MUNDO Revelaron cómo fue espiado Lula durante la dictadura Un nuevo hallazgo de la Comisión de la Verdad creada por Dilma Rousseff. Alrededor de 20 automotrices de origen extranjero instaladas en Brasil se reunían con militares y policías en la década del '80 para pasar información sobre actividades gremiales, que los uniformados usaban para practicar detenciones.
Según consignó Tiempo Argentino, Volkswagen y otras empresas automotrices espiaron durante la década del '80 a varios activistas sindicales, entre los que se encontraba el ex presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, para pasar la información que obtenían a la dictadura militar. La automotriz alemana declaró que investigará las acusaciones.
Los documentos fueron recientemente descubiertos por la Comisión de la Verdad, creada a petición de la actual presidenta, Dilma Rousseff, para investigar los abusos ocurridos durante el régimen militar (1964-1985). El organismo informó que encontró señales de que al menos 19 compañías habían ayudado a los militares a identificar a los activistas sindicales para reprimir el descontento laboral.
Según los funcionarios de la comisión, 20 páginas de documentos marcadas con "confidencial" que Volkswagen dio a los militares entre 1983 y 1984 aportan la prueba más clara hasta el momento de que algunas empresas fueron más allá de ayudar a los militares recopilando sus propios datos sobre las actividades sindicales y compartiéndolas. En los documentos, Volkswagen aportó extensos informes sobre más de una docena de rees sindicales celebradas en San Pablo, detallando planes como la celebración de huelgas de trabajadores o demandas de mejoras salariales y condiciones laborales.
Todas las empresas implicadas se podrían enfrentar a demandas civiles o a demandas de reparación si se descubre que contribuyeron a violaciones de los derechos de sus trabajadores durante la dictadura, manifestaron algunos fiscales.
También especifica los nombres de quienes acudían a esas rees y, al menos en dos casos, la marca y la matrícula de los vehículos presentes. Además, la empresa informó al régimen militar que los trabajadores exhibían películas de temática socialista, repartían folletos e incluso algunos "fueron sorprendidos fumando marihuana". Estas informaciones eran utilizadas por la policía para detener a los activistas con la intención de desalentar futuros disturbios, según declaró Sebastião Neto, miembro de la Comisión. "Estos documentos muestran con excepcional claridad cómo las compañías esperaban que el gobierno les ayudase a resolver sus problemas con sus trabajadores" dijo Neto.
Todas las empresas implicadas se podrían enfrentar a demandas civiles o a demandas de reparación si se descubre que contribuyeron a violaciones de los derechos de sus trabajadores durante la dictadura, manifestaron algunos fiscales.
La automotriz alemana no fue la única compañía que informó a los militares y a la policía en rees que se desarrollaban en el área industrial del Gran San Pablo sobre las actividades de los sindicalistas, pero sí fue la única que presentó informes por escrito en, por lo menos, tres ocasiones. Los documentos, anexados a la investigación, demuestran que la empresa tenía personal de seguridad infiltrado entre los trabajadores, según los investigadores.
La compañía germana documentó ampliamente una elección sindical del 19 de junio de 1983 que contó con la participación de Lula, que aunque no era un empleado de la compañía, ya era una estrella en ascenso en el ámbito gremial. Volkswagen describió a Lula como un "crítico de poca vergüenza del gobierno" y de incentivar a los trabajadores a interrumpir el pago de cuotas de inmuebles financiados por un banco estatal como gesto de protesta.
Volkswagen reiteró su voluntad de "investigar todas los indicios" de que los empleados dieron información a los militares. "Volkswagen es un modelo reconocido por cómo afronta su historia corporativa", afirmó la empresa en un comunicado. "La compañía manejará este asunto de la misma forma".
Ventilan corrupción en Petrobras
Un ex directivo de Petrobras detenido por lavado de dinero implicó a políticos oficialistas y opositores de Brasil y hasta al candidato socialista fallecido Eduardo Campos, en una red de sobornos financiada con dinero de constructoras asociadas a la petrolera estatal.
La información publicada en Veja surgió de una aparente filtración de una declaración efectuada por el ex director de Petrobras Paulo Roberto Costa, en el calabozo de la comisaría de la Policía en Curitiba, donde está preso a cambio de una reducción de pena. Costa está en régimen de prisión preventiva acusado de lavado de sumas millonarias procedentes de corrupción en la petrolera.
En la lista de personas supuestamente citadas por Costa figuran el ministro de Minas y Energía, Edison Lobão; los presidentes del Senado, Renan Calheiros; y de la Cámara de Diputados, Henrique Eduardo Alves, además de otros cinco legisladores. También aparecen ex gobernadores de lugares donde Petrobras ejecutó importantes obras en los últimos años, como Río de Janeiro (Sergio Cabral), Maranhão (Roseana Sarney) y Pernambuco (Eduardo Campos).
El ex directivo de Petrobras citó a al menos 25 diputados y seis senadores del Partido de los Trabajadores (PT), del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) y Progresista (PP, opositor). Tras la denuncia publicada por la prensa, Rousseff dijo ayer que buscará saber si esta acusación es verdad y, en ese caso, aseguró que tomará todas las "medidas necesarias".
Domingo, 7 de septiembre de 2014
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