REELEGIDO DESDE LA CARCEL, LIDERA LA LUCHA ANTIMINERA EN PERU Gobernador, activista y reo La reelección del líder de las movilizaciones campesinas que han paralizado un millonario proyecto minero en Cajamarca representa un contundente triunfo de esta protesta social, que ha descolocado a la derecha política y sus medios.
Desde la cárcel ha puesto en jaque al establishment. Sin poder hacer campaña por estar recluido en una cárcel de Lima desde hace más de tres meses y con los medios en contra, Gregorio Santos, actual presidente regional de Cajamarca (cargo similar al de gobernador en Argentina), fue reelegido el 5 de octubre por un amplio margen: 44 por ciento contra 18 por ciento del segundo. Esta victoria del fundador del izquierdista Movimiento de Afirmación Social (MAS) y líder de las movilizaciones campesinas que han paralizado un millonario proyecto minero en Cajamarca, que representa un contundente triunfo de esta protesta social, ha descolocado a la derecha política, al poder económico y a los medios de comunicación, que se la han jugado por la defensa de la cuestionada mina. El gobierno ha sido otro derrotado con este resultado.
Maestro de escuela de 48 años, integrante del sindicato de profesores y miembro de las Rondas Campesinas, el movimiento social más importante de esta región mayoritariamente rural ubicada a unos 800 kilómetros al noreste de Lima, Goyo, como es conocido popularmente Gregorio Santos, fundó en 2010 el MAS, movimiento regional ligado al partido maoísta Patria Roja, del que proviene Santos. Ese año ganó las elecciones regionales con el 30 por ciento. El profesor Santos emergió desde la presidencia regional de Cajamarca como líder de las protestas que han detenido el proyecto minero Conga, con el cual la empresa Yanacocha, de capitales norteamericanos y peruanos, la minera aurífera más grande de Sudamérica y la segunda del mundo, pretende ampliar sus actividades en Cajamarca, donde opera desde 1993.
Los campesinos se han movilizado contra el proyecto Conga para explotar oro y cobre a tajo abierto, por su alto costo ambiental y por amenazar su abastecimiento de agua. La mina destruiría cuatro lagunas y el ecosistema de manantiales, ojos de agua y bofedales que las rodean, que la empresa pretende reemplazar por dos reservorios artificiales de agua que ella manejaría. Las movilizaciones contra Conga y la poderosa Yanacocha han sido duramente reprimidas, con un saldo de cinco muertos.
“En la base de esta protesta está la lucha por el agua, los graves pasivos sociales y ambientales que ha dejado Yanacocha en veinte años y una mala relación de la empresa con la población, marcada por la prepotencia. Después de más de veinte años de minería, Cajamarca no ha evolucionado, sigue siendo una región muy pobre (el 53 por ciento de la población de Cajamarca vive en la pobreza)”, le señaló a Página/12 José de Echave, de la ONG CooperAción, quien fue viceministro de Ambiente en los primeros cuatro meses del gobierno de Humala y que dejó el cargo por sus críticas al proyecto Conga.
En junio de este año, Santos fue encarcelado acusado de recibir un soborno de unos 300 mil dólares de un empresario para realizar obras en la región. Goyo niega los cargos. El Poder Judicial ordenó su detención cuando el caso todavía está en la etapa de investigación, argumentando que existe riesgo de que se fugue. Sin embargo, Santos había acudido a las citaciones que se le habían hecho y era candidato, con lo que el argumento de peligro de fuga no parece sostenerse. Lo que ha quedado en el ambiente es la sensación de una detención para intentar sacar de la carrera electoral al candidato que representaba la oposición al millonario proyecto minero. Pero lejos de sacarlo del escenario, la cárcel lo ha fortalecido como líder regional y opositor a la minera Yanacocha.
“La votación en Cajamarca que le ha dado el triunfo a Santos ha sido contra Conga y el significado negativo de la minería para esta región en estos últimos veinte años y a favor de una economía más diversificada, con agricultura, ganadería, turismo, en la cual la minería puede tener un espacio, pero no el espacio casi excluyente que se le ha querido dar. Si alguien pensaba que el proyecto Conga podía tener licencia social, con este resultado electoral es evidente que no tiene viabilidad”, asegura José de Echave. La empresa ha expresado su intención de seguir adelante con el proyecto minero por ahora paralizado, el cual le daría una utilidad de 15 mil millones de dólares. “Si se sigue adelante con este proyecto tendríamos un fuerte conflicto social”, advierte De Echave.
Sin poder ocultar la dureza del golpe recibido y con un alto grado de intolerancia, voceros de la derecha económica y política ocupan amplios espacios en los medios buscando “culpables” por un resultado electoral que no logran digerir, redoblando sus ataques contra el triunfante Santos, descalificando como “desinformados” o “ignorantes” a los electores de Cajamarca por el sentido de su voto, proponiendo limitar el poder de las regiones y prohibir la reelección de los presidentes regionales, pedido al que se ha sumado el gobierno, y esforzándose en una defensa, casi post mortem, del cuestionado proyecto minero Conga. Algunas reacciones han bordeado la histeria.
Los seguidores de Santos han anunciado movilizaciones para exigir la liberación del reelecto presidente regional. Liberación que no implicaría anular el proceso judicial por supuesta corrupción en su contra, sino que el mismo continúe, pero con Santos en libertad. El Poder Judicial ratificó esta semana la “detención preventiva” de 14 meses contra Santos, con lo que no podría asumir la presidencia regional el 1º de enero de 2015. En ese caso, asumiría el cargo su electo vicepresidente, Porfirio Medina, también del MAS, quien ha ratificado la oposición de su agrupación y del gobierno regional a la continuidad del proyecto minero Conga.
Por Carlos Noriega
Miércoles, 15 de octubre de 2014
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