidas podría reducir en un 20 por ciento las muertes de niños por malaria. Los costos son muy reducidos.
Un 17 por ciento de las muertes de niños se debe a neumonía. Se podría prevenir y tratar a bajos costos.
Save The Children denuncia que un millón de niños muere, anualmente, el día en que nacen, por razones evitables.
Las desigualdades en la probabilidad de sobrevivir son muy agudas. En Somalia, uno de cada siete niños muere antes de cumplir 5 años. En Finlandia, sólo uno de cada 345 niños.
En los países líderes, como Finlandia, No-ruega y Suecia, mueren tres niños menores de 5 años de cada 1000 nacidos vivos. En India son 56.
La prestigiosa revista médica The Lancet resalta que el costo de las intervenciones necesarias para reducir drásticamente los decesos infantiles sería de 1,15 dólar anual por habitante del planeta. Cerca de la mitad de lo que quieren percibir los fondos buitre de la Argentina.
Madres en peligro
Con progresos, durante el embarazo o el parto mueren anualmente 300.000 madres. Un factor clave es que no tienen atención de personal entrenado.
El mejor lugar del mundo para dar a luz, según Save The Children, es Finlandia, donde sólo una mujer en 12.000 tiene probabilidad de morir durante el embarazo o el parto. En Somalia, muere una mujer cada 16.
En la República Democrática del Congo es más riesgoso ser una madre o un niño que un soldado armado.
En Etiopía, con 145 millones de habitantes, sólo el 10 por ciento de los nacimientos tiene ayuda.
Como propone Save The Children, bastaría asegurar que los embarazos y partos sean asistidos por personal preparado, y que fueran gratuitos, para bajar totalmente las defunciones.
Indocumentados
Uno de cada tres niños menores de cinco años no está registrado. Son 230 millones de niños que, al no haber sido inscriptos, van a ser “parias jurídicos”. Van a tener dificultades para poder entrar a la escuela, para beneficiarse con programas sociales, para acceder a trabajos, van a carecer de derechos.
La indocumentación está ligada a la pobreza y a déficit estatales muy fuertes.
El 4 por ciento de los habitantes más pobres de Tanzania es registrado al nacer. En la República Democrática del Congo sólo se inscribe 28 por ciento de los nacimientos.
Tendencias inquietantes
A estos datos se suman otros, de graves consecuencias. La mutilación genital femenina alcanza altas proporciones en algunas regiones. Hay un 11 por ciento de niñas que contraen matrimonio antes de los 15 años. A pesar de los avances en educación, sólo un 69 por ciento de las niñas y un 61 por ciento de los niños en edad de secundaria está matriculado. Persisten grandes cuestiones como la desnutrición, el trabajo infantil, el tráfico de niños, el uso de los niños en el tráfico de drogas, los niños soldados y múltiples formas de violencia contra los niños.
Las recetas neoliberales han impulsado gruesos desequilibrios en la situación de los niños, incluso en áreas donde tradicionalmente existían significativas protecciones, como en Europa.
Un informe reciente de la Unión Europea concluye que “la situación en Rumania, España, Bulgaria, Grecia e Italia es particularmente preocupante. De hecho, combinan las tasas más altas de pobreza infantil entre el 26 y 35 por ciento y el más bajo impacto de las ayudas sociales sobre ellas, 16 al 35 por ciento”.
En España se estima que hay 2,3 millones de niños bajo la pobreza, el 27 por ciento de la población infantil.
Ha crecido la migración ilegal de niños no acompañados intentando cruzar la frontera norteamericana. Pasaron de 15.700 en 2011 a 52.000 este año. La mayoría viene de Centroamérica. Quince mil de Honduras. Un informe del Alto Comisionado de la ONU para los refugiados señala entre las causas principales la violencia de las pandillas criminales.
¿Se puede enfrentar la pobreza infantil?
La Unicef plantea que el argumento convencional, muy usual en las elites latinoamericanas, de que es responsabilidad de cada familia, es falaz; junto a la familia debe estar el Estado. Afirma: “El Estado debe implicarse en el bienestar y los derechos de los niños, porque los niños son también una cuestión de Estado”.
En la región han surgido, en el marco de la búsqueda de economías con rostro humano, políticas y programas de gran aliento en esta dirección que están dando resultados muy concretos, entre otros en Chile (donde el gobierno de Michelle Bachelet se propone instituir la gratuidad en la educación y combatir las inequidades en la misma), en Brasil, en Uruguay, en Argentina y otros países.
Junto a políticas económicas y sociales orientadas a crear inclusión, han tenido alta efectividad programas compensatorios en gran escala.
Entre ellos, se han convertido en referencia internacional Bolsa Familia, de Brasil, que llega a la cuarta parte más pobre y tiene especial énfasis en los niños, y la Asignación Universal en Argentina, que cubre a 3,5 millones de niños pobres. La Unicef recomendó especialmente a España tomar como ejemplo la Asignación Universal por Hijo porque, según destaca uno de sus especialistas, “aunque los contextos son distintos, vale el ejemplo de la Argentina en términos de generar un piso de protección y una red de contención claramente positiva”. Resalta que “en la Argentina hay estudios que demostraron que la indigencia podría duplicarse si no existiera la Asignación Universal”. Ejecutado con máxima excelencia gerencial por la Anses, en coordinación con múltiples organismos nacionales y provinciales, el programa ha incrementado fuertemente la escolaridad de los niños pobres y reducido significativamente la pobreza.
En un mundo donde un 1 por ciento de la población concentra casi la mitad del producto bruto mundial, mueren 3 millones de niños antes de cumplir un mes. Podrían salvarse en su gran mayoría, según indica Unicef, con “intervenciones poco costosas y de eficacia comprobada”. ¿Puede haber algo más urgente?
Jueves, 3 de julio de 2014
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